(Minghui.org) Tengo 74 años. Fui secretario del comité municipal del PCCh. Luego de muchos años en esa función, mi salud mental se deterioró y sufrí repetidos episodios de inestabilidad emocional.
Como resultado, era suicida, tenía tendencias de auto-mutilación y gritaba con mis manos temblorosas. Fue muy aterrador para mí y para mi esposa.
Fui a un psiquiatra en julio de 2015 para una evaluación y me diagnosticaron depresión severa. Esto realmente alteró a mi esposa. Ella sabía que si empeoraba, no sería capaz de reconocer a mis propios familiares y no podría cuidarme.
Con un pronóstico tan desalentador, ambos sentimos una pesada carga mental. Estábamos angustiados y culpamos a los dioses por tratarnos injustamente.
Falun Dafa me despertó
En esta situación desesperada, recordé las palabras de un amigo que practica Falun Gong. Antes nos había alentado a practicar. Entonces pensé: “¿Por qué no darme una oportunidad y comenzar leyendo Zhuan Falun?”.
Lo leí en cuatro días. Incluso antes de terminarlo, sentía la mente relajada y estaba más a gusto conmigo. Pensé que los principios en el libro tenían sentido, y me di cuenta que mi sentimiento de descontento era el resultado de no ser capaz de reconocer y dejar de lado mis deseos y apegos.
Leí Zhuan Falun tres veces más, y obtuve cada vez un entendimiento más profundo de los principios que presentaba. Entendí que el sufrimiento es para pagar deudas y que la vida de una persona está arreglada desde antes de su nacimiento. Aprendí que el único camino para cambiarla es fundamentalmente la cultivación.
Una vez que comprendí estos principios, mi mente se volvió más clara, tranquila y pacífica.
El Maestro me anima a ser diligente
Mi esposa y yo comenzamos a practicar los ejercicios de Falun Gong en agosto de 2015. Me sorprendió ver al día siguiente flores de loto florecidas en mi patio. Normalmente, florecen en octubre.
Esa misma noche también soñé que cinco o seis seres iluminados con togas venían hacia mí. Les dije: “¿Eres el Maestro Li Hongzhi? ¡Quiero ser tu discípulo y cultivar Falun Gong!”. El Maestro, que también estaba allí, sonrió y luego desapareció.
Cuando desperté, recordé una línea de Zhuan Falun: “Apenas emerge la naturaleza fo, los seres iluminados ya pueden ayudarlo”. (Lección Primera, Zhuan Falun).
Con las flores de loto y el sueño del Maestro Li sonriéndome, mi corazón se conmovió y decidí comprometerme verdaderamente con mi camino de cultivación. Con la ayuda de mi hijo, bajé los videos del Maestro enseñando los cinco ejercicios del sitio web Minghui.
Cuando mi esposa y yo fuimos al sitio de práctica por primera vez, nos encontramos con muchos practicantes haciéndolos; unos pocos estaban repartiendo volantes sobre Falun Gong y la persecución que se está dando en China. Varios nos ayudaron a corregir nuestros movimientos.
Uno propuso crear un grupo de estudio del Fa en nuestro hogar. Estuvimos de acuerdo y tuvimos nuestro primer encuentro de estudio y de compartir el 26 de diciembre de 2015. A la mañana siguiente las flores de loto que habían florecido en agosto florecieron nuevamente. Sentí que el Maestro me estaba alentando a ser diligente.
Soportar el sufrimiento mientras hago los ejercicios
Cuando estaba aprendiendo el quinto ejercicio, no podía hacer la posición de loto completo y no tenía seguridad que alguna vez fuera capaz de hacerla. Pensé que era demasiado viejo y que mis articulaciones estaban muy rígidas. Sin embargo, un compañero practicante me alentó y manifestó: "Tómese su tiempo. Mientras esté decidido a practicar, el Maestro le ayudará”.
Entonces me dije: “No tengo miedo al dolor, un cultivador debe ser capaz de soportar las dificultades”.
Fue muy doloroso tratar de sentarme en loto completo. Durante los primeros 15-20 días, cada vez que puse las piernas en la posición, mi mente estaba más incómoda e inquieta, y el sufrimiento se hacía más y más difícil de soportar. Entendiendo que el dolor era el resultado del yeli siendo eliminado y no sin razón, continué haciéndolo. Mi persistencia dio sus frutos, y en unos dos meses tuve la oportunidad de sentarme en loto completo por una hora.
Mientras hacía el ejercicio Estaca Parada Falun, los brazos me dolían y pesaban. Sabiendo que debía resistir el dolor para eliminar el yeli, me mantuve con los brazos arriba.
Poco tiempo después que comencé a cultivar Dafa, los milagros empezaron a ocurrir.
Por ejemplo, tenía la pierna derecha lesionada desde hacía una década. Busqué diferentes tratamientos pero nunca se curó. A menudo me dolía y más en días de viento y lluvia. Luego de tres meses el dolor en la pierna desapareció.
Por décadas tuve severos dolores de cabeza y vómitos debido a una hernia de disco que comprimía los nervios del cuello. Cuando estaba realmente mal, no podía darme vuelta en la cama. Al poco tiempo de practicar, la hernia sanó y el dolor en el cuello se fue. Ahora puedo girarlo fácilmente y no tengo más vómitos ni dolores de cabeza.
También tenía una hinchazón dolorosa en las articulaciones de dos dedos, hasta el punto de que no podía hacer un puño. Los médicos me dieron diferentes recetas pero no ayudaron. Tres meses más tarde, la hinchazón y el dolor se disiparon.
La severa depresión que amenazó mi vida durante años desapareció también. Recientemente, algunos de mis amigos me dijeron: "Ahora te ves mucho mejor. Tu cara solía estar azul, pero ahora no. ¿Qué suplementos estás tomando?”.
Algunos comentaron: “Siempre te veías angustiado. Ahora; aliviado”. Indudablemente, ahora me siento mejor que nunca y mis amigos pueden ver la diferencia.
Repartiendo volantes
Luego de experimentar todos estos milagros, estaba profundamente conmovido. Falun Gong no solo curó mis enfermedades sino también salvó mi alma.
Para permitir que más personas conozcan sobre Falun Gong y la persecución, nos unimos a nuestros practicantes locales para repartir materiales informativos puerta a puerta.
Rechazando la interferencia
Hay dos experiencias más que me gustaría compartir.
Una tarde al comienzo de la cultivación y mientras estaba haciendo los ejercicios con los ojos cerrados, vi cinco o seis seres iluminados vestidos con toga flotando frente a mí. Dije en mi mente: “Soy un practicante de Falun Gong, un discípulo del Maestro Li Hongzhi”. Los seres rápidamente desaparecieron y el Fashen del Maestro me miró con una sonrisa. Desde entonces, siempre que hago los ejercicios, siento que el Maestro está conmigo.
Más recientemente mientras los hacía, dos demonios aparecieron. Estaba impactado. Pedí ayuda al Maestro y desaparecieron inmediatamente. Su Fashen me protege todo el tiempo.
El Maestro cuida de todos sus discípulos en cada momento.