(Minghui.org) Originalmente comencé a practicar Dafa en 1994. Entonces, después que la persecución comenzara, el miedo me superó y renuncié a Dafa. Sin embargo, volví a practicar y me beneficié enormemente. Empecé a hablarle a la gente de Falun Dafa y con el tiempo mi miedo disminuyó más y más cuando estudiaba los libros de Dafa.
Retornando a la vía de cultivación
La persecución a Falun Dafa comenzó en 1999. Mi marido y otros miembros de mi familia no me permitieron ver a compañeros practicantes. Por lo tanto, no tenía un ambiente de cultivación. Practicaba los ejercicios y estudiaba los libros de Dafa menos y menos y eventualmente paré mi práctica de cultivación.
Enfermedades que habían desaparecido después de practicar Dafa reaparecieron, tales cómo quistes ováricos y mi glándula tiroides se volvió hiperactiva. Además, mi enfermedad cardíaca y excesiva acumulación de fluidos en los tejidos me molestaron de nuevo. Me hice exámenes físicos y tomé inyecciones y medicación. Estaba siempre en el consultorio del médico, pero no obtenía ninguna mejora y me sentía exhausta. Sentía que no viviría mucho y estaba desesperada.
Entonces, Falun Dafa volvió a mi mente. Como sentía que estaba cerca de morir, ¿qué tenía que perder? me pregunté, ¿por qué no volver a la vía de cultivación de Dafa? Inmediatamente mi ánimo se había elevado. Después de sólo 20 días de práctica, mis síntomas de enfermedad habían desaparecido y tiré lejos todas las medicinas.
Mi marido fue testigo de mis cambios y también cambió su actitud hacia Dafa.
Mi cuñado renuncia al PCCh
El hermano de mi marido vino a visitarnos. Estaba sorprendido de ver mis cambios. Dijo: “Luces tan saludable, tu cara está radiante”.
Previamente le había comentado de Falun Dafa y la persecución, pero no lo aceptó. Esta vez cuando lo urgí para renunciar al partido comunista chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas, estuvo de acuerdo y expresó su agradecimiento. Mi marido y yo estábamos muy feliz por él.
El miedo continuó manteniéndome bajo su control
Tomé un trabajo en una fábrica de tejidos en el 2008. Cómo practicante, consideré a los demás compañeros primeros y no luché por beneficios personales. Siempre ayudaba a los demás y tenía una buena reputación. Decían que si alguien tenía algún conflicto conmigo, la otra persona debía estar equivocada.
Cada empleado era asignado a una máquina, excepto yo. Cuando el colega A era transferido a otra posición, su máquina me era asignada. Era una muy buena máquina y fácil de usar. Sin embargo el colega B quería esa máquina. Ella se quejaba de su máquina rota y no era capaz de trabajar en esta. Así que cambié su máquina con ella. Nuestro jefe estaba impresionado y también me lo dijo. Sin embargo, todavía no le había dicho a nadie que practicaba Falun Dafa.
Cuando trabajé sobre la máquina de B. Encontré que era fácil de usar y corría perfectamente bien. El colega C no lo creía, así que intentó y encontró que era bastante buena.
Dos días después la máquina de B se rompió de nuevo. En la noche B y otra colega intentaron cambiar mi máquina con la suya, pero no lo pudieron hacer. Al día siguiente la colega D me preguntó si creía en algún dios porque aún dos personas no pudieron mover mi máquina cuando normalmente una persona podía recoger esa máquina.
“No eres una persona común” dijo ella. “Debes estar protegida por dioses”.
Por miedo, no le dije que practicaba Falun Dafa. En ese tiempo mis familiares estaban implicados por la política de culpa por asociación del régimen comunista, porque yo practicaba Dafa. No les dije de Dafa hasta después de estar reasignada. Pero, sólo encontré dos de mis ex compañeras y una estuvo de acuerdo en renunciar al PCCh.
Eliminando el miedo
Mi confianza se incrementó después de estudiar los libros de Dafa y era capaz de hablar con la gente cara a cara acerca de la práctica de cultivación y la persecución. Entonces, un día noté que mi miedo se había ido.
Cuando distribuía material informativo, una pareja se aprovechó de mí e intentó llamar a la policía. Les pedí que no lo hicieran y les dije que lo que quería decirle era para su beneficio.
Vino la policía y tiró mi valija de materiales al piso. Les dije: “Practico Falun Dafa. Somos buenas personas. ¿Saben por qué hay tantas calamidades y desastres provocados por el hombre hoy en día? Es porque el corazón humano se ha degenerado”.
Recogí mi maleta, tomé los volantes y se los dí a los espectadores. Pero tenían miedo y no los aceptaban. Un policía preguntó por mi nombre. Les dije que creo en Falun Dafa y Falun Dafa le enseña a la gente a ser buena.
En mi corazón recité el poema del Maestro “Poderosa virtud”:
"Dafa nunca abandona el cuerpo,
el corazón contiene Zhen-Shan-Ren;
un gran luohan en el mundo,
espíritus y fantasmas temen más".(Hong Yin)
Uno de los policías se asustó y paró de gritarme. La pareja también se puso temerosa. Sabía que las fuerzas del mal detrás de sus acciones estaban siendo eliminadas.
Saliendo de la comisaría
La policía me llevó a la comisaría y me preguntó mi nombre de nuevo. Les repetí que creo en Falun Dafa. Llamaron a la oficina 610.
Le conté a la persona de al lado sobre Falun Dafa. Me alentó a fugarme. Me di cuenta que era tiempo de irme, así que le pedí permanecer callado y salí después de menos de dos horas. Entendí que esto era porque practico Falun Dafa y estaba protegida.