(Minghui.org) Un empleado del instituto nacional de investigación y diseño de defensa de Beijing está bajo arresto domiciliario. Lo tienen en aislamiento, incluso le prohibieron el contacto con su familia. Sus movimientos también están restringidos.
El Sr. Zhang Shujun (张书俊), practicante de Falun Gong, está detenido en su casa en el ala para familias del instituto. Cuatro policías lo vigilan las 24 horas y evitan que hable o que lo contacten.
Pedimos a los practicantes de Beijing o gente que sepa de su situación que investigue y provea detalles de los responsables de su persecución para que así logre recuperar su libertad.
Antecedentes de detención previas del Sr. Zhang
El Sr. Zhang nació en la provincia de Shandong y trabajaba en el instituto de investigación y diseño de defensa nacional desde que se graduó de la universidad. Es conocido por su buen desempeño en el trabajo.
Al comienzo de la persecución a Falun Gong, fue a apelar pacíficamente en la plaza Tiananmen de Beijing, pero la oficina 610 lo arrestó y lo llevó de regreso. Luego, lo llevaron a un centro de lavado de cerebro en Xinjiang, donde lo retuvieron dos días.
En 2005 lo detuvieron en Xiaotangshan por hablar con la gente sobre Falun Gong. La policía lo forzó a divorciarse forzando sus huellas digitales sobre los papeles de divorcio.
Para resistir la persecución realizó una huelga de hambre. Cuatro reclusos golpearon su cabeza contra la pared y lo alimentaron a la fuerza, dejándole algunos dientes flojos en el proceso.
A continuación, fue transferido al campo de trabajo forzado de Shijiazhuang, donde fue torturado. El guardia de la prisión lo ató a una silla y le echó agua hirviendo en sus pies, dejándole un montón de ampollas.
Enflaqueció. La alimentación forzada prolongada también generó que desarrollara neumonía y vomitaba sangre. De ahí lo llevaron a un hospital.
Durante los juegos olímpicos en 2008, oficiales de la oficina 610 temían que hablara con la gente sobre Falun Gong, así que lo ataron a una cama de la muerte, un instrumento de tortura, por un largo tiempo.
Durante los primeros días de la persecución, los oficiales también le sacaron sangre diariamente, causando que quedara aún más frágil.