(Minghui.org) Después de dar a luz a mi hijo, quedé minusválida. Tuve una persistente diarrea desde su tercer día de vida. Fui por todas partes en busca de tratamiento, pero ninguno funcionó. Me diagnosticaron neurosis, ya que el médico no pudo encontrar nada malo en mí. Estaba débil y anémica. Traté con numerosas prácticas de qigong y gasté mucho dinero, sin ninguna mejora.
Cuando estuve en el peor momento, quedé postrada en la cama. Vomitaba aún cuando bebía agua. Estaba muy decaída, y pesaba solo 37 kilos.
En 2007 un practicante de Falun Gong de nuestro pueblo me preguntó si quería mirar las lecciones de la práctica. Estuve de acuerdo. Esa noche, caminé sin dificultad hasta el lugar de encuentro. Cuando vi los tres caracteres “Verdad-Benevolencia-Tolerancia” en la pantalla, mi cara se cubrió de lágrimas. De repente me di cuenta que Falun Gong enseña estos tres principios y requiere que sean seguidos por quienes lo practican. ¡Qué maravilla! Inmediatamente supe que la propaganda en la televisión era falsa.
Después de verlas, le pedí Zhuan Falun, el libro principal de la práctica, sabiendo que era una cosa muy preciosa. Comencé a leerlo, pero las palabras se desdibujaban.
El Maestro dijo: “Generalmente, cuando hay demasiadas entidades en otros espacios, mis Fashen las limpian para ti. Pero su casa estaba llena de libros embrollados de qigong”. (Zhuan Falun)
Me di cuenta que tenía que tirar los materiales de las otras prácticas embrolladas de qigong. ¡Luego todas las palabras en el libro se volvieron claras, y pude leerlo sin gafas! Me olvidé que era minusválida, y leí y leí. Me recuperé de todo aquello que había hecho mi vida miserable, incluyendo la diarrea y la neurosis. ¡Finalmente experimenté lo que significa estar libre de enfermedad!
Tengo 73 años, gozo de salud y mucha energía. Ahora puedo caminar decenas de kilómetros con facilidad, superando incluso a muchos de los jóvenes en la localidad.