(Minghui.org) Desearía intercambiar mi reciente experiencia de cultivación de estos últimos dos meses y medio. Este período de tiempo ha sido para mí, una experiencia de cultivación verdaderamente asombrosa que espero los aliente.
He padecido varios casos graves de yeli de enfermedad durante muchos años; pero no quiero entrar ahora en este tema. La razón por la que menciono esto es porque si experimentan una tribulación de este tipo, ¡ojalá! sean capaces de ver que, sin embargo, se puede avanzar en la cultivación, sí o sí.
Recientemente he tenido muchas tribulaciones: mi jefe no se mostró muy favorable hacia mi durante mucho tiempo y más tarde me despidió del trabajo; las relaciones familiares con mi esposa se volvieron extremadamente tensas, hasta el punto de tener que mudarme algunos meses mientras sufría yeli de enfermedad, lo cual fue demasiado.
Fue como en la Lección Novena de Zhuan Falun: “El común de la gente no aguanta este sufrimiento y piensa: «¿Para qué vivo? Mejor busco una soga y me cuelgo, ¡no quiero vivir más! ¡Así acabo con todo!».
Durante este tiempo compartí sobre mi situación con practicantes y debatimos las cosas desde la perspectiva del Fa. Esos practicantes, con los cuales antes no había tenido conversaciones profundas, que se abrían a mí en cuanto les explicaba mi situación, me conmovieron. Me mudé a un sitio cerca de algunos practicantes. Durante este tiempo nos animábamos unos a otros para estudiar juntos y compartir desde la perspectiva del Fa. También hacíamos los ejercicios en grupo.
Conseguí una entrevista de trabajo para la institución artística más importante del país: La Real Academia de las Artes. La mañana de la entrevista, hicimos los ejercicios juntos y leímos una lección. Como ellos habían trabajado en el proyecto artístico “Zhen-Shan-Ren”, me dieron folletos, así pude aclarar la verdad durante la entrevista. En un primer momento, había tres personas entrevistándome, incluido el subdirector de finanzas. Respondí bien a todas sus preguntas y les hablé sobre “el Arte de Zhen-Shan-Ren”, incluyendo algo sobre el trabajo en que me había implicado en este proyecto.
Entonces, me preguntaron si tenía alguna duda. Les pregunté cómo había ido una reciente exposición de un famoso artista chino. Me respondieron que fue bien, pero que tuvieron dificultades para conseguir la financiación porque el artista era muy crítico con el gobierno chino. Así que, resultó que, todos los bancos que normalmente patrocinaban estos eventos, lo descartaron porque no querían ofender al régimen. En consecuencia,para conseguir los fondos necesarios para celebrar la exposición, la Academia buscó por primera vez financiación y administración pública en Internet. Esto hizo que se convirtiera en la exposición más exitosa del año. Sonreí y les felicité por conseguir que el evento se celebrara. Les dije: “Esta institución es un sitio virtuoso y aquí es donde quiero trabajar”.
Poco tiempo después, como no estaba trabajando, tuve la oportunidad de viajar al Parlamento Europeo en Estrasburgo, para participar en un proyecto de aclaración de la verdad en el que se urgía a los parlamentarios a firmar una declaración para investigar el problema de la sustracción forzada de órganos en China. El viaje transcurrió bien y fui capaz de dejar mi carga, por así decirlo, y concentrarme en hacer lo mejor posible para salvar seres conscientes. Trabajábamos en parejas y me tocó con un practicante taiwanés que no conocía. Trabajamos bien juntos, trazábamos el plan del día y lo llevábamos a cabo. Todos regresábamos a casa con la sensación de que habíamos hecho algunos progresos.
Después de volver a Londres, seguí buscando trabajo y continué estudiando el Fa y haciendo los ejercicios con los practicantes locales. Entonces, se me presentó otra oportunidad para ir a Estrasburgo. Hubo una actualización en el informe vigente sobre la cosecha de órganos, que incrementaba enormemente el número estimado de trasplantes forzados. Así que teníamos una razón para volver a hablar con todos, y también, con los eurodiputados que aún no habíamos hablado.
Mientras viajaba, de nuevo, hacia Estrasburgo, esta vez en minibús, tenía un corazón pesado. Estaba pensando en cosas como: “Sufro yeli de enfermedad, no estoy en un buen estado, tengo tantos asuntos personales que resolver a los que no me he enfrentado”. También pensaba: “Es imposible que tenga un viaje tan bueno como el de la última vez”.
La primera mañana en Estrasburgo, hicimos los ejercicios, estudiamos el Fa y, a continuación, fuimos al Parlamento Europeo. Fuera del parlamento había muchos practicantes haciendo Hong Fa y pude sentir el campo de energía. Cuando entré al edificio fuimos a la cafetería porque era el punto de encuentro y vi a practicantes de muchos países coordinando juntos. Me conmovió mucho la escena y me saltaron las lágrimas. Sentí cómo todos los conceptos, en todo el campo que rodea mi cuerpo, eran descartados y pude ver la naturaleza del asunto. El Maestro ha hablado sobre cómo el avance de la Rectificación del Fa está alcanzando la dimensión más superficial. Vi mi cuerpo como un universo y vi cómo la fuerza de la Rectificación del Fa arremetía con fuerza para salir hacia el exterior. Estaba tan cerca de la superficie que podía ver cómo relucía dentro de mí y de los practicantes a mi alrededor.
Entonces, formamos equipos para concertar reuniones con los europarlamentarios del Reino Unido. Llamé a un europarlamentario veterano, del cual averigüé después que era el responsable del comercio con China.
Le dije: “Hola, Sr. D, he venido a Estrasburgo desde el Reino Unido y quisiera hablarle acerca de la declaración 48 -Sustracción Forzada de Órganos en China”.
Respondió: (en un tono presuntuoso propio de una buena educación de la alta sociedad) “Mira, eso no puede estar pasando. Quizás a una escala pequeña, con algunas triadas es posible”.
Dije: “Creo que deberíamos reunirnos personalmente”.
Respondió: “Quizás, después, esta tarde”.
Dije: “Entonces, llegaré a su oficina a las 17:30. ¿Le viene bien?”.
Respondió: “Quizás, ya veremos”.
Después de colgar el teléfono sentí que debía hablar con esta persona, pero que no iba a ser una conversación liviana y que necesitaba prepararme. Aún teníamos la mayor parte del día ante nosotros. Hablamos a los europarlamentarios y a sus asistentes, les aclaramos los hechos y conseguimos que algunos firmaran la declaración. Eran las 17:30 aproximadamente y nos dirigimos a la reunión que había concertado.
Tan pronto como nos sentamos, me lanzó, a mi particularmente, un montón de preguntas sobre economía, las cuales, no supe contestar en su mayoría. Le dije con firmeza: “No sé eso. Estoy aquí para hablarle acerca de la sustracción forzada de órganos en China”. Creo que apreció que le fuera sincero. Así que, ahora, tenía una oportunidad para establecer ciertos hechos. Le dije que China informa que hace 10.000 trasplantes al año, sin embargo, justificó esto solo con dos de los novecientos centros de trasplantes. Entonces, ¿qué está pasando en los otros 898 centros de trasplantes? ¡Esos centros sólo se construyen si hay un beneficio para hacerlo!
Dijo: “No puedes llegar aquí y acusar al estado chino de asesinatos en masa”.
Respondí: “¿Quién más puede hacer esto a esta escala?”.
Hubo un silencio y me miró a los ojos. Miré su ojo izquierdo mucho tiempo, después miré su ojo derecho, entonces me sonrió y le devolví la sonrisa.
Dijo: “Supe en cuanto hablamos esta mañana por teléfono, que era alguien con una voluntad firme”.
Entonces nos adentramos en una conversación, cubriendo temas como qué es Falun Gong, qué es el partido comunista chino, cómo empezó la persecución y quiénes son los cómplices de Jiang Zemin, en particular, Zhou Yongkang, Luo Gan y Bo Xilai.
En este momento sentí que el Maestro me había empujado hacia arriba, hasta un nivel muy alto. Era como sintonizar una radio, en una emisora nueva, con una recepción de la señal extremadamente clara.
Cuando le mencioné a Bo Xilai, me dijo que era amigo suyo. Esto no me afectó y seguí explicando la conexión entre Bo Xilai y la sustracción de órganos en Dalian. Escuchó y no me cuestionó, luego me miró a los ojos. Pude sentir cómo cambiaba todo a mi alrededor, no necesité hablar en esos momentos porque sabía que el poder del Fa estaba circulando a través mío y cambiando los pensamientos de esta persona.
Descolgó el teléfono y empezó a llamar a gente para preguntarles si sabían acerca de la sustracción forzada de órganos. Llamó a tres personas en el Reino Unido y a otra en Canadá. Quería obtener la confirmación a través de la gente que conocía. Entonces, telefoneó a quien parecía ser uno de sus ayudantes, un señor chino. Más tarde, descubrimos a través de otro europarlamentario que él es el único que tiene, en China, un asistente chino. Respondió al teléfono y el Sr. D le preguntó: “¿Qué sabes sobre la sustracción de órganos?”. La respuesta fue: “Eso es de Falun Gong, ellos inventaron algunos cuentos. Lo sé porque dijeron que uno de los hospitales de mi barrio es un centro de trasplantes y no lo es. De hecho, he estado allí y es un hospital normal”.
Las palabras sonaron muy vacías y cuestionables. Cuando el Sr. D colgó el teléfono, le dije: “No me necesita para que le diga si esta persona está diciendo la verdad o no”. De nuevo, mantuvimos un largo contacto visual.
Entonces, explicó sus creencias cristianas en detalle. Sentí cómo las deidades entrometidas estuvieran intentando entrar pero había una pantalla bloqueándolas. Les dije: “No tienen permiso para estar aquí”. Escuché al europarlamentario y le dije en mi corazón: “No estoy aquí para desafiar tus creencias. Estoy aquí para ayudar a que seas salvado”.
Dijo que no firmaría públicamente la declaración, pero que haría algo mejor, que era, preguntar a gente en China, qué se suponía que iban hacer con respecto a la sustracción forzada de órganos.
Me dijo: “¿Piensas, de verdad, que esta es la mejor manera de llevar esto? ¿Crees que esto que haces marcará la diferencia?”.
Le dije: “Este sistema que empleo me ha permitido tener esta conversación con usted”.
Mantuvimos, de nuevo, un contacto visual y creo que en ese punto, comprendió en un nivel más profundo, por qué habíamos venido a hablar con él. Entonces concluimos la reunión y nos marchamos. Normalmente las reuniones con europarlamentarios duran cinco minutos, pero esta fue de una hora y media.
Esta experiencia me conmovió profundamente e intercambié lo sucedido en el estudio del Fa de esa tarde con los practicantes europeos. Tuve problemas para conciliar el sueño esa noche. Solo dormí tres horas y el siguiente día, en el Parlamento, el trabajo se me hizo muy duro porque mis niveles de energía habían bajado.
El tercer día, no entré al parlamento porque tenía que tomar el minibús de vuelta temprano, así que hice fuera Hong Fa durante un par de horas. Hacíamos un ejercicio y luego enviábamos fuertes pensamientos rectos, después otro ejercicio y luego volvíamos a enviar fuertes pensamientos rectos, y así sucesivamente. Mientras enviaba fuertes pensamientos rectos recordé la conversación que había mantenido con el europarlamentario. Sentí cómo volvía a mí, la energía del Maestro. Mis pensamientos rectos habían sido fortalecidos.
En el viaje de vuelta, los practicantes, intercambiaron mucho sobre sus experiencias y cantamos canciones de Falun Dafa. Entre occidentales y chinos, realmente, me sentí parte de un solo cuerpo de practicantes.
Poco tiempo después de volver, tuvimos un desfile en el centro de Londres, para conmemorar los acontecimientos del 20 de julio. Esa mañana, sufría yeli de enfermedad pero sabía que tenía que asistir. El desfile fue bien y lo finalizamos en el lado norte de la plaza Trafalgar, donde había un gran Hong Fa de los practicantes que habían asistido de todas partes del Reino Unido. Me dieron una pancarta para que la sostuviera, que decía: Paremos la persecución a Falun Gong. Estuve allí de pie una hora, pero no me sentí cansado. Entonces un practicante hizo una pausa y me entregó otra pancarta, aún más grande, en la que se leía: Paremos la sustracción forzada de órganos en China. Me dijo: “Esta es muy poderosa”. Yo también pensaba eso.
Continué de pie en el mismo sitio y recordé la conversación con el europarlamentario cuando el Maestro me había elevado a gran altura. Las lágrimas brotaron de mis ojos, mi corazón se llenó de energía y sentí como si hubiera explotado una bomba. Podía ver el efecto de mi campo de energía. Podía ver cómo desaparecían las nociones de los cuerpos de las personas que entraban en mi campo. Algunas personas me hicieron preguntas y sabía, cuando las respondía, que mis palabras estaban alcanzando de manera directa a ese ser. Un hombre se me acercó y dijo:
“¿De verdad está ocurriendo esto?”.
Le respondí: “Sí, así es”.
Dijo: “¡Esto es un acto de guerra! ¡Tenemos que enviar a nuestras tropas allí!”.
Dije: “Esto está ocurriendo realmente”.
Insistió: “Esto es un acto de guerra. Tenemos que entrar y sacarlos de allí. ¿Dónde puedo averiguar más sobre este asunto?”.
Le respondí: “Vea el documental llamado DIFICIL DE CREER, en Internet”.
Entonces lo anotó. En realidad, para esta persona no creo que esto fuera difícil de creer. En ese momento, aún me encontraba de pie en el mismo sitio y les expliqué a algunos practicantes lo que ocurría. Continué de pie allí y mis tobillos se fueron entumeciendo, luego mis pantorrillas, luego mis muslos y luego mis antebrazos. Ya había experimentado el estado al que se refiere el Maestro, como el estado óptimo de transformación; cuando al hacer la meditación sentada, sientes como las partes de tu cuerpo han desaparecido. Pero esta vez, estaba de pie en la plaza Trafalgar rodeado de miles de personas. Había permanecido de pie en el mismo punto durante 3 horas.
Después de un rato, creo que mi estado empezó a atraer un poco la atención de otros practicantes. En ese momento, un practicante, se acercó y me dijo directamente: “Ven aquí y mantén esta pancarta en alto”. Tuve la sensación de que si le contaba a este practicante que justo ahora estaba experimentando la transformación del cuerpo en su estado óptimo, a él no le gustaría demasiado mi situación, así que caminé hasta el mástil que necesitaba ser sostenido. Después de algún tiempo, mi compañero de equipo de Estrasburgo, se acercó y me dijo: “Tú eres bueno aclarando la verdad a la gente, ve y hazlo”. Así que lo hice. Las palabras me venían rápidamente y era capaz de ir directo al grano cuando respondía a las preguntas.
El sol estaba brillando y realmente era un día magnífico. No quería marcharme cuando acabó el día. Antes de dejar la plaza volví la mirada hacia los practicantes que empaquetaban las cosas. Pensé para mí: ¿Volveremos a tener otro evento como este? ¿Habrá sido esta la última vez?
Aunque no había comido nada en todo el día y había estado siete horas y media de pie, no me sentía cansado y estaba lleno de energía, así que cuando llegué a casa hice los ejercicios.
La semana siguiente compartí sobre mis experiencias en nuestro estudio del Fa semanal. Sentí que mi corazón estaba conectado a mis palabras y que la energía estaba aumentando en mi cuerpo. Me di cuenta de que, a través del intercambio cara a cara, estaba cultivando y fortaleciendo mis pensamientos rectos. Como los eventos que habían ocurrido estaban muy claros en mi mente no fallé al transmitir el mensaje esencial.
Después del estudio del Fa de ese día teníamos Hong Fa en San Martín, así que nos fuimos allí directos. Era otro buen evento y atesoré la oportunidad. Después de la actividad paseé media hora, atravesando Londres, haciendo recuento y reflexionando sobre cómo había ido el día. Finalmente tomé el tren a casa y luego cené, trabajé en un proyecto hora y media y después envié fuertes pensamientos rectos a las 11 p.m. No me sentía soñoliento aunque había tenido un día largo y ajetreado. Me fui a dormir sobre la medianoche. Cinco minutos después alguien hizo ruido en la casa y me despertó bruscamente, pero no me inquieté en absoluto. Así que empecé a enviar fuertes pensamientos rectos y acabé haciéndolo por una hora, luego me tumbé en mi cama despierto. Sentí compasión, no deseo, solo el anhelo de ayudar a todos los seres. Otra hora pasó y envié fuertes pensamientos rectos durante otra hora. Después hice otro descanso, luego envié fuertes pensamientos rectos durante otro largo período de tiempo. En ese momento, la luz empezó a entrar en la habitación, así que hice los ejercicios y luego me preparé para ir a trabajar. Me sentí bien en el trabajo con un campo de energía poderoso.
Un par de días después, en el trabajo, me senté en mi silla por la mañana, y empecé a recordar los eventos de hacía algunas semanas y se me saltaron las lágrimas. En ese momento sentí de nuevo como si una bomba estallara. Era como si cada latido de mi corazón generara una onda expansiva después de la explosión. Sentí cómo había cambiado todo a mi alrededor, la gente que me rodeaba e incluso los edificios.
Después de 27 años de sufrir, permanentemente, grave yeli de enfermedad, algo fue desbloqueado en mi cuerpo. Había estado en una prisión todo este tiempo; en los últimos 16 años como practicante había estado prisionero a causa de mis apegos. Hace dos meses y medio que salí de la prisión.
El Maestro dijo en la Lección Novena de Zhuan Falun: “En cambio, una persona con mucha materia negra es como la producción de una fábrica con un proceso adicional: otros tienen los materiales listos, pero él tiene materia prima de mala calidad que requiere ser reprocesada; así que debe pasar por tal proceso. Por eso, él primero tiene que soportar sufrimientos para disminuir su yeli y transformarlo en materia blanca, y recién después de que esta clase de materia blanca se forma en de, puede crecer alto gong”.
Una pequeña cantidad de dolor sigue aún ahí pero es llevadero, sin tormento mental. Existe una habilidad sobrenatural ahí. Quizás pueda mantenerla, si mantengo un buen estado. Sin embargo, sé que esta habilidad es solo para salvar seres conscientes. En Zhuan Falun el Maestro dijo que hay algo de verdad en el dicho: “El Fo está en tu corazón”. Debido a mis experiencias recientes, mi entendimiento de esas palabras es completamente diferente. Mi corazón está verdaderamente con el Maestro, seguiré a mi corazón.
Por cierto, conseguí el trabajo en la Real Academia de las Artes. Estaba viajando, a la vuelta de Bruselas, después de trabajar en la última etapa del proyecto de la sustracción de órganos, cuando recibí una llamada avisándome que conseguí el trabajo. La sincronización fue perfecta. Esto hizo brotar lágrimas de mis ojos, no a causa de la ganancia material en el mundo humano, sino porque parecía como si el Maestro me lo hubiera concedido y me dijera: “cree en mi”. Maestro, ahora creo más que nunca en Usted.
Después de viajar al estudio en grupo en bus, las lágrimas brotaron de mis ojos y noté como si una bomba explotara de nuevo. Supe que me había sido concedido este poder por alguna razón, así que tengo que intercambiar mis experiencias recientes con tantos practicantes como me sea posible. Cuando esta bomba explota todo cambia y siento como si nada pudiera pararme. Esta ha sido una experiencia muy especial. Nunca he hablado tan abiertamente desde el corazón a tanta gente. Atesoraré esta experiencia ¡El estudio del Fa y el intercambio son la forma que se nos dio!
¡Gracias Maestro! ¡Gracias compañeros practicantes!