(Minghui.org) Más de 7000 practicantes asistieron a la Conferencia de Intercambio de Experiencias en Taiwán el 27 de noviembre de 2016. Además de escuchar a los 18 oradores, también hablaron sobre cómo la práctica transformó sus vidas.
Estudiante universitaria superando obstáculos
Yiling, del condado de Taitung comenzó a practicar Falun Dafa en primer grado con su madre y abuela. Gradualmente entendió que la práctica de cultivación es muy seria.
Con un fuerte interés por la música desde su niñez, fue a la escuela de arte después del colegio primario. Debido a la nostalgia y la intensa presión, lloraba frustrada casi todos los días. "A menudo conversaba con mi madre por teléfono o me visitaba, recordándome los principios de Falun Dafa". Con su ayuda, Yiling pasó a tener una mentalidad más abierta y resistente a los desafíos.
Después de ser admitida en el Departamento de Música en la Universidad Nacional Normal de Taiwán, Yiling estuvo muy agradecida. “Falun Dafa me enseñó a tener calma y a manejar las cosas con más racionalidad”, manifestó.
Yilin de la Universidad Nacional Normal de Taiwán dijo que Falun Dafa la ayudó a vencer dificultades en su vida.
Viviendo en las instalaciones de la universidad con otros estudiantes, Yiling contó que inicialmente no podía tolerar las conductas negativas de algunas compañeras de cuarto. “Al pensar sobre lo que Falun Dafa me enseñó, aprendí a tratar a otros con tolerancia y resistencia. Poco a poco, mis compañeras también fueron educadas y respetuosas. Tengo que admitir que Falun Dafa me cambió, y también a aquellos que me rodean”.
Directora de jardín de infantes: un accidente me hizo más diligente
Bai Yumei trabaja como directora de un jardín de infantes en el condado de Pingtung, el lugar más austral de Taiwán. Debido a la presión del trabajo, sufría de fatiga crónica e insomnio. Cuando su esposo, un maestro de escuela secundaria, conoció Falun Dafa en un taller de maestros en 2003, ambos comenzaron la práctica. “Fui capaz de dormir bien desde el primer día y mi vida desde entonces regresó a la normalidad”, contó.
Siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, Bai era más fácil de tratar y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. A muchos vecinos les gustaba y comentaban: “Desde la conducta amable de Bai, pudimos ver que Falun Dafa es grandioso”.
Un día, un niño cuyos padres eran de Singapur enfermó y tuvo fiebre. Cuando Bai se apresuró a llevarlo al hospital, tropezó con un objeto cerca de un área de construcción y una puerta pesada de metal los hizo caer. "Escudé al niño con mi cuerpo para protegerlo mientras caíamos bajo la puerta". Afortunadamente en ese momento, el chico llevaba una mochila y aterrizó sobre ella. Cuando cuatro maestros llegaron y arrastraron el portón, encontraron a Bai y al niño sin lesiones.
“Muchos de los que fueron testigos del milagro quedaron impresionados y les conté que Falun Dafa nos protegió en el accidente”, explicó la directora. “Sin embargo, sentí que fue un indicio para mejorar en mi práctica de cultivación”. Después del incidente y de su renovada determinación, Bai pudo hacer la meditación sentada en doble loto por una hora, algo que antes no había logrado. “Sé que fue el Maestro que me alentó”, dijo.
Bai Yumei, una directora de jardín de infantes en el condado de Pingtung, habló sobre cómo un accidente fue el llamado de atención que necesitaba para ser más diligente en la práctica.