(Minghui.org) La señora Wang Jiuchun de 69 años, es una profesora jubilada de la Universidad de Tsinghua que vive en Nueva Zelanda. Ha estado practicando Falun Dafa por más de 22 años. En noviembre de 2015 un auto la golpeó, resultando en una fractura expuesta en cinco lugares de la pierna derecha. La llevaron al hospital y le colocaron un yeso.
Los médicos recomendaron una cirugía mayor, que incluía placas y varillas metálicas. No le garantizaban que pudiera caminar, hasta aproximadamente seis meses después de tratamiento.
La señora quiso ir a su casa porque creía que estaría bien si continuaba practicando Falun Dafa.
Los facultativos temían por su edad; con un trauma tan severo, definitivamente podían surgir complicaciones. Sus hijos también estaban preocupados por la salud de la madre, especialmente ante la posibilidad de una infección. En ese momento, se encontraba en muy mal estado, muy lastimada y apenas podía moverse.
Perseverando en la cultivación y haciendo los ejercicios
La señora Wang fue a su casa y siempre que tenía tiempo, estudiaba las enseñanzas de Dafa en Zhuan Falun. Fue capaz de sentarse, y comenzó a meditar. Cuando pudo pararse, incorporó los demás ejercicios. Continuó con su rutina diaria y no dejó que las heridas la retrasaran.
Cuando regresó para una cita de seguimiento en la compañía de seguros que manejaba la indemnización, los médicos ortopedistas estaban sorprendidos por su rápida recuperación. Seis meses después del accidente, voló a Nueva York a la Conferencia de Intercambio de Experiencias de Dafa y tomó parte en un desfile y una reunión.
Se recuperó completamente y la semana pasada participó en eventos para crear conciencia sobre la persecución de Falun Dafa en China en las ciudades de Hamilton, Auckland y Wellington. Estuvo de pie y caminó durante horas sin ningún problema.
Los hijos, amigos, médicos y vecinos quedaron impresionados. Sus desacuerdos, quejas y escepticismo iniciales dieron paso a la comprensión, apoyo y admiración.
Vecino chino cambia de opinión
Uno de sus vecinos, un hombre de China, era un líder local de esa comunidad. Frecuentemente tenía contacto con el consulado chino y había sido profundamente engañado por la propaganda del partido comunista (PCCh). Ella había tratado muchas veces de hablarle sobre Falun Dafa y la persecución, pero él se alejaba y evitaba el tema.
Cuando la mujer se mudó a un nuevo vecindario, él acabada de comprar una casa en ese mismo lugar, Fueron vecinos nuevamente, pero aún la evitaba.
Después del accidente, el hombre la vigilaba a diario. Cuando la señora Wang salía, podía verlo observarla fijamente.
Meses más tarde, cuando la mujer fue a tomar un ómnibus, se encontró con su vecino. Él la miró de arriba abajo, y de repente exclamó: "¡Estás fantástica!". Ella lo corrigió amablemente: "¡Falun Dafa y mi Maestro son fantásticos, Falun Dafa es grandioso!".
La señora Wang está muy feliz por el cambio de su vecino. Sinceramente tiene la esperanza de que aquellos que aún son engañados por el PCCh conozcan la verdad sobre Falun Dafa.