(Minghui.org) Partí de casa con al menos 50 calendarios de Minghui y tomé uno para leer mientras viajaba en el ómnibus. Cuando nos aproximamos a la última parada quedaban diez pasajeros. Pensé que debía darle a todos.
Un pasajero vino hacia mí a ver un ejemplar. Le conté que no sólo era un hermoso calendario, sino que también contenía información sobre Falun Gong. Le ofrecí uno. Luego los demás solicitaron el suyo también.
Una de las mujeres dijo: “¿Puedo tener uno extra? Sé que mi compañero de trabajo lo querrá”. Le entregué otro, justo cuando llegamos a la terminal.
Había mucha gente esperando el micro, por lo que me puse en la fila, y saqué algunos calendarios para que los puedan ver.
Las personas preguntaron: “¿Los estás regalando?”.
Muchos se acercaron, deseando un calendario. Les dije que le daría a todos los que quisieran.
Una persona preguntó: “¿De qué tratan?”.
Levanté un poco mi voz cuando respondí: “¡Es la verdad acerca de Falun Gong!”.
Con emoción en su tono, respondió: “¡Excelente! Me gusta leer todo lo que mis manos puedan conseguir sobre Falun Gong”.
El último calendario fue para una amable mujer de mediana edad que me dijo en voz baja: “Ten cuidado”. Y le agradecí.