(Minghui.org) A pesar de que tengo 81 años, soy muy activa. Distribuyo materiales informativos de Falun Dafa, hablo a la gente sobre la persecución y pido que renuncien al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas, desde hace más de doce años. Por este motivo, la gente de las aldeas cercanas me conoce como “la dama de Falun Dafa”.

Viví en la pobreza y mendigué comida cuando era joven. Para pagar una gran deuda, mis padres me vendieron en matrimonio cuando tenía 15 años. Estuve casada cuatro veces y tuve cinco hijos. A mi hijo menor lo golpearon cuando tenía 16 años y murió en el hospital. A mi último marido le diagnosticaron leucemia y murió cuando yo tenía 61 años. En septiembre de ese mismo año, mi hijo mayor murió en un accidente de automóvil.

Mi salud era otra de mis preocupaciones, porque sufría varias enfermedades. Compré veneno para ratas por si decidía suicidarme en algún momento. Me pregunté qué clase de maldades habría hecho en mi vida pasada para merecer lo que estaba soportando y por qué motivo seguía viviendo todavía en este mundo.

Esperando ser recompensada: Finalmente encontré el Fa

Mi vecino me inició en Falun Dafa mientras me hallaba presa de una profunda desesperación. Sugirió que viera los vídeos de Falun Dafa en casa de un aldeano, en agosto de 1997. Aunque no había oído hablar nunca de Falun Dafa, fui allí porque no tenía nada que hacer.

No comprendí lo que dijo el Maestro, pero me sentí muy cómoda viendo las conferencias. Aunque a menudo tenía que usar el baño con urgencia, no sentí ninguna incomodidad ni dolor. Los practicantes me dijeron que el Maestro estaba purificando mi cuerpo. Poco después, me di cuenta de que me había recuperado de todas mis enfermedades.

Una noche soñé que un hombre alto venía a mi casa con un saco lleno de libros, elegí un libro azul y lo abracé con fuerza contra mi pecho. Aunque el hombre me ofreció otro libro, no me interesó. Como era analfabeta, me pregunté de qué trataba este sueño. Cuando el asistente local me dio el libro Zhuan Falun, supe que era exactamente el mismo libro que había visto en mi sueño.

Durante el estudio del Fa en grupo, escuchaba como leían los practicantes y me preguntaba cómo podría aprender a leer. Cuando mi hija se burló de mi porque intenté descifrar algunos caracteres, le repliqué: “No conozco las palabras. Pero ellas sí me conocen”.

Desde ese día el Maestro me enseñó a leer en mis sueños. Cuando me despertaba, buscaba y examinaba las frases y los párrafos que había aprendido en mis sueños. Así fue como aprendí a leer.

Cada frase del Fa del Maestro entró en mi corazón. Al final, comprendí la razón por la que he sufrido tanto y por qué todavía vivo a pesar de las muchas penalidades y tribulaciones. Estaba esperando este Fa.

Manteniendo la calma y la paz

Cuando el régimen comunista prohibió Falun Dafa el 20 de julio de 1999, nuestro grupo de estudio del Fa fue perseguido.

Pensé: “El Maestro nos pidió que estudiáramos el Fa en grupo. Debemos escuchar al Maestro. No podemos permitirnos perder este ambiente”. Por esta razón, ofrecí mi casa para estudiar el Fa.

Pero el ambiente se volvió más y más opresivo. El PCCh ordenó entregar nuestros libros de Falun Dafa. Le dije a todos los practicantes que no los entregaran, y guardé los libros en un lugar seguro. Sabía que no debíamos renunciar a nuestros libros. En toda nuestra aldea solo se entregó un libro de Dafa.

Un agente de la oficina 610 instaló un centro de lavado de cerebro en mi aldea y me llamó en junio de 2000. Le conté lo que había aprendido. Le dije que era analfabeta y que solo aprendí: “Verdad-Benevolencia-Tolerancia” y “Falun Dafa es bueno”. Exigió que firmara un documento con mi huella dactilar.

Le dije con firmeza: “Soy una mujer anciana y no he hecho nada malo. ¿Por qué debo firmar con mi huella este documento?”. El agente no contempló otra opción que dejarme marchar.

El Maestro dijo:

“...entonces, cuando te enfrentes con la malvada persecución y cuando te enfrentes con interferencias, una sola frase tuya reforzada con pensamientos firmes y rectos podrá instantáneamente hacer que el mal se desintegre...”. (Exponiendo el Fa en el Fahui Internacional del Oeste de los Estados Unidos)

Refugio

Durante el Año Nuevo Chino de 2001, una pareja joven con un bebé de un año de edad se habían convertido en personas sin hogar, a causa de la persecución. Sus parientes no les permitían quedarse en sus casas porque la policía estaba buscando practicantes de Falun Dafa, en todos los sitios. Les pedí que se quedaran conmigo.

Con el tiempo, más de una docena de practicantes vivían en mi casa. Esto llamó la atención del representante de la secretaría del partido en mi aldea. Me denunció a la policía.

Durante la época de la recolección del trigo, mientras freía tortitas para los practicantes, vino a mi casa el director de la oficina 610 de la localidad con ocho personas más. Saquearon mi casa y exigieron saber por qué estaba haciendo tantas tortitas. Dijeron que sabían que algunos practicantes vivían conmigo. Les dije: “¿Por qué no? Las personas que practica Falun Dafa no son ni asesinos ni pirómanos. ¿De qué debo tener miedo?”.

Busqué alguna manera de informar a los practicantes para que no vinieran a mi casa ese día. Pensé que las personas de la oficina 610 se alarmarían si veían que yo no respiraba. Tan pronto como tuve este pensamiento, en efecto caí al suelo sin respiración, aunque aún podía escuchar sus voces. Me tumbaron sobre la cama. Cuando conseguí respirar nuevamente, le pedí al director que dejara pasar a alguien para que me ayudara a cambiarme de ropa, porque había mojado mis pantalones. La mujer de mi sobrino entró y le pedí que enviara los mensajes a los practicantes. Los agentes estuvieron en mi casa hasta el mediodía, y no vieron que nadie viniera, así que se marcharon, pero vigilaban mi casa a toda hora.

El Maestro dijo:

“Si no tienen miedo, el factor que les haría tener miedo se volverá no existente”. (Eliminen sus últimos apegos de Escrituras esenciales para mayor avance (II) )

No tenía miedo en absoluto, hice lo que debía hacer. Un día la policía vino otra vez a mi casa. Agarré una pala y me dirigí hacia ellos. No sabían cómo tratar conmigo y no volvieron.

Un sueño sobre los materiales de Dafa escondidos

A pesar de las mentiras y las calumnias de los medios controlados por el régimen comunista, nunca tuve dudas sobre Dafa y el Maestro. Escuchaba al Maestro. El Maestro nos pidió que aclaráramos la verdad, así que le aclaré la verdad a la gente.

Muchos practicantes fueron arrestados. Algunos de los que se quedaban en mi casa salieron a colocar carteles una noche y no volvieron. Descubrimos varios días después que habían sido arrestados. Algunos fueron llevados a campos de trabajo forzado. Muchos practicantes no se atrevían a salir.

Una noche tuve un sueño. En el sueño, el Maestro, insinuaba que cierto practicante tenía materiales de Dafa. Fui a verlo temprano en la mañana. Se sorprendió de que supiera que tenía materiales y me preguntó quién me lo había dicho. Le respondí: “El Maestro”. Los materiales estaban escondidos en su huerto.

Colocando carteles

Sabía que los practicantes tenían miedo de colocar carteles de aclaración de la verdad, así que salí después de que oscureciera para colocarlos yo sola. Le dije al Maestro en mi corazón: “Maestro, voy a colocar carteles para buscar que se haga justicia a Falun Dafa. El Maestro está conmigo así que no tengo miedo. Aunque los practicantes no quieren salir, no volveré a casa hasta que no acabe de poner todos los carteles”.

Me detenía cuando veía un buen sitio para un cartel, extendía pegamento en el dorso con el cepillo, agarraba las dos esquinas del cartel y lo colocaba sobre una tapia o un poste de electricidad. Seguía estos pasos y coloqué los carteles uno por uno. Agradecí al Maestro en mi corazón por darme sabiduría. Era una mujer anciana de 60 años y no sabía leer ni escribir. Nunca había hecho un trabajo como este. Si el Maestro no me hubiera dado sabiduría, no habría pensado de una manera tan clara como cumplir esta tarea.

Colocar los carteles me llevó toda la noche. El nuevo día empezaba a despuntar cuando acabé. No me sentía cansada, aunque no había dormido en toda la noche. Sentía mi cuerpo muy ligero.

Ir un paso por delante de la policía

Una practicante joven estaba dispuesta a ayudarme. Aunque la policía estaba por todos lados, salíamos a colocar los carteles. Siempre íbamos un paso por delante de la policía. Nos escondíamos cuando los escuchábamos y colocábamos los carteles cuando se iban.

También fui al mercado a distribuir materiales. El director de la oficina 610 local se quejaba porque no eran capaces de sorprenderme, aunque todos sabían que distribuía materiales. Le dije a la gente con una sonrisa: “Nuestro Maestro nos protege. ¿Como van a sorprendernos?”.

Independientemente de si había tormenta o hacía viento, salía a distribuir materiales de aclaración de la verdad sobre Dafa. No me importaba si era un día “políticamente sensible”. Estaba muy agradecida a los practicantes porque me proveían con diferentes materiales de Dafa.

Después de que publicaran los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, empecé a aclarar la verdad cara a cara y a persuadir a la gente para que renunciaran al partido. Les pedía que me escribieran sus nombres o sino, lo hacía yo misma.

Algunos propietarios de las tiendas del mercado me conocían y gritaban cuando me veían: “Mira la dama de Falun Dafa ha vuelto”. Los saludaba con una sonrisa: “Sí, traigo cosas buenas para ustedes”. Especialmente cuando se acercaba el Año Nuevo Chino, la gente me pedía calendarios de Dafa y amuletos.

Lidiando con la policía

Me han arrestado varias veces durante estos últimos años. Pero, siempre volvía a casa. Un día salí para colocar pancartas de aclaración de la verdad durante el día. Tres coches de policía me rodearon y me llevaron a la comisaría.

El Maestro dijo:

“No importa cuál sea la situación, no cooperen con las demandas, órdenes e instigaciones del mal”. (Los pensamientos rectos de los discípulos de Dafa son poderosos, de Escrituras esenciales para mayor avance (II) )

No respondí a sus preguntas. Solo envié pensamientos rectos para eliminar los factores perversos que los controlaban, porque no quería que pecaran contra Dafa. Después de un rato, el ventilador del escritorio empezó a hacer mucho ruido, sonaba tan fuerte como un trueno. Los tres policías se aterrorizaron y me dejaron marchar rápidamente. Me dejaron tranquila. Media hora después, llegué a casa.

La policía irrumpió en mi casa en julio de 2012, la saquearon y confiscaron mis libros de Dafa, el ordenador, la impresora y los 10.000 yuanes que mis amigos y parientes me habían regalado por mi cumpleaños. La policía estropeó mi mobiliario cuando saquearon mi casa, y me estaban esperando para arrestarme cuando volví. Dijeron que alguien me había denunciado porque repartía, con frecuencia, materiales de Falun Dafa.

Un policía entró en la habitación después de un rato. No sonaba como los de la localidad. Me pidió que no tuviera miedo y me dijo que su madre practica Falun Dafa. A la mañana siguiente, me recordó a las 6:00 a.m. que enviara pensamientos rectos. Me compró dos bollos de carne para que desayunara y me liberó.

Más tarde, cuando los policías me encontraban distribuyendo materiales en el mercado, solo decían: “Oh, es usted de nuevo”, y se marchaban.

Un día, cuando estaba distribuyendo materiales, escuché que alguien decía: “Todavía está distribuyendo folletos”. Me giré y vi al ex director de la oficina 610 que me había perseguido. Me dijo: “Mi madre ha empezado a practicar Falun Dafa”. Le dije: “Su madre practica y sería mejor que usted también practicara. Ha acumulado demasiado yeli por perseguir a Dafa. Necesita disolver su yeli”. Le dije que su mujer también debería empezar a practicar Dafa.

Un pensamiento determina el resultado

He sufrido varios accidentes de tráfico. Perdí tres triciclos. Pero, validé el Fa en cada una de estas ocasiones.

Cuando montaba en triciclo para ir a casa de un practicante por materiales, un joven me golpeó con su motocicleta. El triciclo me cayó encima, y no podía levantarme. El joven me quitó el triciclo de encima y me ayudó a levantarme. Me preguntó dónde me había herido y quería llevarme al hospital. Le dije que practicaba Falun Dafa y que estaba bien. Le hablé sobre Dafa y le pedí que renunciara al PCCh, y lo hizo. Dijo: “Señora, me he topado con usted, que es una buena persona. Es mayor, pero yo fui quien tuvo miedo de que le pasara algo”.

El Maestro dijo:

“Decimos que lo bueno o lo malo vienen de un pensamiento de la persona, y la diferencia de este pensamiento también trae distintas consecuencias”. (Zhuan Falun)

Mi hija me visitó 10 días después. Vio que el frontal de mi triciclo estaba roto y me preguntó por qué. Le dije que había tenido un accidente pero que mi triciclo funcionaba bien. No me creyó, y dijo que no podría usarlo con la parte delantera así de rota. Me compró uno nuevo. Me pregunté sobre esto solo después de que me lo mencionara. ¿Por qué mi triciclo todavía seguía funcionando tan roto como estaba?

Un día me golpeó otro triciclo. Me lastimé la cadera y no podía andar. Le pedí al conductor del triciclo que me llevara a casa. Quiso darme dinero. Me negué a aceptarlo, y le dije que practicaba Falun Dafa y que estaba bien. Después de que se fue, sentí un dolor insoportable. Empecé a practicar la meditación sentada. Escuché varios sonidos fuertes en mi cadera, después me levanté y caminé. No sentía dolor en absoluto. Sabía que el Maestro había curado mi cadera. ¡Gracias Maestro!

Mi recuperación es la prueba de que Dafa es extraordinario

Me caí de la cama en junio de 2015. Con lo que choqué primero contra el suelo fue con mi hombro derecho, e hizo mucho ruido. Noté que no estaba bien cuando me levanté. Estudié el Fa, envié pensamientos rectos y empecé a practicar los ejercicios. Cuando estaba haciendo el primer ejercicio, escuché ruidos al estirar los brazos. No le presté mucha atención, después de finalizar los cinco juegos de ejercicios me fui a la cama. A la mañana siguiente, mientras hacía los ejercicios, no podía estirar del todo los brazos y mi hombro estaba hinchado.

Una practicante me visitó después de que acabé mi desayuno. Vio que mi clavícula se había despegado. Llamó a mis dos hijas. Estaban aterrorizadas cuando me vieron. Me obligaron a ir a ver a un doctor. Los resultados del escáner mostraron que mi clavícula estaba rota y dislocada. El doctor me dijo que necesitaba cirugía. No quería que me operaran.

Le dije a mis hijas: “No importa si está rota o dislocada. El Maestro cuida de mí. No necesitan preocuparse. Practicaré los ejercicios y les garantizo que me recuperaré dentro de tres días. Pueden llevarme al hospital si no me he recuperado dentro de tres días”.

Una de mis hijas vino a verme a las 5:30 a.m. del día siguiente. Aún no había acabado mis ejercicios. Estaba preocupada. Después de que acabé los ejercicios, comprobó mi estado y vio que la hinchazón había desaparecido. También vio que mi clavícula había vuelto a su posición correcta. Dijo: “Falun Dafa es extraordinario de verdad. Gracias Maestro de Falun Dafa”.

La practicante se disculpó por haber avisado a mis hijas. Le respondí: “Es una cosa buena. El escáner prueba que mi clavícula estaba rota de verdad. Pero me recuperé en tres días sin operaciones. ¿No estamos validando el Fa?”. Mi historia se difundió por todas partes.

Una recuperación sensacional

Una mujer de 70 años de mi aldea estuvo muy enferma la primavera pasada. El hospital se negó a tratarla. Su familia estaba preparando su funeral. Cuando la visité, tenía el goteo de suero y necesitaba oxígeno. Sus ojos estaban tan hinchados que no podía ni abrirlos. No comía desde hacía cinco días. Vomitaba incluso cuando bebía agua. Era incapaz de reconocer a nadie. Su familia sabía que yo practicaba Falun Dafa, así que me invitaron a su casa.

Desde que me invitaron porque practico Falun Dafa, supe que esta mujer tenía una relación predestinada con Dafa. Tenía que salvarla. Le pedí al Maestro que me fortaleciera. Envié pensamientos rectos junto a ella durante dos horas. Abrió sus ojos un poco y asintió con la cabeza. Me reconoció. Le dije: “Hermana, por favor, repite 'Falun Dafa es bueno' y 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno' y envía tus saludos a nuestro Maestro. El Maestro te ayudará”. Asintió con la cabeza. También le pedí a su familia que creyera y repitiera esas frases. Vieron su cambio y las repitieron con fuerza.

Cuando la vi de nuevo por la tarde, sus ojos estaban abiertos, y podía hablar. Bebió un vaso lleno de agua y algún zumo de melocotón a última hora de la tarde. Le aseguré a ella y a su familia que se recuperaría rápidamente mientras continuaran repitiendo sinceramente: “Falun Dafa es bueno” y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.

Al día siguiente le retiraron el goteo y el oxígeno. Su inflamación había desaparecido. Al tercer día su vientre ya no estaba hinchado. Comió un huevo y algo de sopa de arroz el quinto día. Fue capaz de caminar al séptimo día. Ahora repite: “Falun Dafa es bueno” y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” cada día. Está completamente recuperada. Ayuda en las tareas y visita a los vecinos.

Su historia causó sensación en la aldea y se difundió a las aldeas vecinas. La gente estaba convencida de que repetir: “Falun Dafa es bueno” puede salvar vidas de verdad. Desde entonces, mucha gente me pide amuletos. Algunos incluso aprenden los ejercicios. Incluso el agente más testarudo de la aldea grita: “Falun Dafa es bueno” cuando me ve.

“Escucha al Maestro y no te desviarás”

La gente dice que estoy tan fuerte como hace 20 años. También me siento mucho más joven que alguien de 81 años y estoy llena de energía.

No puedo expresar muchos de mis entendimientos del Fa. Pero escucho al Maestro y hago todo lo que el Maestro pide a sus discípulos.

El Maestro nos pidió aclarar la verdad y salvar seres conscientes, así que salgo todos los días a aclarar la verdad y a salvar a seres conscientes. El Maestro nos pide enviar pensamientos rectos, así que envío pensamientos rectos. Conduzco mi triciclo a los distritos próximos y a los alejados, y voy al centro de detención a enviar pensamientos rectos.

Suministro materiales de Dafa a más de 80 practicantes. Con regularidad, reparto los nuevos artículos del Maestro, el “Minghui semanal” y otros materiales de Dafa a los practicantes.

Algunos practicantes tienen miedo de distribuir materiales de Dafa cuando se nota tensión en el ambiente. Yo misma salgo y los distribuyo.

Escucha al Maestro y estarás a salvo. Escucha al Maestro y no te desviarás de tu camino. Escucha al Maestro y alcanzarás la Perfección.

¡Gracias Maestro y compañeros practicantes!