(Minghui.org) Los autores del libro Cosecha Sangrienta, Dr. David Matas y David Kilgour, fueron invitados a ser parte de un simposio en el Parlamento Sueco el 27 de septiembre de 2016. Tuvieron una discusión sobre tomar medidas legales para prohibir el turismo de trasplantes a China. Läkartidningen, la publicación médica más grande de Suecia, publicó un informe en su sitio web titulado “Crímenes contra la humanidad a escala industrial”.
Captura de pantalla del informe “Crímenes contra la humanidad a escala industrial” en el sitio web de la publicación médica Läkartidningen. (De iziquierda) El Dr. David Matas, Sr. Wu Manyang de la Sociedad Internacional por los Derechos Humanos, Niclas Malmber parlamentario sueco, y el David Kilgour en el simposio.
El artículo presentaba la reciente actualización del informe sobre la matanza de millones de prisioneros de conciencia por parte del partido comunista chino para el uso de sus órganos para trasplantes, y el simposio con la charla de los autores del informe.
El artículo citaba la discrepancia entre las cifras oficiales chinas de trasplantes, alrededor de 10.000 por año y los descubrimientos del informe de 60.000 – 100.000 por año. Según las investigaciones, la única explicación está en el gran número de prisioneros de conciencia que han sido asesinados por sus órganos, entre ellos están las minorías étnicas, grupos religiosos, y principalmente practicantes de Falun Gong, el grupo más grande de prisioneros de conciencia en China.
El informe incluye los testimonios de sobrevivientes de torturas a quienes amenazaron con sacarles los órganos. El informe también señala que mientras el gobierno chino admite el uso de órganos para trasplantes de prisioneros ejecutados, el número de estos no llega a cubrir el total de trasplantes.
Cuando se le preguntó a Kilgour de qué se podían enterar los médicos suecos con respecto a esta investigación, él dijo que sabrían que este es un crimen contra la humanidad a una escala industrial, y que tienen que asegurarse de no ser parte del mismo. Kilgour insta a los médicos suecos a salvaguardar la ética profesional, y no trabajar, entrenar o participar en investigaciones con cualquiera que esté involucrado en la sustracción de órganos.
El parlamentario Niclas Malmberg le dijo al periodista que había escrito una moción que prevendría que ciudadanos suecos vayan a China para trasplantarse, leyes similares se aprobaron en España. Malmberg dijo que era el primer paso que Suecia tenía que tomar.