(Minghui.org) Soy un hombre joven de 30 años y vivo en un pequeño pueblo en las montañas del noreste de China. La gente del pueblo es sencilla y honesta. Nuestras vidas dependen mucho del clima. Hace unos años, algunos de nosotros decidimos buscar trabajo fuera de nuestro pueblo para ganar más dinero.
Volviéndome una mala persona
Nos sentimos afortunados de conseguir trabajo en una mina de molibdeno. Aunque el trabajo puede ser peligroso, el sueldo era bueno. El precio de molibdeno había subido y muchos de los mineros fueron tentados a robar algo para ellos y venderlo por su cuenta para obtener un ingreso extra. Yo era honesto y solo trabajaba duro, sin robar nada del metal que estábamos extrayendo.
Debido a que no robaba como los demás, me hacían pasar momentos difíciles. Era acosado y culpado de todo lo que salía mal. Poco a poco, caí en la tentación y empecé a robar. Después, mi deseo para conseguir dinero creció y seguí robando regularmente.
No sabía que robar generaría yeli (karma) y lo tomaba como una habilidad. Neciamente, prestaba atención a lo que me decían los demás, de que debemos simplemente disfrutar de la vida, divertirnos y no pensar en el futuro. Comencé a complacerme comiendo y bebiendo demasiado, apostando y pasando tiempo con mujeres.
La fortuna y la desgracia son el resultado de causa y efecto del yeli (karma). Había tomado lo que no me correspondía y, consecuentemente, empecé a sufrir. Estaba tosiendo sangre y mi salud se deterioró rápidamente. Finalmente, ya no fui capaz de ir a trabajar y regresé a casa a recuperarme. Había querido hacer dinero para mejorar mi vida pero, en vez de eso, me había atraído problemas financieros. Sentía remordimiento y también dolor.
Buscando a un practicante de Falun Dafa
Quería cambiar mi vida y mi destino, pero no tenía idea de cómo hacerlo. Ni siquiera podía pedir dinero prestado para ver a un médico porque los aldeanos no tenían nada de sobra.
Entonces pensé en alguien que me pudiera ayudar y fui a buscarlo. Él practica Falun Dafa. Muchas personas en nuestro pueblo sabían su historia. Hace tiempo había sufrido de cáncer de hígado en fase terminal. Mientras estaba esperando morir en su casa, le pidió sinceramente ayuda al Maestro Li, el fundador de Falun Dafa.
Él dijo: "Si el Maestro me da una segunda oportunidad, pasaré el tiempo que me va a conceder para salvar a otras personas".
El Maestro le dio una segunda vida y, desde entonces ha estado ocupado hablándole a la gente sobre Falun Dafa cada día, durante 10 años. Él me presentó Falun Dafa.
"Falun Dafa es una práctica de la escuela Buda", me dijo, "para cultivar el cuerpo y la mente. No tienes que ir a una montaña, ni entrar a un templo, sino que te cultivas en la sociedad. Necesitas mejorar tu carácter moral y vivir de acuerdo a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. La práctica de cultivación es diferente de los ejercicios físicos. ¿Quieres darte una oportunidad?".
Le dije: "Sí, quiero. Me estoy muriendo, no tengo nada que perder. Seré una persona buena, honesta y voy a practicar diligentemente".
Siguiendo los principios de Dafa
Comencé a seguir los requisitos de Dafa y abandoné mis malos hábitos. Cuando la gente me pidió que hiciera un trabajo que no era ético, me negué. Poco a poco, aquellas personas empezaron a alejarse de mí. Me dediqué a cultivar Dafa con todo mi corazón.
Un día tosí sangre. Miré hacia adentro para ver qué era lo que estaba haciendo mal. Entonces, me di cuenta que tenía algo del molibdeno que había robado antes. Recordé la lección del Maestro en Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, y del ejemplo sobre devolver las toallas que alguien se había robado de la fábrica textil. Debía seguir ese ejemplo y devolver lo que había tomado. Así que devolví el molibdeno rápidamente.
Comencé un negocio de taxi con un triciclo. No discutí con los clientes cuando no me pagaron lo suficiente. Sólo pensé que hicieron lo mejor que pudieron. A veces incluso di paseos gratis. Mucha gente dice que soy una buena persona. No compito con los demás. A veces, mi esposa se enoja conmigo por ser tan amable. No me enojo con ella tampoco, sino que trato de entender cómo se siente.
En la gasolinera me cobraron 55 yuanes, aunque el tanque sólo tenía capacidad para cargar gasolina de 50 yuanes. No dije nada, pero el empleado se dio cuenta del error y me dio un recipiente de plástico para llevarme gasolina extra. El recipiente tenía una fuga y la gasolina se estaba derramando en el suelo. Me podría haber quejado si no hubiera sido un practicante de Dafa. En cambio, le dije que estaba bien, que el error no había sido intencional. Él estuvo agradecido por mi bondad y me dijo que era una buena persona.
A través de la práctica de Falun Dafa, no sólo me volví más saludable, pero también mis estándares morales han mejorado y sé discernir entre lo bueno y lo malo. A lo mejor parezco igual, pero me he convertido en una persona diferente después de practicar Falun Dafa. Cuando mi estándar moral era corrupto, el cielo parecía oscuro y el mundo caótico. Ahora, mi mente está tranquila y el cielo parece soleado y hermoso.