(Minghui.org) Los practicantes de Falun Gong en Nueva Zelanda se embarcaron en una gira en auto por todo el país la primera semana de octubre de 2016, para generar conciencia sobre la matanza de practicantes de Falun Gong en China, donde el estado lleva a cabo la sustracción forzada de órganos para trasplantes. La gira visitó más de diez ciudades en dos semanas. Sus esfuerzos captaron la atención de los medios y el público, y muchos se enfurecieron por las atrocidades.
Costa este de la Isla Norte
La primera gira pasó por ciudades en la costa este, Whakatane, Opotiji, Rotorua, Gusborne, y Napier. Entre los participantes de la gira había practicantes que fueron torturados en China por negarse a renunciar a su fe.
The Gisborne Herald informó sobre el evento el 7 de octubre de 2016. Su reporte “Protestando contra la sustracción de órganos vivos” presentó la historia de Guogua Huang y su hija Luna.
Guohua y su difunta esposa fueron arrestados en China en 2002 por tener materiales de Falun Dafa y la persecución del régimen comunista. La esposa del Sr. Huang murió bajo custodia policial mientras la pareja estaba detenida en prisiones diferentes.
“La evidencia me ha llevado a creer que ella fue asesinada por sus órganos”, dijo el Sr. Huang en el artículo.
El informe declara: “En ese tiempo, la esposa del Sr. Huang estaba embarazada de tres meses y su hija, Luna Huang, solo tenía 18 meses de edad”
The Gisborne Herald cubre la gira en auto el 7 de octubre de 2016.
Cuando un periódico publicó la noticia sobre la llegada de los practicantes el 3 de octubre, un grupo de locales los esperó para mostrarles su apoyo.
Un periodista del Herald le preguntó a Luna qué podía hacer Nueva Zelanda para ayudar: “Hay niños que se están quedando huérfanos y otros son torturados por sus creencias, tenemos que hacer que el mundo sepa, porque no muchos los saben”, dijo.
El artículo habló sobre la última investigación sobre la sustracción de órganos en China y los esfuerzos globales para detener estas atrocidades. Citando el trabajo de investigación del periodista Ethan Gutmann, coautor del nuevo informe, se estima que un 1.5 millones de personas podrían haber sido asesinadas en China para sustraerles los órganos, desde el año 2000.
Los medios locales de otras ciudades también informaron sobre la gira en auto y la sustracción de órganos, entre ellos el Beacon en Whakatane.
Costa oeste de la Isla Norte
En la gira por la costa oeste, el equipo llegó a su primera ciudad, New Plymouth, el 10 de octubre. El periódico más grande de allí, Taranaki Daily News, publicó un artículo ese mismo día a la tarde: “Inmigrantes chinos piden a Nueva Zelanda que ayuden a detener la sustracción de órganos en su tierra natal”. El artículo online incluía varias fotos y un video de la entrevista a Hanwen Zheng y su esposo Sanpu He.
El artículo dice: “Cuando Hanwen Zheng recuerda esos años tortuosos que pasó en una prisión china, las lágrimas salen de sus ojos”.
“Me doblaron el cuerpo a 90 grados y me ataron las manos detrás de mi espalda hasta que se pusieron negras. Me desmayé y me echaron agua helada en el cuerpo”, dijo ella.
El artículo continúa: “Fui golpeada porque no comía y luego me alimentaron a la fuerza. Perdí mis dientes delanteros durante la alimentación forzada”, contó.
“Mientras atravesaba dos años de torturas, me enteré la verdadera razón por la que estaba encarcelada, ‘querían mis órganos’, dijo Zheng. ‘Los que practicamos estamos muy sanos. Me enteré lo que les estaba pasando a otros prisioneros y temí por mi vida’”.
La Sra. Zheng escapó a Tailandia en 2003 y luego emigró a Nueva Zelanda. Finalmente se reunió con su esposo, Sanpu He, en 2009 después de sufrir 8 años en detención.
El Taranaki Daily News del New Plymouth, publicó un artículo titulado “Inmigrantes chinos piden a Nueva Zelanda que los ayuden a detener la sustracción de órganos en su tierra natal”.
Apoyo público
Gao, un practicante, se conmovió con la gente que conoció en más de diez ciudades durante la gira. Algunas personas se llevaron materiales extra para repartirlos.
“Una señora mayor y su nieta en Gisborne pararon para hablar conmigo. Me pidieron materiales y fueron a la municipalidad. Dijo que quería que el alcalde supiera de esto”.
En New Plymouth, una mujer se conmovió después de escuchar a Gao hablar de la persecución. “Usted no solo está consiguiendo apoyo de la gente de Nueva Zelanda, sino que también está ayudando a revivir los valores de Nueva Zelanda”, dijo ella.