(Minghui.org) Alguien tocó a mi puerta el 28 de octubre de 2015. Por la cerradura pude ver a siete oficiales de la policía. Era obvio por qué estaban allí, así que decidí enfrentarlos dignamente.
“¿Quién es?”. Pregunté casualmente. “De la inmobiliaria”, respondió uno de ellos. No pude hacer más que reír. Abrí la puerta e ingresaron. Luego de verificar mi nombre, dijeron que debería saber por qué vinieron a mi casa. Respondí, calma y con orgullo, que habían venido porque practico Falun Gong.
Luego saquearon mi casa sin una orden y confiscaron mis libros, amuletos y DVDs de Falun Gong. Entonces, me llevaron a la comisaría local y luego me transfirieron a un centro de detención.
Sin miedo
No tuve un gramo de miedo en mi mente. En cambio, tomé esta oportunidad para contarle a todo con quien me cruzase sobre los hechos de Falun Gong. También les dije que al enfrentarse con adversidades recitasen “Falun Gong es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.
Sin embargo, en el centro de detención, tuve unos fuertes calambres en la pierna y me sentí un poco mal. Me pregunté por qué tenía estos síntomas. Me miré internamente y pensé: “No tengo miedo y ningún apego me preocupa. Mis pensamientos rectos son bastante fuertes. Entonces, ¿por qué estoy experimentando estos síntomas? Debe ser que tengo algunas brechas que están siendo utilizadas por las viejas fuerzas. Voy a cavar más hondo para descubrir dónde me he quedado corta”.
Me miré internamente cuidadosamente, y envié pensamientos rectos para limpiar mi campo dimensional, y al mismo tiempo le pedí al Maestro que me dé una pista.
Respuestas claras e inteligentes
Mi mente buscó respuestas. Luego me di cuenta de que desde el instante en que ingresé al centro de detención, mi mente estaba enfocada en cómo responder cuando fuese cuestionada. Preparé varias versiones y todas eran muy claras e inteligentes. Utilicé nociones y pensamientos humanos basados en un egoísmo profundamente escondido. Mi mente estaba llena de pensamientos sobre cómo protegerme, en vez de los pensamientos rectos de un practicante de Falun Gong.
Cuando descubrí este egoísmo escondido me quedé estupefacta. Solía creer que mis pensamientos rectos eran bastante fuertes, cuando de hecho yo estaba usando nociones humanas para esconder mi apego egoísta. Habiendo encontrado la raíz de la causa de mis síntomas físicos, rápidamente la desintegré con fuertes pensamientos rectos.
Una corriente caliente pasó por mi cuerpo, todos los síntomas que me hacían sentir mal desaparecieron.
Enfocarse en salvar a la gente
Esa noche tuve un sueño en el que vi que había escrito una enorme pila de artículos, pero ninguno tenía título. No supe qué hacer. En ese instante un bolígrafo sin forma apareció y le puso títulos en diferentes colores, lo cual me dio la pista de que todos estos artículos eran para salvar a la gente. Desperté y me di cuenta que el Maestro me estaba señalando que, por más que yo haya preparado una cantidad de respuestas, estas serían inútiles sin un foco en salvar a la gente.
A partir de este incidente me di cuenta que cuando nos preparamos para algo, se desata una batalla entre la materia positiva y la negativa en otra dimensión. A veces es difícil distinguir entre el bien y el mal, lo bueno y lo malo, en situaciones en donde las cosas no son claramente definidas. Entonces, debemos mantener pensamientos rectos muy fuertes, y tener una fe completa en el Maestro. Siempre y cuando mantengamos pensamientos rectos, el maestro nos ayudará.
El maestro ha dicho: “La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del Shifu”. (“Zhuan Falun”)
Los pensamientos definen el resultado
Nuestros pensamientos deben ser los de un discípulo de Falun Gong. El proceso de formar pensamientos es muy rápido en otras dimensiones, y antes de que uno actúe, nuestro comportamiento en el mundo humano ya está definido. Esto nos dice que cada pensamiento que tenemos debe cumplir el estándar del Fa. Una vez que obtuve este entendimiento, ya supe qué hacer.
Envié pensamientos rectos antes de encontrarme con la policía que me interrogaría. Sentí compasión hacia ellos y los consideré como parte de mi familia. Les conté de mis experiencias de cultivación, comenzando desde 1996, y les di un panorama claro acerca de qué es Falun Gong. Fue increíble que se hayan quedado más de una hora escuchándome pacientemente. Habían venido para interrogarme, pero al final se fueron sin hacerme ni una pregunta.
Cuando basamos nuestras acciones en el Fa, todo se vuelve tan simple. Cuando nuestro corazón está en salvar a la gente, el Maestro nos ayudará a alcanzar lo que necesitemos. Un mes más tarde salí de la prisión de manera digna.
Me di cuenta que sigo teniendo muchas nociones humanas escondidas, apegos y preocupaciones. Sin embargo, creo que siempre y cuando tenga el deseo de eliminarlos y mantenga una fe firme en que soy una discípula de Falun Gong, el Maestro me ayudará a cumplir mi deseo.