(Minghui.org) Asistí a una larga sesión de estudio del Fa no hace mucho. Cuando nos fuimos a tomar un descanso, decidí que los practicantes involucrados en la aclaración de la verdad sobre Falun Dafa con tableros informativos en el Barrio Chino se beneficiarían con una discusión cara a cara.
Estos practicantes discutían repetidamente cómo esos tableros desplegables deberían ser arreglados y desplegados.
Alguien me contó del conflicto. Me sentí triste y no podía calmarme, aún durante el grupo de estudio del Fa. Estos conflictos venían ocurriendo durante más de dos años. Me sentía incómodo cada vez que iba al Barrio Chino, porque la atmósfera era muy deprimente.
Fui la primera persona en hablar durante la discusión. Una practicante, que había estado cuidando de los hijos de un practicante, me interrumpió y preguntó dónde se había ido uno de los niños. Le pedí que no me interrumpiera, ya que era irrespetuoso. Me preguntó si sentía que ella estaba equivocada y explicó por qué estaba preocupada.
La conocía de antes de mudarnos al extranjero. Lo que ella me dijo me hizo sentir avergonzado.
Estaba listo para volver al salón de estudio del Fa, pero me pidió hablar para resolver nuestro conflicto. Sentía como si ella estuviera buscando excusas y no sentía que hubiera hecho algo equivocado. Por lo tanto, no pensé que hablando con ella resolvería la cuestión, así que paré la conversación y me fui.
Un poema del Maestro comenzó a golpear en mi cabeza:
“Buscar la causa hacia adentro es xiulian” (“No contender” de Hong Yin III)
Escribí el poema en un papel y se lo di a la practicante. También escribí al pie de la página: “No quiero hablar contigo hoy. Quiero encontrar mi problema”.
La cuestión del respeto
Solía pensar que era respetuoso de la antigua tradición y que estaba siguiendo tradiciones chinas. Entonces me di cuenta que me estaba juzgando según los estándares morales de la gente común, que se está deteriorando. Esa tía era más vieja que yo, y ella también era una compañera practicante. Desde cualquier perspectiva, necesitaba respetarla. Aún si me interrumpió, no debí haberla castigado en público. No estaba pensando en sus sentimientos.
Pensé que la interrupción insultó mi dignidad y que no estaba siendo respetado. El incidente me mostró mi estándar real de xinxing, el cual estaba lejos de los estándares morales de tradiciones chinas, sin mencionar del estándar del Fa.
El respeto es una cuestión importante. No estaba respetando a los demás y esa era la verdadera razón del incidente. Había ocho practicantes presentes y debería haber escuchado sus intercambios de experiencias. Corté, sin embargo, para poder ventilar mis pensamientos. Esto venía de mi apego a ostentar.
A menudo interrumpía a los demás, incluyendo a esa tía, pero ella nunca dijo una palabra cuando la interrumpí. Solo escuchó. Su xinxing era mucho más alto que el mío en ese punto. Me di cuenta de mi falta de entendimiento y aunque algunas veces lo superaba, no lo había corregido completamente, porque no le prestaba atención.
No estaba respetando a los demás. No podía prestar atención si las palabras de los otros practicantes no mantenían mi interés. Era incapaz de concentrarme y chequeaba mi teléfono celular, hablaba con el practicante al lado mío en voz baja o hacía otras cosas.
Una persona común con una buena educación miraría a la otra persona y la escucharía atentamente, mostrando buenas maneras, mientras yo, un practicante, ignoré estos modales básicos.