(Minghui.org) La costa oeste del sur de Nueva Zelanda es un paraíso aislado conocido por sus montañas subtropicales, escarpadas costas, ríos de aguas cristalinas y arroyos.
Debido a su remota ubicación, muchos lugareños de allí nunca habían oído hablar de Falun Gong. La mayoría de los practicantes de Falun Gong de Nueva Zelanda viven en ciudades más grandes, como Auckland, Wellington y Christchurch, muy lejos de la costa oeste.
Un practicante de Australia y otro de Nueva Zelanda decidieron presentar Falun Gong a estas comunidades organizando clases de meditación en las ciudades de Westport y Karamea. Los dos han practicado durante más de diez años, y están entusiasmados por enseñar la práctica a la gente.
Uno dijo: “Hemos hecho esto en los últimos dos años en diferentes áreas remotas. Hemos tenido una gran aceptación, por lo que estamos muy motivados para seguir creando estas oportunidades para las personas que no han oído hablar de Falun Gong o no han tenido la oportunidad de probarlo.”
Los practicantes enseñan los ejercicios de Falun Gong en Westport Nueva Zelanda.
En Westport, un antiguo pueblo minero de oro, con una población de aproximadamente 5.000 habitantes, dos periódicos locales publicaron historias sobre los practicantes, lo que ayudó a los lugareños a entender la práctica y animarles a asistir a las clases.
Un joven de Westport que pasaba en su bicicleta quedó bastante intrigado, por lo que se dio la vuelta y decidió participar. Al poco tiempo sintió una fuerte energía y estaba muy feliz de haberse detenido y aprender sobre Falun Gong.
La segunda parada fue Karamea, el lugar de una de las más famosas rutas de senderismo de Nueva Zelanda, el Sendero Heaphy. El Crónica de Karamea publicó un artículo a página completa sobre Falun Gong, animando a los lugareños a unirse a las clases en el local del mercado ganadero.
Clase Falun Gong en Karamea Nueva Zelanda.
Después de cada clase los practicantes comentaron sobre sus experiencias, lo que les dio la oportunidad de hablar sobre la persecución en China. Compartieron con los lugareños acerca de cómo, bajo el régimen comunista, los practicantes son sometidos a violaciones de derechos humanos bien documentadas, incluyendo el encarcelamiento, trabajo forzado, tortura y lavado de cerebro.
Craig, un ex piloto de helicóptero de Auckland que ahora vive en Karamea, se enteró de la persecución a Falun Gong cuando vivía en la ciudad, gracias a los esfuerzos frecuentes de los practicantes de concienciar a la comunidad.
“Todo lo que he oído hablar de la persecución no es bueno y no puedo imaginarme ser encarcelado por meditar. También he oído acerca de cómo los consulados chinos en Nueva Zelanda tratan de evitar que los practicantes de Falun Gong realicen actividades en la comunidad”.