(Minghui.org) Vivo en Puxing, provincia de Sichuan, donde se realizó una feria el 18 de agosto de 2015. Un practicante llegó temprano en la mañana para hablar con la gente sobre Falun Gong
Oficial de policía sonrió y se fue
Ella habló con un habitante de la aldea y le dio un volante sobre Falun Gong. El aldeano puso el volante en la cesta de su bicicleta.
De repente, apareció el dueño de una tienda de zapatos, tomó el volante de la cesta y gritó: "¡La gente de Falun Gong está repartiendo volantes de nuevo!". Luego le dio el volante a un oficial de policía que se encontraba cerca del lugar. Le dijo al oficial que los practicantes habían estado distribuyendo volantes en la feria todos los días.
El oficial sonrió, puso el volante en su bolsillo y se fue caminando.
Un jefe de policía con un corazón bondadoso
Un practicante y yo fuimos llevados a un centro de detención en el año 2011. El jefe del centro de detenciones fue bondadoso con nosotros.
Siempre que introducía a un nuevo guardia, iba a ver cómo estábamos, y nos preguntaba cómo nos iba. De esa forma el guardia entendía que él no toleraría que los practicantes fueran perseguidos.
Varios años después, me encontré con él en un mercado. Lo saludé, pero pareció no recordarme. Le recordé que había sido detenida hace unos años y le agradecí por su bondad. Entonces me recordó.
Le motivé a que renunciara al partido comunista chino (PCCh) para que se protegiera de desastres futuros, y estuvo de acuerdo felizmente.
El jefe de policía fue bondadoso con los practicantes y entendió lo bueno que es Falun Gong. Yo creo que recibirá bendiciones.