(Minghui.org) Comencé a practicar Dafa en 1995 y estaba involucrada en la práctica grupal desde el comienzo. Dos años más tarde, me mudé y comencé un trabajo nuevo, así perdí mi ambiente de práctica grupal.
Seguí estudiando el Fa y haciendo los ejercicios. En la superficie, lo estaba haciendo bien. En realidad no era consciente del hecho de que, poco a poco, comencé a estar fuertemente influenciada por nociones de la gente común y me había involucrado en asuntos humanos.
Con mi entendimiento distorsionado de los principios de Dafa y mis fuertes apegos, tenía brechas en mi cultivación que las viejas fuerzas podían utilizar para sacar ventaja. Un día, cuando estaba repartiendo material de aclaración de la verdad, fui arrestada y trasladada a un campo de trabajo forzado.
Beneficiándome de la práctica grupal
Shifu dijo:
“…les pido que hagan la práctica en grupos en los parques para formar un ambiente. Este ambiente es la mejor manera para cambiar la superficie de una persona. Las elevadas conductas que los discípulos de Dafa han formado en este ambiente –incluyendo cada palabra y cada acción– pueden hacer que la gente reconozca sus propios defectos y encuentre en dónde se quedan cortos; puede conmover el corazón de otros, refinar los comportamientos de la gente y puede hacer que la gente se mejore más rápidamente. Por tanto, los nuevos practicantes y los discípulos autodidactos deben ir a los sitios de práctica para hacer los ejercicios”. (“Ambiente”, de Escrituras esenciales para mayor avance).
Comencé a practicar Falun Dafa en junio de 1995, a los 34 años. Por seis meses, había sufrido de una enfermedad incurable llamada púrpura trombocitopénica idiopática (PTI). Una semana después de practicar, regresé al trabajo llena de vida y energía.
En menos de seis meses, todos mis otros malestares desaparecieron.
Al experimentar personalmente la magia increíble y extraordinaria de Dafa, no podía contener mi alegría y emoción, así que compartía todo con mis familiares, amigos y colegas.
Desde entonces, me avoqué a la práctica de cultivación, con lluvia o truenos, sin importar las bajas temperaturas, o si estaba ocupada o exhausta. Cada día, sin excepción, participaba en el estudio del Fa y la práctica de ejercicios, y contantemente compartía experiencias y aprendía de compañeros practicantes.
Sumergí mi corazón y mi alma en el ambiente grupal por más de dos años, un ambiente donde nos recordábamos unos a otros, nos alentábamos, y ayudábamos con palabras y hechos, para asegurarnos de no quedar atrás del estándar requerido para un Dafa dizi. Al hacerlo, disfrutábamos de gran felicidad y de los beneficios del Fa.
Aprendí una amarga lección
Cuando miro en retrospectiva en mi camino de cultivación en los últimos doce años, veo que tuve una gran diligencia en los primeros dos años, cuando me cultivaba en el ambiente grupal.
Luego, cuando conseguí un trabajo nuevo y me mudé a otro lugar, pensaba qué bien continuaba mi práctica, cómo era fuerte mi confianza en Dafa, y cómo creía que me iba bien por mi cuenta luego de dejar mi grupo de compañeros practicantes.
En 1999, cuando empezó la persecución, me volví un poco inestable. Todo tipo de apegos surgieron y el apego al miedo vino después. Dejé de asistir al estudio grupal del Fa y al sitio de práctica.
Shifu dijo:
“Me acuerdo cuando ustedes obtuvieron el Fa en aquel entonces, cuando todos vieron este Fa, especialmente los dos primeros grupos de gente en los tres grupos que mencioné, cuando vieron este Fa realmente tuvieron ese estado de ánimo, realmente se pusieron tan felices. ¡Es tan bueno, al final lo he encontrado! La espera de decenas de miles de años de reencarnaciones, ¿no fue justamente para esto? En ese momento, ese sentimiento profundo en tu vida hizo que pudieras dejar cualquier corazón humano, te pusiste determinado a cultivarte bien. Este estado de ánimo emocionado hace que la gente sea diligente. Pero cuando pasa un tiempo largo, gradualmente no está más esa sensación. La pereza humana, todo tipo de conceptos humanos frente a las manifestaciones embrolladas de la sociedad, constituyen todo tipo de tentaciones e interferencias para la gente”. (“Enseñanza del Fa en Gran Nueva York 2013”)
Las viejas fuerzas no tardaron en sacar ventaja de mis brechas. Fui arrestada en 2005 y trasladada a un campo de trabajo forzado. Era un momento de lamento y arrepentimiento por el camino de mi cultivación.
Cuando me liberaron un año más tarde y regresé a casa, estaba llena de confusión, sentimientos de desesperación, y un profundo sentido de soledad.
No me atreví a tener nada relacionado con Falun Dafa en mi casa en los siguientes tres años. Mi miedo afectó a mi familia. Me volví malhumorada. Explotaba ante la más mínima provocación y mi naturaleza demoníaca lentamente comenzó a controlarme por completo.
Mi cuerpo empezó a cobrarme. Mostró vario síntomas de enfermedad. Sentía una comezón por todo el cuerpo, mientras más me dolía, peor era, hasta que todo se cubrió con pus y costras.
Intentaba validar el Fa, repartir material para aclarar la verdad, y hacer lo que se supone que debo hacer, pero me volvía inquieta y no podía juntar ningún pensamiento recto.
Este estado de desgracia absoluta duró hasta que leí varias enseñanzas del Fa de Shifu de 2009. Un pensamiento surgió de algún lugar, y una voz hizo eco en mi mente una y otra vez: “Regresaré al estudio grupal del Fa y al sitio de práctica de ejercicios”.
Con eso, Shifu me dio una oportunidad.
De regreso al ambiente grupal
Reuní toda mi valentía y aparecí en un estudio grupal del Fa. Noté cuán dedicados y diligentes eran los practicantes. Trabajaban y coordinaban bien para hacer materiales de Dafa, validar el Fa, hablar con la gente sobre Dafa y la persecución, imprimir las enseñanzas del Fa de Shifu y repartirlas de forma oportuna.
Las lágrimas caían por mi rostro al escribir esto. Me sentía tan agradecida por la misericordia de Shifu, que hizo que regresara y me dio otra oportunidad para retornar a la práctica genuina de cultivación.
Seriamente miré adentro y me di cuenta de que toda mi niñez estuvo sumergida en la cultura retorcida del partido comunista chino. Antes trabajé por años dentro del sistema del partido, involucrándome en pensamientos y acciones según esta ideología.
Reconocí la maravilla y el poder de Falun Dafa que tuve al inicio de mi cultivación. Shifu limpió mi cuerpo, pero mi estado mental aún estaba permeado con el veneno de la cultura del partido.
Tengo una tendencia a la timidez. Entonces cuando empezó la persecución, mi miedo fue más fuerte, y mi deseo de retener mi trabajo envidiable y mi vida de confort crearon una brecha que las viejas fuerzas aprovecharon.
Shifu dijo:
“El miedo puede hacer que uno cometa errores, y el miedo puede hacer que uno pierda una oportunidad predestinada. El miedo es una trampa mortal en el camino de un ser humano hacia la divinidad”. (“Pasen la prueba mortal”)
Con el ambiente grupal de estudio del Fa, pude estudiar el Fa sistemáticamente y medir continuamente mis pensamientos y acciones con lo que había aprendido.
Ser parte de un grupo es una gran motivación para mantenerse dentro de los principios del Fa en todas las cosas. El grupo puede ayudar que unos y otros se mantengan enfocados. El grupo hace que cada uno se fortalezca para enfrentar las dificultades que serían muy difíciles de enfrentar estando solo.
No ser parte de un grupo, especialmente en China, puede hacer que sea difícil estar constantemente dentro de los principios del Fa. Si fallamos en revisar cada pensamiento y noción, entonces los pequeños problemas se convertirán fácilmente en problemas mayores, y luego en graves problemas.
Si los Dafa dizi temen salir de su zona de confort y la relativa seguridad de sus hogares, surgirán todo tipo de apegos. Será imposible usar el duro ambiente para elevar nuestro xinxing y nuestros niveles, mucho menos aumentar nuestra sabiduría para entender lo que Shifu enseña sobre cooperación y coordinación. Será difícil ser una parte genuina del cuerpo entero. Entonces, ¿cómo nos mantendremos puros y limpios, cómo cumpliremos nuestros votos prehistóricos y alcanzaremos la consumación?
Shifu, tu dizi está agradecido de tener la oportunidad de regresar a casa.
¡Regresaré y me quedaré en mi estado original de cultivación!
(Continuará parte 2)