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La señorita Wang Sumei rehúsa dejar de hacer los ejercicios de Falun Gong en prisión

Ago. 24, 2015 |   Por un corresponsal de Minghui en la provincia de Liaoning, China

(Minghui.org)

La señorita Wang Sumei, de unos 50 años, es una practicante de Falun Gong de la ciudad de Shenyang, provincia de Liaoning. Fue arrestada el 21 de julio de 2008, y sentenciada a 10 años de reclusión en diciembre de 2008. Ahora está en la prisión de mujeres en la provincia de Liaoning.

Se rehúsa a dejar de hacer los ejercicios de Falun Gong, los que son una parte integral de esta práctica de cultivación, a pesar de ser torturada por los guardias y reclusos.

Después de ser transferida al ala n° 11, llegó a enviar fuertes pensamientos rectos y hacer los ejercicios. Los guardias asignaron reclusos para monitorearla y evitar que los hiciera. 

Otros internos castigados debido a la señorita Wang

Los internos fueron puestos en grupos de a tres. Si alguno en el grupo violaba las reglas de la prisión, todos en el grupo serían golpeados. Esta táctica ha sido ampliamente usada con practicantes.

Los guardias pusieron dos internos y un practicante por equipo. A ellos se les ordenó amenazarlo o golpearlo.

Si lo reclusos no pueden parar al practicante de hacer los ejercicios, serán advertidos, amenazados, o se les deducirán puntos. Los puntos que gana un recluso reduce su condena. Un punto significa un día menos en la cárcel. Los puntos se pueden ganar haciendo trabajo duro o cosas malas para los guardias. Puede ganar entre 8 y 12 puntos por mes de trabajo duro. Una palabra de un guardia puede significar la pérdida de 1 a 6 puntos. Por ello harán cualquier cosa para ganarlos, incluyendo la tortura a practicantes.

La señorita Wang era monitoreada día y noche por diferentes miembros del equipo. Ellos le rogarían o sujetarían para evitar que hiciera los ejercicios. Pero ella nunca se rindió. Porque se rehusaba a detenerse, fue confinada muchas veces en una celda de aislamiento.

Celda de aislamiento

La celda de aislamiento era húmeda y fría y sin calefacción en invierno. Dos reclusos vigilaban día y noche. Incluso con tres abrigos acolchados de algodón, sentían frío. Pero a la señorita Wang no le molestó mucho el frío. Incluso los internos la admiraban.

Los guardias no pudieron evitar que hiciera los ejercicios, por lo que se dieron por vencidos. De hecho, aunque se suponía que ella no tendría la comida o ropa que su familia le llevaba, los guardias las tomaban y se las entregaban.

Circunstancias empeoran

Esto duró hasta el último octubre de 2013, cuando Wu Yan, la sustituta recién nombrada de la sala n° 11, comenzó a perseguir a los practicantes. La señorita Wang fue puesta en la celda de aislamiento nuevamente.

También fue golpeada. Gu Qing, de unos 50 años, era la jefa de reclusos del pabellón n° 11 y lesbiana. Ordenó a su pareja de reclusos, Xia Meihuizi, quien rondaba los 30, golpearla. Siempre que comenzaba a hacer los ejercicios por la noche, Xia cruelmente le pegaba.

La señorita Wang la desafió: “¡Falun Gong es bueno! y “¡Maestro, quiero hacer los ejercicios!”. Gu Qing y Xia Meihuizi pusieron cinta sobre su boca.

La lugarteniente Wu Yan no permitió a otros reclusos a hablar con la señorita Wang.

Ella continuó haciendo los ejercicios. Al final los guardias le permitieron meditar sobre la cama.

Algo increíble ocurrió cuando la señorita Wang estaba haciendo la meditación sentada. Ella giraba en un movimiento circular mientras estaba en posición de loto sobre la cama, sin desordenar las sábanas. Muchos presos la vieron, y algunos de los guardias también fueron testigos de ello.