(Minghui.org) Por años no he tenido en claro la relación entre los practicantes de Falun Gong y la fuerza policial manejada por el régimen chino, los funcionarios de la corte, y la oficina 610. Siempre vi a Falun Gong como la “víctima” y como “perpetradores” a la gente que lleva adelante la persecución a Falun Gong.
Fallaba en ver a los practicantes de Dafa como mensajeros de los divino, y, como tal, es nuestro deber salvar seres conscientes. La relación entre los practicantes y quienes ejercen el poder en China debe ser la de “salvar y ser salvado”.
Recientemente, varios practicantes locales enviaron con éxito sus demandas penales contra Jiang Zemin. Pero las demandas fueron luego transferidas de la fiscalía suprema popular y la corte suprema popular a la oficina 610.
Cuando escuché este giro de situación, compartí mi preocupación con un compañero practicante. “Esto es algo bueno”, me aseguró. “Habíamos planeado aclararle la verdad sobre Falun Gong a la oficina local 610, incluyendo sobre la demanda contra Jiang. ¡Ahora, la oficina 610 conoce esto de primera mano!”.
“¿No es algo bueno que vengan a vernos? ¿No hemos creado una oportunidad maravillosa para explicar los hechos sobre Falun Gong?”. Respondí: “Eso espero”.
“Debemos aconsejarles que no hagan cosas malas y que nos apoyen al demandar a Jiang”, explicó. Me sentí mejor al hablar con él, pero en lo profundo de mi corazón aún estaba un poco preocupado.
Un practicante local me visitó al día siguiente. Cuando nuestra conversación tocó el tema de las demandas, dijo: “los practicantes de Dafa y los que están en el poder, incluyendo a los agentes de policía y de la oficina 610, tienen una relación predestinada”.
“Y esa relación es la de salvar y ser salvado, no perseguir ni ser perseguido. Estos seres también han venido a este mundo con plena confianza en que Dafa los salvará”.
Me sentí conmovido. Una profunda sensación de calma me inundó, y ya no me preocupó que la oficina 610 me contactara.
Cuando los practicantes recuerdan el sufrimiento que han soportado durante los 16 años de persecución del PCCh, no deben albergar ningún sentimiento de odio, resentimiento, injusticia, desesperanza, depresión, ni miedo.
Todo lo contrario, ¡deben ver la situación desde la perspectiva de salvar y ser salvado!