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Después de devolver una bolsa de plata perdida, un joven mendigo se convierte más tarde en comandante en jefe

Jul. 20, 2015 |   Adaptación de Anécdotas bajo el faro de otoño

(Minghui.org)

Durante la Dinastía Qing (1644 d.C. - 1912 d.C.), vivía un ciego de apellido Chen. Era muy conocido por poder predecir la suerte con solo tocar los huesos de la persona. La gente de lugares lejanos había oído hablar de él.

El comandante en jefe de la zona militar de Zhangzhou, lo que hoy en día es la provincia de Fujian, invitó a Chen a su residencia. Le pidió al ciego que tocara los huesos de algunos de sus subordinados. Chen hizo un relato detallado y preciso de sus pasados. Cuando fue el turno del comandante en jefe, Chen dijo: "Un mendigo, no vale la pena el esfuerzo”. Los subordinados reprendieron a Chen por su falta de respeto hacia su comandante.

Pero el comandante en jefe no se puso molesto. Él simplemente le pidió a Chen que tocara sus huesos una vez más. Chen dijo: "¡Esta es realmente la estructura ósea de un mendigo!". Sin embargo, cuando llegó a la cabeza, dijo: "¡Esta es la cabeza de un comandante en jefe, que estaba destinado a tener un rango noble!". Ahora era el comandante en jefe quien estaba sorprendido por la capacidad de Chen y por su relato preciso.

El comandante en jefe les explicó a todos que él realmente había sido un mendigo durante su adolescencia. Un día, casualmente, recogió una bolsa de plata que estaba en el camino. Sostuvo la bolsa y esperó a que el propietario volviera. Pronto alguien regresó y parecía estar buscando algo. El joven mendigo charló con él. Después de confirmar que él era el dueño, el adolescente le devolvió la bolsa de plata. El dueño estaba muy agradecido y quería compartir una parte de la plata con el adolescente. Sin embargo, el adolescente no aceptó ninguna recompensa. El propietario le pidió su nombre para poderle devolver el favor en el futuro. El adolescente tampoco le dio su nombre.

Esa noche, el adolescente tuvo un sueño extraordinario. En el sueño, un ser divino le frotó la cabeza. Poco después, se unió al ejército, escaló posiciones, y con el tiempo se convirtió en comandante en jefe.

Sólo entonces las personas entendieron toda la historia.