(Minghui.org) Encontré un trabajo en un hotel en 2002. Estaba a cargo del depósito y de la inspección de mercadería.
Como practicante de Falun Gong, que se rige bajo los principios de Verdad-Compasión-Tolerancia, utilicé solo estos principios para regular mi trabajo y la relación con mis colegas.
Un empleado de confianza
En el trabajo siempre me aseguré de comportarme bien. Por ejemplo, me propuse llegar temprano al trabajo e irme tarde. Era muy responsable en mi tarea laboral y amable con otros. Tampoco nunca me hice problema por pérdidas personales. Cuando se nominaba al “empleado del mes” yo siempre pedía que la oportunidad sea otorgada a otros. Así gané la confianza con mis supervisores y colegas.
Solo me encargué del depósito cuando comencé a trabajar en el hotel. Gané más confianza de mi supervisor y luego me dio la responsabilidad de la inspección de mercaderías para el restaurante y el hotel.
El hotel trabajaba muy bien, así que me manejé con muchos clientes. Algunos intentaron darme coimas para que no sea tan estricto con sus mercaderías, pero las rechacé a todas. Algunos sabían que yo era practicante de Falun Gong y que me comportaba muy bien, así que me respetaban mucho y ya no me ofrecían más coimas.
Una vez estaba inspeccionando unos bienes para las habitaciones y descubrí que muchas no cumplían con nuestros requisitos, así que los rechacé. El supervisor se preocupó y me ofreció 300 yuanes como coima, la cual rechacé. Me dijo que había coimeado a mis supervisores y que todos habían aceptado, que si yo aceptaba su dinero, el se haría responsable. Yo le dije que inspeccionar la calidad de los bienes era mi responsabilidad, así que yo no podía tomar ese dinero.
Le informé de esta experiencia a mi supervisor. El decidió devolver algunos de los bienes y mantener otros, que aún eran utilizables. El proveedor estuvo de acuerdo y me agradeció por mi ayuda.
No le hice saber a todos que yo era practicante de Falun Gong en esa época, debido a la dura persecución. Sin embargo, siempre le entregué material informativo sobre Falun Gong a todos con los que entré en contacto, y los ayudé a entender la práctica y la persecución.
Mi gerente financiero mencionó que la unidad laboral del hotel requería que todos expresen su opinión sobre Falun Gong. Yo le dije que Falun Gong es bueno porque yo me beneficiaba personalmente de la práctica.
Todos sabían que yo trabajaba constantemente y que nunca estaba cansado. Sabían que nunca faltaba por enfermedad, y que no consumía ningún tipo de medicina, y que sin embargo, no tenía enfermedades. Tenía casi 50 años, pero mi apariencia saludable me hacía lucir mucho más joven que la gente de mi edad.
Ante los conflictos e intereses, yo era considerado con otros y nunca me preocupaba si perdía intereses personales. Llevaba de forma clara y prolija todos los registros contables. Mi gerente dijo que confiaba en mi y que no sería estricta conmigo. Sabía que esto era así porque yo practicaba Falun Gong.
Ayudando a la gente a entender Falun Gong
Mis parientes estaban a cargo de un hotel y necesitaban mi ayuda. Solo requerían que trabaje medio tiempo, lo que me daba tiempo para salir y aclarar la verdad sobre la práctica. Pedí renunciar a mi trabajo y varios supervisores me hablaron uno a uno. Sabían que yo era practicante de Falun Gong, así que no querían que yo me fuese. Dijeron que podrían ayudar a solucionar el problema y me ofrecieron un sueldo más alto.
Sin embargo, entendieron que yo necesitaba irme y que no se trataba del dinero. “Es muy difícil encontrar a alguien con el ánimo de tomar responsabilidades como usted”, dijeron. “Las puertas quedan abiertas para que regreses cuando quieras. Y si conoces a alguien más como tú, que practique Falun Gong, por favor recomiéndalo”.
Regresé muchas veces para contarles más acerca de Falun Gong, darles materiales, y ayudarlos a renunciar al partido comunista chino (PCCh). Todos aceptaban la información. Uno no solo renunció al PCCh, sino que ayudó a toda su familia a renunciar. También recitó: “Falun Dafa es bueno; Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno”.
Tres de mis ex colegas leyeron Zhuan Falun, el libro principal de Falun Gong, y gozaron de una mente más clara y de buena salud.
Me siento muy orgulloso y feliz de ser un practicante de Falun Gong.