(Minghui.org) Un compañero practicante me dijo que era arrogante, al tiempo que uno de mis compañeros de trabajo me dijo que no era sociable. Luego, otro practicante mencionó durante nuestra conversación que la humildad era muy importante, y que encontraba difícil lograrla.
Presté atención a sus comentarios y pensé que podría tener dichos apegos. Decidí mirar en mí.
En los últimos diez años, casi muero en la persecución. Por lo tanto, me preguntaba si era engreído. Aunque creía que era sólo un pequeño apego, tenía que buscar en mí y soltarlo. Shifu dejó en claro lo que espera de los practicantes en su reciente enseñanza “Exponiendo el Fa en el Fahui de Nueva York 2015”.
Además, tuve un nuevo entendimiento después de estudiar “Abandonar los apegos de la gente común y perseverar en la cultivación real” en Escrituras esenciales para mayor avance. Me iluminé a que sí era arrogante porque me creía especial.
La gente común no logra niveles de xinxing de los practicantes, que sólo se pueden alcanzar mediante la cultivación. Los niveles sociales no son niveles de cultivación. Si tenía la noción de despreciar a algunos practicantes, no me permitiría ser sociable y sería arrogante y poco modesto. Incluso podría traer como resultado que crecieran demonios en mi mente.
No existen los niveles sociales entre los practicantes. No hay practicantes especiales en Dafa. Es exactamente como explica el artículo de la Junta Editorial de Minghui, “Punto de partida”:
“… siempre hay personas que no ponen a la cultivación en primer lugar y como lo más importante, ni hacen sólidamente bien las cosas que son necesarias para salvar a la gente, sino que en su lugar colocan a los apegos humanos como el punto de partida. Hay algunos que han inflado sus egos y engendraron demonios en sus propias mentes…Cuando se encuentran con alguna cosa, ¿es su punto de partida la salvación de seres conscientes? ¿O el punto de partida es satisfacer los deseos individuales y apegos humanos?”
Si uno puede abandonar sus apegos de niveles, grados y de ser especial, uno puede verdaderamente “abandonar los apegos de la gente común y perseverar en la cultivación real” y verdaderamente alcanzar “desinterés y altruismo”.