(Minghui.org) Un día vi a un joven maestro pegar a un estudiante de primer grado en la escuela. Me sentí muy triste y no podía entender por qué los maestros pegan a sus estudiantes. Pensé que podría educar mejor a los niños, ya que sigo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Entonces decidí abrir una guardería.
Mi guardería familiar se inició exitosamente, con cerca de 40 estudiantes. Mi objetivo era educar niños usando los principios de Falun Dafa y permitirles a ellos y a sus padres ser testigos de su grandeza. Era muy bondadosa con los niños. Hablaba sobre Falun Dafa y la persecución a los padres y les daba material informativo acerca de esto. Estaban muy agradecidos.
Tenía en alto una foto del Maestro (el fundador de Falun Dafa) para que los niños la vean. Todos amaban mucho al Maestro. Les pedía que recordaran: “Verdad-Benevolencia-Tolerancia” y que escucharan las lecciones de audio del Maestro. Les decía que fueran buenos niños y que no debían maldecir ni pelear con otros. Todos me escuchaban.
Uno de los niños era muy activo. Un día, su madre lo golpeó en su casa por desobedecer. El chico le dijo: “Mi maestra en la guardería dice que todos debemos comportarnos de acuerdo con “Verdad-Benevolencia-Tolerancia” y que la gente no debe golpear a sus niños”. La madre no volvió a enojarse luego de escucharlo. Pensó que era muy bueno para su hijo conocer estos principios.
Había un niño de dos años que estaba enfermo. Tenía que estar todo el día junto a él y me preocupaba que esto afectara mi estudio del Fa. Le dije a mi marido que no quería aceptarlo. Él les pidió a sus padres que no lo mandaran hasta que estuviera mejor.
Tuve un sueño esa noche que me ayudó a darme cuenta que necesitaba ser más compasiva. Los padres del niño enfermo tenían que operar sus negocios y estaban muy ocupados. No tenían tiempo para cuidar a su hijo, y ninguna otra guardería lo aceptaría porque estaba enfermo. ¿No era egoísta si yo también lo rechazaba? El maestro dice que debemos siempre considerar a los otros. Decidí aceptarlo.
Los padres estaban muy agradecidos. Encontré que el chico no afectó realmente mi estudio del Fa. Cuando escuchaba las lecciones del Maestro, compartía mis audífonos con él por lo que también podía escucharlas ltodos los días. Cuando veía los audífonos señalaba sus orejas.
Luego de un tiempo, la enfermedad del niño desapareció. Los padres estaban muy felices y decían que esto era asombroso. Estaban muy agradecidos a Dafa.
Para resolver los problemas, hay que creer en Dafa y cultivarse diligentemente
También me di cuenta que había dos formas de resolver problemas. Una es creer firmemente en el Fa. La otra es mirar hacia adentro y rectificarse.
Mi familia entera me apoyó en la práctica de cultivación al comienzo. Solía tener muchas enfermedades como neurosis, cálculos biliares, epilepsia, anemia, hernia de disco lumbar y espondilosis cervical. Todas desaparecieron luego de comenzar a practicar. Los testigos de mis cambios, toda mi familia y amigos me apoyaban. Una vez olvidé quemar incienso para el Maestro y mi marido lo hizo en mi lugar.
Me sentí muy triste cuando empezó la persecución a Falun Dafa, porque no era suficientemente instruida para escribir cartas de aclaración de la verdad. Mi marido me ayudó con ellas y las envió por correo.
Una vez fui detenida por ir a Beijing y apelar por Dafa. Mi marido se asustó y no quería que practicara más. Le dije que nada podría detenerme en mi práctica de cultivación. Entonces me amenazó con el divorcio si continuaba insistiendo. No me moví en absoluto.
Entendí que sólo si miramos hacia dentro es genuina cultivación. Mi marido me apoyaba. ¿Por qué ya no lo hacía? Encontré mis apegos de competencia, celos, egoísmo y sentimentalismo. Cambié y mi marido volvió a apoyarme.
La comisaría local le preguntó por qué no podía controlarme. Yo le había dicho la verdad sobre Falun Dafa. Mi marido respondió súbitamente: “Se volvió saludable luego de practicar Falun Dafa”. Los policías se fueron luego de darse cuenta que mi marido no podía cambiarme. Nunca más volvieron.