(Minghui.org) Algo notable sucedió en las calles de Beijing hace 16 años esta semana. Fue el comienzo de una cadena monumental de eventos cuyo significado sigue vigente en la China actual.
La mayor protesta pacífica en la historia moderna de china
El 25 de abril de 1999 Falun Gong se puso de pie para ser escuchado. Perturbado por el tono endurecido de los medios estatales, y provocado por la detención ilegal de decenas de practicantes en las cercanías de Tianjin, miles de ellos fueron a la capital en busca de justicia para Falun Gong. Resultó ser la más grande protesta pacífica en la historia moderna de China.
Vinieron 10.000 personas decididas a defender resueltamente sus creencias, a defender lo que creían correcto, y buscando justicia para sus compañeros injustamente encarcelados.
Y antes de que terminara ese día consiguieron lo que vinieron a buscar y se dispersaron pacíficamente.
Tras bambalinas los dirigentes nerviosos planeaban reprimir a Falun Gong
El jefe del partido Jiang Zemin y una poderosa camarilla de la elite del partido ya habían puesto en movimiento las ruedas para aplastar a Falun Gong, celosos y temerosos de su inmensa y creciente popularidad.
El apoyo del gobierno a favor de Falun Gong, que había sido anteriormente generalizado, ya no existía. En cambio, las historias de propaganda criticando abiertamente la práctica se publicaban en los periódicos de China y se trasmitían en la televisión nacional con más y más frecuencia.
Ese día, el 25 de abril de 1999, se reunieron 10.000 en el centro de Beijing para expresar sus preocupaciones a la oficina de apelaciones del consejo de estado, que es el proceso habitual que tienen los ciudadanos chinos para corregir las injusticias.
Pero en vez de eso, esa misma camarilla de funcionarios, con el fin de aplastar a Falun Gong instruyó astutamente a la policía de tráfico a dirigir a la multitud de manifestantes a que rodearan Zhongnanhai, el adyacente recinto del gobierno central.
¿Por qué?
Fue una excelente oportunidad de propaganda. Se preparó el escenario para que más tarde el partido acusara a Falun Gong de "asediar" al gobierno.
Los medios estatales caracterizaron esta demostración pacífica y ordenada como un "cerco al complejo del gobierno central".
Ese día triunfó la Bondad
El primer ministro de China en ese momento, Zhu Rongji, accedió a reunirse con los representantes de Falun Gong. Él concedió su petición de liberar a las personas injustamente detenidas en Tianjin, y ofreció garantías personales de que el gobierno no estaba en contra de Falun Gong.
Luego por sí mismos los 10.000 se dispersaron en silencio, felices de saber que sus peticiones se habían cumplido y creyendo que se haría justicia.
Ese día triunfó la Bondad.
Ese día Falun Gong dio la esperanza a cada ciudadano en China, demostrando que la bondad de hecho podía triunfar sobre el partido que en sus 50 años de gobierno de mano dura había llevado a cerca de 90 millones de sus propios ciudadanos a la muerte prematura.
No es el final de la historia
Apenas tres meses después, el régimen de Jiang lanzó una campaña de persecución aprobada por el Estado con la intención de acabar con Falun Gong en tres meses.
Sin embargo, hoy, casi 16 años más tarde, Falun Gong y sus millones de practicantes se mantienen firmes y fuertes, enfrentando cada ola de propaganda y represión violenta a través de la resistencia pacífica.
Sí, la bondad triunfó ese día en abril de 1999. Sin embargo, desde entonces el partido ha utilizado todos los medios a su alcance para tratar de cambiar el rumbo.
Innumerables practicantes de Falun Gong han sido encarcelados por sus creencias. Decenas de miles han sido cruelmente torturados. Casi 4.000 muertes confirmadas relacionadas con la persecución han sido documentadas. Y además, se cree que entre 40.000 y 60.000 han sido asesinados por sus órganos en el ilícito comercio de trasplante de órganos llevado a cabo por el estado.
Poniéndolo en perspectiva
En el 16.º aniversario de este acontecimiento histórico, recordamos la tranquila fuerza de este acto de resistencia pacífica, impulsado por la fe y la creencia en principios, y te pedimos que hagas lo mismo. Es un día que vale la pena recordar.