(Minghui.org) En 2006, después de que fui liberado de una prisión, empecé a distribuir materiales de Falun Gong diariamente. Al principio, solo salía por la noche y dejaba folletos en no más de 6 a 8 edificios, cada uno con cinco apartamentos.
Materiales descartados no leídos
Después de algún tiempo, me di cuenta de que solo distribuir los folletos no era una buena idea, que era importante saber si las personas que no los leían los tiraban sin mirarlos, o estaban en contra de Falun Gong.
También me di cuenta de que una pareja siempre tiraba todo lo que dejaba en su puerta. Salvar a los seres conscientes parecía una tarea verdaderamente difícil.
Otra noche distribuí 10 paquetes de materiales de Falun Gong en un solo edificio. Regresé a la mañana siguiente y encontré seis paquetes en la basura.
En una ocasión entregué, en una zona residencial, 50 CDs con un video sobre renunciar al partido comunista chino (PCCh) y un niño me reportó a la policía. Le dijeron al niño que recogiera todos los CDs y que se los entregara a ellos.
Me dolió el corazón. Producir esos materiales cuesta dinero y los practicantes hicieron muchos esfuerzos para lograr hacerlos. Muchos perdieron sus empleos y tuvieron que dejar sus casas para evitar el acoso policial. La producción de estos materiales es un esfuerzo conjunto y no deben de acabar en la basura.
Hablando cara a cara
Esta experiencia fue una revelación y decidí cambiar la manera de informar a la gente sobre Falun Gong.
En lugar de simplemente poner los folletos en los buzones o dejarlos delante de las puertas, decidí acercarme para hablar con la gente cara a cara. De esa manera, podría entregar folletos solamente a los que querían leerlos.
Una vez que tomé esta decisión, mi xinxing empezó a mejorar. Casi sin nada de miedo, fui capaz de hacerlo de una manera digna y recta. Cuando alguien no quería el folleto, no le guardaba rencor.
Los materiales son preciosos y reveladores
Muchas personas asisten a nuestra feria local, lo que me brinda una oportunidad ideal para hablarles sobre Falun Gong.
Esto significa que tengo que llevar conmigo muchos folletos y otros materiales y logro hacerlo guardando todo en la cesta de mi bicicleta. Cuando empiezo la distribución, llevo algunos de los materiales en mis bolsillos y es fácil regresar a la bicicleta y volver a llenarme los bolsillos.
La mayoría de la gente joven no quiere aceptar nada, mientras que la gente grande está más dispuesta a recibir los materiales. Casi todos los ancianos los aceptan y los leen enseguida. Muchos dicen cosas como: "Esto es precioso. ¡Es realmente revelador!".
Sintiéndose perdido sin los folletos
Vi a unos hombres cargando sacos de harina de un camión a una panadería y les dije que tenía algo para ellos. Cuando uno vio los folletos, gritó: "¡Falun Dafa es bueno! ¡El Maestro Li es bueno!". Me conmovió mucho.
Otro dijo: "Estos folletos son muy necesarios. Me sentiría perdido si no los leyera, como un hombre hambriento que no ha comido durante días". Se mostró impaciente en recibir el material y todos me pidieron que regresara de vez en cuando para traerles más.
En la cesta de mi bici, tenía videos y folletos de Falun Gong. La gente se amontonaba a mi alrededor, y me costaba mucho trabajo mantener mi bici derecha. Un hombre me dio una mano y les dijo a los demás: "Por favor, no abusen. Vamos a formarnos en una fila y cada uno recibirá su parte". Vi en sus ojos lo ansiosos que estaban.
A menudo la gente me pregunta qué es lo que le estoy dando. Cuando se dan cuenta que se trata de Falun Gong, se muestran interesados y hacen muchas preguntas acerca de la práctica.
Promoviendo a Falun Gong en vez de ser llevado a la estación de policía
Estaba repartiendo materiales en una feria antes del Año Nuevo. Había mucha gente que me rodeaba, cuando un hombre de 60 años agarró mi bicicleta y gritó: "¿Qué haces aquí? ¿Distribuyes materiales de Falun Gong? Te llevarán a la estación de policía".
No tuve miedo, permanecí tranquilo y le dije: "¿Amigo, has leído alguna vez algo sobre Falun Gong? Te puedes realmente beneficiar así que, por favor, echa un vistazo".
Toda su actitud cambió de inmediato y dijo: "Vamos a echar un vistazo. Aquí hay información de Falun Gong. ¡Ofrece salvación genuina!".
Su voz atrajo incluso a más gente y, muy pronto, había terminado de entregar todo el material.
Una pareja de ancianos quiso unos folletos y dijo que no se iba a ir sin ellos. Me sentí muy conmovido y les pedí que me esperaran porque los folletos se habían agotado y necesitaba ir a traer más. Había venido a la feria con otra practicante quien aún tenía algunos materiales. La pareja me esperó para que le trajera los materiales.
Apenas podía contener mis lágrimas y pensé: "Los seres conscientes han puesto sus esperanzas en nosotros. Como practicantes, debemos ser responsables con ellos. No podemos defraudarlos a ellos ni a Shifu".
Promoviendo Falun Gong en diferentes ocasiones
Hay muchas ocasiones -tales como bodas, funerales y vacaciones- cuando puedo hablarle a la gente sobre Falun Gong. Doy material informativo a parientes, amigos de la infancia, conocidos y a casi todos los que encuentro en mi camino.
Durante el Año Nuevo Chino más de 50 miembros de nuestra familia se reunieron para cenar y ésta fue la mejor oportunidad para hablarles sobre Falun Gong. Les di los materiales y ellos no dudaron en leerlos inmediatamente. Uno de mis tíos no solo renunció al PCCh, sino que dijo que iba a practicar Falun Gong.
En mayo de 2008, fui a mi ciudad natal, puse información en los tablones de anuncios públicos y repartí folletos a la gente de seis aldeas. Muchos de mis compañeros de secundaria, que fueron funcionarios del gobierno local, renunciaron al PCCh.
Debido a que hablo con la gente, sé que ellos no tirarán los folletos. Es muy probable que muchos de estos folletos se desperdicien cuando no hablamos con las personas a las que se los entregamos.