(Minghui.org) En 1997, el médico nos dijo a mi familia y a mí que me quedaba menos de 1 año de vida. Desesperados, empezamos a practicar Dafa tanto mi esposo como yo. Para nuestra sorpresa, mi enfermedad terminal desapareció al cabo de unas semanas de práctica –las enfermedades menos graves de mi esposo desaparecieron también.
Desde entonces he estado practicando Dafa. No fue siempre fácil, pero he perseverado a través de las diversas tribulaciones, gracias a la guía de Shifu y a los principios del Fa.
Recuperándome de la pérdida de mi hijo
En mayo de 1998, mi hijo mayor vino de regreso a casa, en un descanso de su cargo militar. Había planeado casarse a finales del año. Por desgracia, murió al tratar de rescatar a un niño que se estaba ahogando, durante sus vacaciones en una playa.
Al día siguiente, los jefes de su unidad militar vinieron a nuestra casa y nos ofrecieron prestarnos apoyo y compensación por las pérdidas –alguien nos recordó que, por ejemplo, podíamos pedir una casa mejor. Sin embargo, tanto mi marido como yo pensamos que, siendo practicantes de Dafa, no debemos tomar ventaja de los demás, así que no hemos pedido nada”.
Los jefes apreciaron nuestra decisión y dijeron: "Tienen gran integridad y buenos corazones".
De camino a casa tras el funeral de nuestro hijo, mi esposo y yo estábamos los dos deprimidos. Pero, de repente, vimos un Falun de oro girando justo delante de nuestro coche. Juntamos nuestras palmas y le agradecimos a Shifu por alentarnos. Si no fuera por la guía de Shifu, no habríamos pasado esta prueba.
Detenida y liberada tres veces
Cuando, en julio de 1999 se inició la persecución en contra de Falun Dafa, mi esposo y yo lloramos amargamente en la casa. Después, sabiendo que Dafa es bueno, hemos decidido que debemos continuar nuestra cultivación sin importar lo que diga el gobierno. Leíamos un mínimo de tres capítulos de Zhuan Falun todos los días y luego decidimos ir a Beijing para hablar por Dafa.
Fuimos detenidos en la Plaza de Tiananmen antes de que tuviéramos la oportunidad de mostrar un cartel que llevábamos y nos obligaron a subir en un vehículo policial junto a otros practicantes. En el camino a una comisaría de policía local, seguimos hablándoles a los oficiales sobre cómo se curaron nuestras enfermedades después de practicar Falun Dafa, y diciéndoles que Falun Dafa es bueno.
Los oficiales de policía no nos creyeron mucho al principio. Pero, mientras más nos escuchaban, más se convencían de que estábamos diciendo la verdad. Al final nos dejaron ir sin ningún castigo.
Después de regresar de Beijing, organizamos un grupo de estudio del Fa en nuestra casa y teníamos sesiones grupales todos los días para leer libros, hacer los ejercicios y compartir nuestras experiencias. Grandes cantidades de materiales de Dafa fueron traídas a nuestra casa, y luego las distribuimos a los compañeros practicantes, para repartirlas en las aldeas vecinas.
En 2003 la policía local había detenido a más de cuarenta practicantes. Cuando los policías llegaron a mi casa y me preguntaron si practicaba Falun Dafa, les dije: "Sí. Y continuaré la práctica mientras viva, porque Dafa me dio una segunda vida".
Antes de que el oficial de policía diga algo, mi yerno comentó: "¿Qué hay de malo con practicar Dafa y con ser una buena persona? Cuando nuestro restaurante recibió un billete de cien dólares falsos, ella quemó el billete falso y asumió la pérdida. ¿Serían ustedes capaces de hacer eso?".
Los oficiales de policía se fueron sin decir ninguna palabra.
Un día en el 2004, me arrestaron en mi casa y me llevaron a un centro de lavado de cerebro, en donde colgaban en las paredes carteles y eslóganes que calumniaban a Dafa. La policía me obligó a leerlos en voz alta. Cerré mis ojos sin decir una palabra y le dije a Shifu en mi corazón: "¡No debo quedarme aquí. Debo irme a casa!".
En el examen médico de rutina, me diagnosticaron hipertensión. La policía me liberó por miedo a asumir la culpa por mi muerte. Al llegar a casa, reanudé mi estudio del Fa y la distribución de materiales de Dafa, igual que antes, sin presentar ningún síntoma de hipertensión arterial.
En 2005, nos trasladamos a la ciudad donde vivía nuestro hijo menor. Él alquiló una casa para nosotros, donde empezamos un grupo de estudio del Fa. Un día, mientras les hablábamos a las personas en un autobús acerca de Falun Dafa, nos reportaron a la policía y nos detuvieron. Con los pensamientos rectos de los compañeros practicantes y la ayuda de nuestro hijo, sin embargo, una vez más nos liberaron pronto.
Sola pero no solitaria después de la muerte de mi marido
Mi esposo falleció el 30 de julio de 2014.
Después de su muerte, reuní a mis hijos y les dije: "Su padre falleció a los 82 años que tenía predestinados. Me dijo hace unos días que vio que nuestra casa estaba llena de brillantes Falun rotando. Su muerte es también una prueba para todos nosotros".
Mis hijos fueron muy comprensivos y me apoyaron. Uno de ellos dijo: "Papá estaba enfermo durante una semana pero no tenía ningún síntoma aparte de la fatiga. No dejó de estudiar el Fa o de hacer los ejercicios. Falleció tranquilamente, sin ningún dolor. Si no hubiera sido por su práctica de Dafa, es difícil de imaginar lo malo que sería, considerando todas las enfermedades de las que solía sufrir. Hemos presenciado la naturaleza extraordinaria de Dafa a través de ustedes dos".
Seguí organizando sesiones de estudio del Fa grupal, en las mañana. Después del desayuno, salgo y participo en diversas actividades de aclaración de la verdad. En la tarde y por la noche, hago los ejercicios y estudio el Fa junto con los compañeros practicantes.
Siento que tengo un horario lleno y una vida rica. Poco a poco, me desprendí del apego a mi esposo. También les dije a mis hijos que no se preocuparan porque vivo sola.
No estoy sola porque tengo al Fa y a muchos compañeros practicantes conmigo. También me animo a continuar el esfuerzo de avanzar diligentemente en mi cultivación, no traer desgracia al título sagrado de " discípulo de Dafa en el periodo de la rectificación del Fa " y ser digna de la salvación de Shifu.