(Minghui.org) Las islas de la Polinesia Francesa se encuentran al noreste de Australia en el océano pacífico. Se cree que los nativos que han vivido por cientos de años allí son descendientes de Asia, más específicamente de Taiwán.
Hace miles de años, los taiwaneses eran navegantes expertos que atravesaron grandes mares para llegar a las islas de Hawaii y finalmente donde hoy se encuentra la Polinesia Francesa. Hoy en día, hablan principalmente francés y mucha gente francesa vive en las islas, así como también descendientes chinos y una pequeña cantidad de otras nacionalidades.
Un grupo de practicantes viajó a la Polinesia Francesa para contarle a la gente sobre Falun Dafa. Cuando nuestro avión aterrizó, comenzamos a distribuir volantes de Falun Dafa en Papetee, la ciudad principal de Tahití. Muchas personas los recibieron alegremente y entendieron los principios de Verdad, Compasión, Tolerancia. Dijeron: "Estas son nuestras costumbres antiguas, costumbres que tienen significado". Muchos de los nativos suelen meditar en la mañana, así que aceptaron fácilmente los ejercicios de Dafa y entendieron su importancia.
En las islas más remotas de Mo'orea, Huahine, Raiatea, Rangiora y Bora Bora, Dafa fue recibida aun más alegremente. Algunos tomaron muchos volantes para distribuir a islas aun más remotas y a parientes que se encontraban lejos, para así difundir las "buenas noticias".
Muchas personas nos preguntaron: "¿Hay un sitio de práctica en las islas? Realmente quiero aprender". Otro dijo: "Esto es mágico. Estamos felices de que hayan venido".
Un vendedor insistió en regalarnos un hermoso collar de conchas de mar a cambio de nuestro volante. Intentamos pagarle pero se negó a recibir el dinero.
Aprendimos que la gente aquí en la Polinesia Francesa vive una vida sencilla. Aun en la ciudad más grande, comenzaron a cerrar sus puertas apenas en el 2005 debido al crimen. La gente en las islas siempre sonríe y tiene un buen espíritu interior. Luego de entregar volantes, dejamos libros de Zhuan Falun en la librería principal de la ciudad para quienes quisieran aprender más.
Nos dio tristeza irnos, ya que es un lugar remoto y difícil de alcanzar. Esperamos que más practicantes puedan ir allá a ayudar a salvar a la gente que vive en un lugar tan único.