(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa a principios de 2007. Antes de eso, sufría de muchos problemas de salud, incluyendo problemas del estómago, enfermedades ginecológicas y artritis.
Aunque sólo tenía 30 años, no tenía energía y me quejaba de cansancio todo el tiempo. Puesto que yo creía que todo el mundo tiene su propio camino en la vida, había aceptado mis dolencias y ni siquiera me había molestado en ver a un médico regularmente.
Mi madre llevaba muchos años practicando Falun Dafa. Ella nos compartía a menudo las enseñanzas de Falun Dafa. Decidí aprender la práctica, también, y mis enfermedades desaparecieron gradualmente. A menudo sentía una energía, como una corriente eléctrica, girando alrededor de mi abdomen mientras caminaba o iba en bicicleta. Los compañeros practicantes me dijeron que los ejercicios estaban purificando mi cuerpo.
Sé que Shifu me está cuidando, purificando mi cuerpo y ayudándome a eliminar el yeli. Durante los últimos ocho años, no he tomado ningún medicamento y me he mantenido sana.
Después de ver el efecto milagroso de Falun Dafa en mí, siempre que mi hija no se sentía bien, mi marido la animaba a que aprenda la práctica.
Dejando que las cosas sigan su curso
Trabajaba en el departamento de finanzas de una empresa estatal. A finales de 2008, la empresa cerró nuestro departamento y planeaba transferirnos a otros departamentos. Mi esposo me dijo que me conseguiría una buena posición usando sus contactos. Mucha gente trataba de conseguir una buena posición utilizando sus contactos, y para ellos eso era algo normal.
Sin embargo, pensé que debería comportarme según los principios de Falun Dafa y no seguir lo que hacían los demás, así que rechacé la propuesta de mi marido y le dije que preferiría dejar que las cosas sigan su propio curso.
Entonces, me trasladaron a un departamento con mejores beneficios, haciendo el mismo trabajo de antes. Algunos pensaron que me habían dado aquel trabajo a través de mis contactos e, incluso, un colega se lo dijo como tal a mi marido. Le expliqué a mi marido que los que practican Falun Dafa y se comportan según los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia reciben bendiciones. Y creo que Shifu hizo este arreglo para mí.
Tomando las cosas ligeramente
En nuestra división éramos siete empleados, y un día nos dijeron que había seis posiciones de gerente disponibles. Eso significaba que uno de nosotros tendría las mismas funciones, sin recibir el salario de gerente. Desde que el partido comunista chino (PCCh) asumió el control de China, ha habido todo tipo de campañas y movimientos. La gente es educada para levantarse a "luchar" y pelear con los demás. Así que, cuando salieron los resultados de la evaluación, los que obtuvieron puntuaciones bajas estaban resentidos. Personas que previamente se llevan bien, ahora tenían conflictos.
El supervisor no sabía qué hacer, así que hablamos. Pensé que, como practicante, debía tomar las cosas ligeramente, y entonces renuncié a mi posición de gerente.
Escuché a personas de otro departamento diciendo que era injusto para mí que renunciara a mi posición, porque era calificada y tenía educación. Algunos incluso se rieron de mi decisión y me llamaron tonta. Ignoré sus opiniones, porque sabía que estaba siendo una buena persona. Al final, mi sueldo siguió siendo el mismo.
Me acordé que el Maestro Li dijo:
“Por supuesto, no es que realmente seamos tontos, sólo que tratamos muy ligeramente el asunto de nuestros beneficios personales, mientras que en todos los otros aspectos somos muy sabios. Cuando realizamos un proyecto de investigación científica, en cuanto a las tareas asignadas por los superiores o con respecto a cumplir algún trabajo, hacemos todo muy bien, con mucha racionalidad y lucidez. Solo tomamos con ligereza lo concerniente a nuestros beneficios personales y conflictos interpersonales”. (Zhuan Falun)
No me habría comportado así, si no hubiera sido una practicante. Hubiera luchado y competido con los demás, haciéndoles la vida difícil. Me siento muy afortunada por haberme convertido en una practicante de Falun Dafa. ¡Gracias, Maestro Li, por enseñarnos a ser buenas personas!