(Minghui.org) Durante los pasados 16 años de la persecución de Falun Dafa, mi yerno, mi hija y yo soportamos la misma dificultad y dolor. Me sentí impotente cuando a mi hija la arrestaron, condenaron y sentenciaron; terminando en prisión.
Repetido acoso policial
Mi hija solía tener enfermedades congénitas cardíacas. Comenzó a practicar Falun Dafa en enero de 1999. En ese momento, yo no quería que practicara, porque tenía miedo al PCCh. Traté de persuadirla en que abandone. Ella me dijo que aquellos que practican Falun Dafa se mantienen saludables siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Todo lo que quieren es ser buenas personas.
Fue a Beijing a apelar por el derecho de practicar Falun Dafa después que la persecución comenzó el 20 de julio de 1999. Fue ilegalmente detenida. Mi yerno me pidió que la convenciera para dejar la práctica. Pensé que como era muy obediente, me escucharía y estaría de acuerdo.
Fui al centro de detención y le hablé, pero no me escuchó. Guardó silencio, “Tú malinterpretas Dafa. Has sido engañada por la propaganda en televisión. Los hechos son diferentes”.
El guardia dijo que mi hija estaba completamente bajo la influencia de Falun Dafa. Mis esperanzas de conseguir que dejara el centro de detención se desvanecieron.
Después de dos semanas, tuvo síntomas de enfermedad severos. El centro de detención no quería ser responsable por ella y nos dijo que la pasáramos a buscar. El gobierno local y la comisaría extorsionaron con 800 yuanes a mi yerno.
Nos dijeron que debíamos vigilar a mi hija para poder liberarla bajo fianza. Por esto, los oficiales locales de policía a menudo iban a su domicilio para acosarla y saquear su casa. Fueron en días sensibles y festivos. El saqueo era un hecho regular.
Un testigo presencial de la persecución
En la noche del 28 de abril de 2004 estando de visita en su casa, fui testigo de cómo la policía la saqueaba. Fue después de las 11 p.m. Estaba lista para cerrar su negocio. Tres oficiales arribaron en un auto de policía. Una persona mostró una orden de registro. Registraron el depósito y maletas e hicieron un gran desastre. Cuidadosamente buscaron en cada lugar, hasta en los bolsillos de la ropa.
Una persona amenazó a toda nuestra familia, calumnió a Dafa y a su fundador, y trató de justificar su búsqueda. Después de tres horas, confiscaran todos los libros de Dafa y nuevos artículos. También guardaron una grabación, la que utilizarían como evidencia de los cargos contra ella en el futuro.
Pidiendo por la liberación de mi hija
La policía arrestó a mi hija y la interrogó por 23 días. Luego nos enviaron una carta donde decían que había sido sentenciada a dos años en campos de trabajo forzado.
Allí tuvo una debilidad extrema y no se podía cuidar. A menudo estaba mareada, tenía dolores en el pecho e insensibilidad en sus manos y pies. Pensé que amenazaba su vida al tratar de soportar dos años esa sentencia. Lo hablé con su esposo, y estuvimos de acuerdo que deberíamos tratar de obtener su libertad.
Cerca de 10.000 yuanes fue la extorsión a mi yerno antes de dejar que mi hija fuera examinada. Encontraron que no estaba calificada para permanecer en ese lugar. Sin embargo, el director del departamento de policía todavía no aprobaba su liberación y dijo que eran órdenes de sus superiores.
Nos arrodillamos y les rogamos que la dejaran en libertad. Esa fue la cosa más humillante que había hecho en toda mi vida. Está grabada en mi mente y aún perdura.
Finalmente la retiramos bajo “libertad condicional médica”. Mi yerno estaba muy enojado ya que muchos de sus ahorros se habían ido en pagar a las autoridades. A menudo la golpeaba e incluso la dejó fuera de la casa. Se quejó conmigo sobre ella y quería el divorcio.
Yo también tenía miedo de estar implicada porque la política del régimen comunista chino culpa a otros por asociación. Hasta pensé en romper mi relación con ella. Esto era por la presión que recibía del gobierno y de otras malas personas, sentí que no podía soportarlo más.
Después de más de un año de dolor y tristeza, mi hija sufrió un cáncer abdominal agudo, y se le acumularon fluidos en el hígado. Dentro de unos tres días, el cáncer creció en forma dramática, al igual que su vientre. Estaba muy delgada y esperando morir en casa.
Algunos practicantes la alentaron a practicar con diligencia Falun Dafa y dijeron que Dafa podría cuidar de ella. Tampoco mi yerno era tan estricto como antes. Cuando hizo los ejercicios, su estómago hizo ruido. Tuvo diarrea más de 10 veces al día. Su vientre hinchado se encogió.
Dos semanas más tarde, me llamó y me dijo que estaba recuperada. Mis oídos casi no lo podían creer. Me pregunté: “¿Es esto un cuento de hadas?”. No paraba de decir que era real y que pudo comer dos tazones de arroz. Por primera vez, ambos mi esposo y yo, comenzamos a aceptar a Falun Dafa desde lo profundo de nuestros corazones. Después de eso, aceptamos con mucha alegría lo que nos contó acerca de Dafa.
Dafa salvó mi vida
Por décadas, sufrí de artritis, enfermedades cardíacas y gota. Cuando el tiempo cambiaba, me dolía todo el cuerpo, tanto que quería morir. Mi hija me enseñó a memorizar: “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Me dijo que Dafa me protegería al hacerlo”.
Seguí sus instrucciones y los recité por un tiempo, ya no más tuve dolores. Estoy realmente agradecida a Dafa y a su fundador.
Este año, otra situación incómoda, era que un dedo de mi pie derecho tenía un absceso y estaba lleno de pus. El médico me dijo que me moriría si esto empeoraba. Mi hijo consultó y escuchó que el director de una escuela que tenía lo mismo fue al hospital de la ciudad y gastó más de 30.000 yuanes a lo largo de más de siete meses. Pasaron tres años antes que pudiera caminar.
Yo era de edad avanzada y no tenía dinero suficiente. Lo único que podía hacer era quedarme en casa y esperar morir.
Mi hija escuchó la historia y me trajo un reproductor de MP3 con las lecciones de Dafa. Me dijo que tomara una hora por día en recitar las frases. Pensé que podía darme una oportunidad.
Cada tarde sinceramente las recitaba por una hora. Escuchaba las lecciones de Dafa cada vez que tenía tiempo. Un mes más tarde, mi pie se recuperó. Estoy infinitamente agradecida a Dafa por salvar mi vida.
En este momento, siento que soy la persona con mayor suerte en el mundo. No viví en vano porque encontré a Falun Dafa.