(Minghui.org) A un practicante de Falun Gong de la provincia de Shandong le dijeron que viera a su ex jefe el 18 de noviembre de 2015. El hombre le pidió que renunciara a su demanda contra Jiang Zemin, el ex líder del régimen comunista chino. El practicante pensó que lo mejor era no responder, y en su lugar habló sobre Falun Gong y la persecución.
Después que su ex jefe se dio cuenta que no tenía la intención de renunciar a la denuncia criminal, llamó a la policía. Varios oficiales vinieron, lo arrestaron y lo llevaron a la comisaría. Durante el interrogatorio, les aclaró la verdad sobre Falun Gong, mientras ignoraba sus preguntas.
Un oficial amenazó con usar la violencia. El practicante simplemente le respondió: “¿Te atreves a hacer eso? Le contaré a mi Maestro, el fundador de Falun Gong”. Aquellas palabras lo atemorizaron, y partió en silencio.
Cuando el policía le pidió que firmara un documento de interrogatorio, se negó, y por el contrario escribió sobre el papel,“Falun Dafa es bueno”.
Antes de ser detenido, al practicante le realizaron un examen físico y encontraron que su presión arterial estaba bastante alta. El jefe de la policía doméstica le dijo que lo llevarían a un centro de detención a pesar de su presión.
“Sus palabras no cuentan. Mi Maestro tiene la decisión final. Está perdiendo su tiempo”, agregó el detenido.
El director del centro dijo que él estaba a cargo, y que todos deben seguir las reglas de la repartición.
En lugar de responder al comentario, el practicante expresó. “Debe recordar que ´Falun Dafa es bueno´, ´Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno´”. El responsable del lugar no dijo una palabra. El de la división de seguridad doméstica arribó unos minutos más tarde y le informó que podía irse.
Durante el camino de regreso a la comisaría, los oficiales hicieron silencio. Al llegar,uno le dijo: “Tienes razón. Ciertamente Tu Maestro tiene la última palabra”.
El practicante se marchó sin firmar ningún documento.