(Minghui.org) Conocí a una mujer de unos 70 años que practicaba Falun Dafa antes que la persecución comenzara en 1999, luego de lo cual dejó de practicar y evitó a otros practicantes.
Hace pocos años descubrí dónde estaba, y comencé a visitarla con información actualizada sobre Falun Dafa. Aunque no ha estado practicando, aún cree en Dafa. Comencé a llevar materiales de Dafa a su casa regularmente, aunque ella nunca los pidió. Un año después, nada parecía haber cambiado. Nunca solicitó nueva información o expresó el deseo de unirse al grupo de estudio del Fa.
Un día, luego de leer una nueva conferencia del Maestro, me pregunté si debía darle una copia. Ha pasado un año completo desde que comencé a acercarle materiales. Nunca pidió ninguno, y tenía que trasladarme en autobús durante dos horas para llegar a su casa. Estoy cerca de mis 80 años y me cuestioné si no me había estado exigiendo demasiado. Luego de este pensamiento egoísta, repentinamente recordé las palabras del Maestro:
“Haz las cosas que debes hacer de una manera normal”. (“Exponiendo el Fa en el Fahui de Vancouver, Canadá, 2003”)
De inmediato estuve lista y partí hacia su casa para verla. Me agradeció con una sonrisa y dijo que estaba feliz de verme, remarcó que esto sucedió desde el primer momento en que fui a visitarla, y que estaba pensando en llamarme. Le conté sobre las demandas de los practicantes de Falun Gong contra Jiang Zemin. Le sugerí que se uniera al grupo de estudio del Fa, y estuvo de acuerdo sin vacilar.
Después de asistir al grupo de estudió regularmente, esta practicante una vez más volvió a ser diligente.