(Minghui.org) Hace unos años, cuando tenía una peluquería, aparecieron dos funcionarios del sistema judicial local a visitar mi negocio. Intentaron obligarme a escribir declaraciones para renunciar a mi creencia en Falun Gong.
Les expliqué que los practicantes de Falun Gong como yo simplemente seguimos el principio de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para ser buenas personas y que nunca deberíamos haber sido perseguidos por nuestra fe espiritual en primer lugar.
Les recordé a estos dos oficiales el principio de retribución del yeli (kármico) de que lo que va, vuelve, y los alenté a dejar de seguir las órdenes del partido comunista chino que dañan a residentes que respetan la ley. Después de todo, no quería ver que nadie pague por crimenes cuando eso puede evitarse.
Uno de los funcionarios estuvo de acuerdo, pero el otro siguió implementando la política de persecución. No fue hasta un año más tarde, cuando su hijo fue atropellado por una camioneta, que comenzó a arrepentirse por lo que había hecho a los practicantes de Falun Gong. Como pudo cambiar su corazón, el estado de su hijo mejoró. El funcionario finalmente renunció a su puesto para no estar involucrado en la persecución.
Quiero compartir la historia de este funcionario como una advertencia compasiva para quienes aún siguen las órdenes del régimen de perseguir a los practicantes.
Un funcionario insiste en seguir la política de persecución
Dos funcionarios públicos, Han y Lee, aparecieron un día en mi negocio e intentaron obligarme a escribir declaraciones de garantía renunciando y difamando a Falun Gong. "Practicar Falun Gong no tiene nada de malo", y les dije cómo me esforzaba por ser una buena persona.
"¿Es tan bueno Falun Gong?", preguntó Lee.
"Sí, si no lo fuera, no lo practicaría", respondí.
Lee dijo: "Si es así de bueno, lo practicaré en el futuro".
Por el contrario, Han usó un tono amenazador, "Es por tu bien que te pido que abandones tu práctica Si no lo haces serás enviada a una instalación de reeducación".
"Seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia no tiene nada de malo", dije. Le recordé el principio de la retribución del yeli (kármico) de que todo lo que va, vuelve, ya que sé que todos serán responsables por sus acciones sólo quería lo mejor para él y su familia.
Han no escuchó. Poco después, noté que puso un cartel difamando a Dafa frente a la oficina de correo, donde su esposa trabaja como directora.
El mismo hombre se arrepiente, y su hijo moribundo se recupera en nueve días
Una tarde de primavera al año siguiente, la esposa de Han recibió una llamada diciendo que su hijo estaba seriamente lastimado porque había sido atropellado por una camioneta. Escuché lo sucedido y fui al hospital local. Han estaba afuera acosando practicantes, mientras que su esposa estaba en el hospital cuando los doctores le dijeron que su hijo no lograría sobrevivir.
Estaba muy preocupada por el niño, y me acerqué a su cama y le susurré: "Recuerda: Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Lo repetí varias veces y él comenzó a respirar.
Busqué a Han, que recién había llegado al hospital, y le recordé: "Deja de cometer malas acciones contra los practicantes de Falun Gong. Cortar los lazos con el PCCh te traerá buena fortuna a tu familia". Él comenzó a llorar y no cuestionó lo que le dije. Luego su hijo fue transferido al gran hospital del condado".
Fui al hospital del condado al día siguiente. Muchos familiares del niño se encontraban allí. Vi que el pequeño se veía igual que cuando sufrió el accidente. Repetí de nuevo, una y otra vez: "Recuerda que Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Comenzó a respirar bien de nuevo.
La tía del niño quedó asombrada al ver la mejoría del pequeño e instó a cada uno de su familia a seguir mi consejo de renunciar al PCCh. "¡Rápido, renunciemos todos!". Todos escribieron sus nombres para renunciar al PCCh.
Han se arrodilló en el piso y pidió perdón al Maestro Li Hongzhi, el fundador de Falun Gong. Prometió no perseguir a Falun Gong de nuevo.
Al día siguiente, el resultado de la radiografía confirmaba la condición de su hijo. Los doctores le dijeron que no había esperanza, ni operación que pudiera detener la hemorragia cerebral.
"No temas, tu hijo estará bien", le dije.
AL noveno día, el hijo despertó, completamente recuperado. Han y su familia estaban muy agradecidos con el Maestro por su salvación.
Poco después, Han dejó el sistema judicial y dejó de participar en la persecución.