(Minghui.org) Mi madre tiene 79 años y vive sola, pero mis hermanas y yo a menudo la visitamos. Solía practicar Falun Dafa conmigo y era muy saludable. Sin embargo, después que comenzó la persecución en 1999, se volvió temerosa, dejó de practicar, y su salud se deterioró.
Reanudó la práctica el año pasado. Sus enfermedades desaparecieron y estuvo saludable nuevamente. Le dijo a mi primo que vive en el extranjero que no le envíe más sus medicinas, y le dio a mi hermana menor una gran botella de píldoras de calcio hecha en EE.UU.
Mi madre me contó una historia. Una mañana, una bolsa de basura estaba sobre el escalón de su puerta. No pensó mucho sobre ello y lo dejó pasar. Al día siguiente, mi hermana del medio vio la misma situación y se molestó. Durante varios días se dio el mismo episodio. Mi hermana estaba furiosa y gritó en el corredor: “¿Quién está haciendo una cosa tan desagradable? ¡Mejor que no lo vea, o le gritaré muy fuerte!”.
Mi hermana del medio tiene mal temperamento y es impaciente. Mi madre la llevó hacia el interior del departamento y le pidió que dejara de gritar. Le dijo que ya que practica Falun Dafa, debe ser más tolerante y no comportarse como los demás. Mi hermana, quien no practica, respondió: “No me sermonees sobre tu práctica ahora. ¡Estoy muy enojada! Apuesto a que la familia de arriba lo hizo. Veo los residuos de su medicina china sobre la calle y tiran la basura a la planta baja desde la ventana de su cocina. Hacen un gran desastre. Son matones y ahora están invadiendo tu espacio”.
No dejaría que mi madre barriera el corredor y la entrada. Pero ella dijo que solo quería mantener limpia la zona.
Mi hermana y yo volvimos a nuestra casa al final del año. Antes de partir, le recordé a mi madre que mirara hacia adentro cuando encontrara problemas.
Regalo del año nuevo chino
Tuvimos una reunión familiar durante el año nuevo chino. Mi madre fue a buscar el diario. En vez del diario encontró dos bolsas negras en una canasta de bambú donde normalmente el cartero dejaba el diario. Decidimos no contarle a nadie en la familia. Cualquiera que hubiera recibido esa clase de “regalos” en el año nuevo chino debería estar muy molesto.
Encontró los mismos “regalos” durante los próximos días. No nos enojamos y no le dijimos a nadie. Fuimos a casa unos pocos días después del año nuevo chino y nos reunimos con mi madre el 16 de marzo, por su cumpleaños número 79. Le pregunté si había recibido más “regalos” después que me fui. Dijo que los regalos continuaron llegando por más de 40 días seguidos. Le dije que estaban allí para ayudarla a elevar su nivel de cultivación.
Contó que arrojó las bolsas de basura y limpió la canasta, pero los “regalos” continuaron llegando. Algunas veces se sintió triste, por tener que tolerar esa clase de humillación. Pero estuvo mejor después de leer Zhuan Falun y dejó de estar molesta. Dijo que quizás le debía a sus vecinos de arriba de vidas pasadas y era ahora el momento de pagar sus “deudas”, por lo que estaba bien sufrir un poquito. El Maestro Li, el fundador de Falun Dafa, dijo en Zhuan Falun, “Cuan alto es el xinxing, tan alto es el gong” (Lección Primera).
Mi hermana menor escuchó nuestra conversación y quiso pelear con los vecinos. Dijo que mi madre era demasiado inocente y era siempre amedrentada por otros.
Mi madre dijo que no era necesario hablar con ellos, ya que no pusieron más basura sobre el escalón de la puerta y también limpiaron el piso. El otro día regresaba de hacer compras y notó que el escalón estaba limpísimo, por el contrario debía agradecerles. Cuando estábamos charlando, el hijo del vecino bajó y escuchó nuestra conversación. No podíamos dejar de sonreír el uno al otro.
Le dije a mi madre que fue su bondad que tocó a sus vecinos y resolvió el conflicto. Los practicantes deben actuar en concordancia con los principios de Falun Dafa, Verdad-Benevolencia-Tolerancia, seguir las enseñanzas del Maestro Li y ser buenas personas.
Mi hermana menor estaba todavía un poco enojada y dijo: "Todo el mundo estaría resentido, a excepción de ustedes dos”. Mi madre y yo nos miramos y ambas sonreímos.
Se levantó para ir a casa. Giró y, como si tuviera un súbito entendimiento, dijo: “Ahora entiendo por qué ustedes dos no se enferman y están saludables. Su estado mental es diferente al de otros. A los practicantes de Falun Dafa no se los vence fácilmente, porque las cosas en el mundo común no los mueven”.
Mi madre y yo estuvimos contentas que tuviera esa visión.
El “regalo” de año nuevo fue verdaderamente un regalo para ayudarnos a todos a elevar nuestros entendimientos.
(12.° Fahui de China en Minghui.org)