(Minghui.org) ¡Saludos, Venerado Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!
Me siento afortunada de poder practicar Falun Dafa en esta época de la historia. Sin embargo, en mi camino de cultivación, me he tropezado repetidamente. Después de luchar para atravesar las pruebas de yeli que interfirieron conmigo durante los últimos años, me sentí muy conmovida cuando leí lo que dijo Shifu:
“Esta vida tuya ha venido a la Tierra por este asunto, cómo puede ser que no seas diligente, ¿has aflojado? ¡Es una oportunidad, la oportunidad de la antigüedad! No importa cuán largo sea el tiempo, todos se están preparando para este asunto, sufriendo, disolviendo ye, transitando en el sufrimiento hasta hoy, y al contrario, no eres más diligente, ¿no es lamentable?”. (Enseñando el Fa en el Día Mundial de Falun Dafa)
“… Todos los seres han venido para este Fa”. (Exponiendo el Fa en el Fahui del Oeste de los Estados Unidos, 2004)
Recordé que, sin importar lo difícil que sea, debo ser una practicante genuina. Me gustaría compartir cómo eliminé mi apego fundamental de querer comodidad en la vida cotidiana, y sobrepasé el yeli de enfermedad que me había atormentado durante mucho tiempo.
Salvando a la gente mientras sufría el yeli de enfermedad
Después de comenzar a practicar Falun Dafa, las enfermedades que me habían atormentado desaparecieron. En octubre pasado me enfermé gravemente otra vez. Tenía terribles calambres en la parte baja del abdomen y perdí una cantidad anormal de sangre. No podía hacer los ejercicios, apenas podía cuidarme, y mucho menos hacía las tres cosas que se nos corresponde hacer. Sabía que las viejas fuerzas se aprovechaban de mis nociones, pero no tenía idea de cuáles eran.
Cuando estaba sana, me gustaba ayudar a colgar pancartas de Falun Dafa y poner materiales de Falun Dafa afuera. También le hablaba a la gente acerca de la persecución y le ayudaba a renunciar al partido comunista chino (PCCh). Muchos funcionarios con los que hablé entendieron la verdad, renunciaron al partido y ofrecieron su apoyo a Falun Dafa.
Cuando me enfermé, apenas podía levantarme de la cama, lo que significaba que no podía salir y hablar con la gente. Un día, después de estudiar las enseñanzas del Fa, supe que ya no debía seguir reconociendo los arreglos de las viejas fuerzas. Preparé los carteles y pancartas y estaba a punto de salir, pero justo en ese momento el dolor abdominal empeoró. Mi esposo, quien también era un practicante, me dijo no me debería apurar, y que debería esperar y salir al día siguiente. Sabía que, si no iba ese día, caminaría el camino arreglado por las viejas fuerzas, así que me fui.
Esa noche, fuimos a hablar con la gente durante más de dos horas. Perdí mucha sangre, pero no me sentía cansada en absoluto.
Cuando comenzó el movimiento para demandar a Jiang Zemin, supe que tenía que anunciar la noticia de inmediato, para que más gente pueda entender los hechos. Cuando salí a colgar pancartas acerca de esto, no encontré ningún problema y supe que Shifu me estaba ayudando. Mi marido salió a la mañana siguiente y me dijo que, al regresar, vio que la pancarta seguía en donde la había puesto, colgada en un árbol en un mercado, y muchas personas la estaban viendo.
Los practicantes locales organizaron un grupo para hablar con la policía sobre Falun Gong. Una noche, el practicante que generalmente nos llevaba en su coche no pudo venir, por lo que inmediatamente me ofrecí llevarlos a todos. Aunque no había manejado desde el día en que había obtenido mi licencia de conductor, sabía que podía hacerlo porque, en primer lugar, la razón por la cual había conseguido la licencia de conducir fue para ayudar a aclarar la verdad. Las cosas salieron bien esa noche. Después de llegar a casa, me di cuenta de que ya no me estaba sintiendo enferma. Entendí que, al dejar de preocuparme por mí y pensando solamente en los seres conscientes, estaba asumiendo mi responsabilidad histórica.
Eliminando los apegos fundamentales y asimilándome al Fa
Mi marido y yo nos volvimos practicantes en 1994. En aquel momento, mi marido estaba empezando a progresar en su carrera, pero decidió enfocarse más en la práctica. Yo, por el contrario, intenté dirigir a mi esposo en la otra dirección y quería asegurarme de que se iba a centrar en su carrera.
Después de que la persecución comenzó en 1999, fui detenida muchas veces y sufrí yeli de enfermedad. A pesar de mis esfuerzos de mirar hacia adentro para buscar mis apegos, y de ayudar a que otros practicantes permanezcan en la práctica, mi salud no mejoraba.
Cuando los practicantes empezaron a presentar querellas criminales contra Jiang Zemin, supe que yo también tenía que hacerlo. No tenía miedo de exponer mi identidad, pero tan pronto como tomé la pluma, me sentí enferma y no fui capaz de continuar escribiendo. Cada vez que esto sucedía, culpaba a mi marido. Creía que estaba sufriendo porque él no había progresado en su carrera para traerme la felicidad y la comodidad que sentía que merecía. Me había convertido en una persona común que no quería sufrir.
Justo antes de la fecha límite para presentar los artículos para el 12.° Fahui de China, la interferencia fue fuerte y no pude escribir nada. Sin embargo, quería mucho compartir mi experiencia. Le dije a Shifu que nunca había cedido ante el mal y la tortura. Le rogué que me dejara saber lo que había hecho mal y cómo detener la interferencia del yeli de enfermedad. De pronto, mis pensamientos durante los últimos años de práctica aparecieron claramente en mi cabeza.
Yo nací en una familia que fue terriblemente discriminada y perseguida por el PCCh durante la Revolución Cultural. Mientras crecí, fui tratada injustamente y las oportunidades que tenía iban desapareciendo sin razón. Seguí luchando y trabajando muy duro sólo para obtener un título universitario, pensando que me ayudaría.
Cuando elegí con quien casarme, quise a alguien que era capaz de ascender en la sociedad. Mi marido en aquel momento era un funcionario jefe encargado de un grupo de más de mil personas. Era talentoso, buen escritor y bien organizado. Creí que él era mi pase de salida.
Mi marido no me decepcionó. Trabajó muy duro para conseguir una promoción tras otra. Estaba orgullosa de ver un futuro próspero.
Las cosas cambiaron cuando mi esposo se puso muy enfermo por exceso de trabajo. Tenía anemia y hepatitis. Cuando el doctor dijo que no podía ser curado, reventó mi burbuja. Pensé en abofetear su cara cuando se iba a morir y poner fin a mi vida también.
Después de que mi esposo se convirtió en un practicante, recobró la salud por completo, y empecé a soñar otra vez con un futuro glorioso. Este sueño terminó con la persecución, dos años más tarde. Todavía esperaba que algún día el PCCh fuera a remediar los agravios cometidos en contra de Falun Dafa y que estaríamos muy bien. Pero me sentí decepcionada otra vez porque sabía que nos estábamos poniendo viejos y ya no podría vivir el día cuando nos volviéramos ricos.
Mis recuerdos terminaron allí y me despertaron. Todos estos años había querido una vida cómoda. Por ser incapaz de enfrentar esta vida, les tenía rencor a mi esposo, a su familia y a la familia que intenté construir. Me convertí en una practicante porque estaba fundamentalmente apegada a una vida cómoda en este mundo secular. Quería ser saludable para poder disfrutar de los éxitos de mi marido. Quería aclarar la verdad para ponerle fin a la persecución y vivir una vida fácil. No podía eliminar los pensamientos ilusorios, y las viejas fuerzas los habían explotado todo este tiempo.
Finalmente entendí por qué siempre había sentido que me separaba una pared de las enseñanzas de Falun Dafa, cuando estudiaba. Las enseñanzas no me iluminaban, a pesar de mi afán por hacer las tres cosas bien.
Shifu dijo:
“El estudiar el Fa con apegos no es cultivación genuina. No obstante, durante el curso de la cultivación, una persona puede darse cuenta gradualmente de sus propios apegos fundamentales, eliminarlos, y así alcanzar el criterio para ser un cultivador. Entonces, ¿qué es un apego fundamental? Los seres humanos adquieren muchas nociones mientras están en el mundo, y a consecuencia, son impulsados por estas nociones a perseguir aquello que anhelan. Pero cuando una persona entra a este mundo, son arreglos predestinados los que determinan el curso de su vida, lo ganado y lo perdido. ¿Cómo podrían las nociones humanas determinar cada etapa de su vida? Por lo tanto, esos llamados “sueños y deseos maravillosos” se convierten en una búsqueda de apegos dolorosos que nunca puede ser satisfecha”. (“Hacia la perfección”, Escrituras esenciales para mayor avance (II))
Le dije a Shifu: "Por favor, no se preocupe por mí. Voy a eliminar el apego a la comodidad y voy a atesorar esta oportunidad que he esperado por toda la eternidad. Voy a cumplir mi voto de salvar a la gente". Inmediatamente sentí cambios en mi cuerpo, y el dolor desapareció por completo.
Shifu dijo:
“Con la elevación de tu xinxing, a tu cuerpo le ocurre un gran cambio; al elevar tu xinxing, está garantizado que ocurre una transformación en la materia de tu cuerpo”. (Zhuan Falun)