(Minghui.org) El Sr. Xi Changhai de la ciudad de Shenyang, provincia de Liaoning murió el 25 de septiembre de 2015, menos de tres meses después de que presentó su demanda contra Jiang Zemin por lanzar la persecución a Falun Gong que llevó a su encarcelamiento y tortura.

En 2008, el profesor de educación física jubilado de 68 años, fue condenado a 11 años por practicar Falun Gong. Mientras se encontraba en prisión, fue forzado a sentarse en una pequeña banqueta por largos períodos de tiempo. La piel en sus glúteos se infectó. También fue sometido a otros tipos de tortura. En consecuencia desarrolló alta presión, diabetes y problemas visuales y renales.

La prisión lo liberó finalmente por su estado de salud en 2013, cuando estaba al borde de la muerte. Cuando regresó a su casa, el hombre que una vez fue alto, corpulento e imponente, había perdido su movilidad. Quedó postrado en una silla de ruedas en su último año de vida.

El Sr. Xi presentó una demanda contra Jiang Zemin el 12 de julio de 2015, por todo su sufrimiento. Había sido arrestado varias veces por su fe antes del arresto de 2008. Mientras se encontraba en un campo de trabajo en 2001, su escuela suspendió su salario. Cuando fue liberado más tarde de la prisión, la escuela revocó su pensión.

Lamentablemente, el Sr. Xi nunca pudo recuperarse de las consecuencias de las torturas sufridas. Falleció antes de tener la oportunidad de ver a Jiang enjuiciado.

Antecedentes

En 1999, Jiang Zemin, como jefe del partido comunista chino, ignoró a otros miembros permanentes del comité del politburó y lanzó la violenta represión a Falun Gong.

La persecución ha llevado a la muerte a muchos practicantes de Falun Gong en los últimos 16 años. Muchos más han sido torturados por su creencia e incluso asesinados por sus órganos. Jiang Zemin es directamente responsable por el comienzo y continuidad de la brutal persecución.

Bajo su dirección personal, el partido comunista chino estableció un órgano ilegal de seguridad, la “oficina 610”, el 10 de junio de 1999. La organización ignora las fuerzas policiales y el sistema judicial al llevar adelante las directivas sobre Falun Gong: arruinar su reputación, cortar sus recursos financieros, y destruirlos físicamente.

La ley china permite a los ciudadanos ser demandantes en causas penales, y muchos practicantes están ahora ejerciendo ese derecho presentando demandas penales contra el ex dictador.

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