(Minghui.org) En mi camino a casa desde el mercado el 9 de mayo de 2014, un auto me chocó y perdí la conciencia.
Cuando la recuperé, estaba en una cama de hospital, pero no sentía que algo estuviera mal. Alguien me pidió un número de teléfono de contacto y le di el número del celular de mi esposo.
Mi esposo apareció y le dije que nada había pasado y que lo tomara con calma. Más tarde me enteré por varios practicantes que en realidad estaba en grave estado y mi marido había llamado a nuestros parientes en caso de que algo me pasara.
Radiografías indicaron que la clavícula derecha y tres costillas estaban quebradas. También había pérdida de sangre detrás de mi oreja izquierda. El doctor sugirió que de inmediato debía ser operada pero me rehusé y solo le dije que estaría bien.
Creí que todo estaría bien si enviaba fuertes pensamientos rectos. Quise ir a casa lo más pronto posible.
Mi hijo, también practicante, llegó al hospital. Le dije de mi situación y apoyó mi decisión. Después firmamos un formulario donde no aceptábamos el consejo médico, y dejé el hospital.
Accidente abre la puerta para hablar sobre Dafa
Un hombre joven de apellido Ma me había chocado. Trabajaba para una compañía de entregas rápidas. Cuando estaba haciendo el quinto ejercicio de meditación, Ma, su supervisor y colegas llegaron a mi casa.
Mi familia y otro practicante les hablaron sobre Falun Dafa y la persecución, y los alentaron a renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas.
Cuando Ma nos visitó de nuevo, calurosamente le dimos la bienvenida y mi esposo le dijo que regresara a trabajar, que yo estaba bien y que no le crearíamos problemas.
Ma nos dijo que no podía trabajar porque la policía le había confiscado su auto. Mi esposo escribió una nota que decía que no pediríamos compensación, y le pedimos a nuestra nuera que fuera con Ma a la estación de policía para solicitar que le regresaran su auto.
Ese día, fue difícil pararme, por lo que dije en mi corazón que necesitaba pararme ahora. Para mi sorpresa, sentí una energía jalándome hacia arriba lentamente hasta que estuve de pie. Supe que me había beneficiado por practicar Dafa.
La tercera noche después del accidente, tuve un sueño vívido. Estaba extendiendo un largo y blanco rollo con Ma a lo largo de la calle donde ocurrió el accidente. Noté un charco de sangre al final del rollo. Me di cuenta que había pagado una deuda.
Estaba completamente recuperada dentro de los nueve días y capaz de hacer los quehaceres nuevamente.