Falun Dafa Minghui.org www.minghui.org IMPRIMIR

Tras una vida de delitos, Falun Gong me ayuda a convertirme en una persona amable y considerada con los demás

Ene. 22, 2015 |   Por Yupeng, un practicante de Falun Gong

(Minghui.org) Antes de comenzar a practicar Falun Gong, vivía engañando y lastimando a los demás. Me condenaron a prisión cuatro veces por robar, estafar y pelear con la gente. Todo eso cambió después de que empecé a practicar Falun Gong. Me he convertido en una persona mucho más considerada y feliz.

En junio de 2000, poco antes de salir de la prisión, empecé a sufrir de una enfermedad inusual. Estaba débil y no tenía nada de energía. Era incapaz de defenderme cuando otros internos me molestaban o me golpeaban.

Mi madre me dijo que practicaba Falun Gong y que había sido arrestada, torturada y sometida al lavado el cerebro por negarse a renunciar a la práctica. Pensé que el Maestro Li Hongzhi debe ser realmente asombroso porque sus discípulos eran tan comprometidos con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia que podían soportar cualquier cosa.

Después de que salí de la prisión, busqué medicina china y occidental para curarme, pero nada funcionó. Mi madre sugirió que intentara practicar Falun Gong. Inicialmente me negué y perdí los estribos, pero con el tiempo, ya que no tenía dinero para doctores, decidí intentarlo.

Decisión importante

Tan pronto como empecé la práctica, me encontré con mucha interferencia. Por ejemplo, cada vez que levantaba el libro Zhuan Falun y comenzaba a leer, tenía sueño.

Mi madre me enseñó luego cómo hacer los ejercicios de Falun Gong. La primera vez que los hice, sucedió algo increíble. ¡Mi dolor lumbar desapareció y me sentí lleno de energía!

Un día, mi tía y yo fuimos al mercado en bicicleta. Mi tía, que tenía 60 años, iba  en la parte de atrás. Junto a la carretera había un foso profundo y casi caímos en él. En aquel preciso instante, pensé en pedir la ayuda del Maestro Li. En lugar de caer en el foso, caímos al costado del camino. Mi tía se cayó de la bicicleta pero no se lastimó. Mi madre me dijo que debo haber tenido pensamientos rectos en ese momento.

Después de que comencé a practicar Falun Gong, dejé de hacer cualquier cosa ilegal.

Antes, hubiera vendido mi sangre si necesitaba dinero, incluso si hubiera reprobado el examen de sangre. Una vez, el dirigente de la aldea me preguntó: "Solías hacer cualquier cosa para conseguir dinero. ¿Ahora, de repente, tienes una conciencia?”. Le dije: "Antes estaba mal. Ahora practico Falun Gong. Quiero ser una buena persona y deshacerme de esas malas costumbres”.

Había seis o siete personas en la habitación, y todos se sorprendieron al oírme decir eso. Uno dijo: "Falun Gong ha sido prohibido desde 1999. ¿No sabías?". Además llamó a su supervisor y le dijo que alguien del pueblo estaba practicando Falun Gong.

Siendo considerado con los demás

Practicaba los ejercicios con mi madre cada día. Ella podía meditar sentada durante mucho tiempo, pero yo sólo podía aguantar poco tiempo. Recuerdo que deseaba que el Maestro me ayudara a meditar sentado por más tiempo, así que la próxima vez me pude quedar sentado durante media hora. Estaba muy contento, pero eso era el apego al fanatismo, que reconocí que debía eliminarlo.

Solía pensar que había nacido para ser un jefe, pero ahora estaba feliz haciendo cualquier tipo de trabajo. Mientras más trabajaba, más energía tenía.

Como dijo Shifu:

“Hablando de la gran circulación celestial, aunque no se te deja flotar, puedes sentir todo el cuerpo liviano, y cuando caminas, es como si generaras viento. En el pasado, te cansabas después de caminar sólo unos pasos; ahora, no importa cuán lejos camines, sientes que no necesitas esforzarte; si andas en bicicleta, sientes como si alguien te empujara; al subir la escalera, no importa cuan alto es el edificio, no te cansas; está garantizado que es así”. (Lección Octava, Zhuan Falun)

En el trabajo, les dije a mis compañeros lo que solía ser antes de practicar Falun Gong, y cómo había cambiado para ser más considerado con los demás.

Más tarde un compañero practicante me presentó a mi futura esposa. Nos casamos y nos cambiamos del campo a la ciudad.

Un día, nuestra motocicleta se estrelló contra un taxi. Todos los que presenciaron el accidente pensaban que habíamos muerto. Sin embargo, mi esposa no tenía ni una herida, y yo sólo tenía pequeños cortes en las piernas y pies. Me paré y le dijo al conductor: "Soy un practicante de Falun Gong y mi Maestro me cuida. Voy a estar bien". También me aseguré de decirle que Falun Gong no era como lo pintaban en la televisión. El conductor insistió en que lo compensáramos con 1.000 yuanes por el daño a su taxi. Pensé que a lo mejor le debo de una vida anterior y entonces le di el dinero.

Varios días más tarde, cuando iba en mi moto, fui atropellado por ese mismo taxista. Mis cosas se esparcieron por el suelo. El conductor vino a disculparse. Le dije: "Soy un practicante de Falun Gong, así que no le pediré dinero. Ahora, vamos a encontrar una escoba y limpiar esto". Mi brazo estaba herido y sangraba, y el conductor me llevó a casa. Mi vecino dijo que el taxista me debería pagar por lo menos 500 yuanes. Me he negado a pedirle dinero, y el conductor dijo que realmente conoció a una buena persona.

En el 2004, mientras mi esposa estaba en el hospital, fue quemada por agua caliente y quedó con cicatrices. Alguien me dijo que debería demandar al hospital por 50.000 yuanes, pero pensé que, siendo un practicante de Falun Gong, no haría eso. Cuando el dirigente de mi pueblo se enteró, dijo: "Si él no practicara Falun Gong, definitivamente no se habría comportado así”.

Clarificando los hechos

Los Nueve Comentarios sobre el partido comunista fueron publicados en 2004. Los leí y pensé que eran muy precisos, así que compré una pequeña impresora para imprimirlos y distribuirlos. Un año después, me enviaron a un centro de detención por repartir los Nueve Comentarios. Aunque los guardias me golpearon, les hablé acerca de cómo solía ser.

"Solía hacer lo que me estás haciendo a mí ahora, pero yo ya he cambiado", le dije. "Golpear y abusar de la gente no es correcto. Tú también tienes que cambiar". Uno de los policías que me conocía de antes, dijo: "Te has vuelto considerado con los demás”.

Le dije: "Después de que comencé a practicar Falun Gong, cambié y comencé a pensar primero en los demás". Le dije que debería renunciar al PCCh. Me susurró que él ya había renunciado con la ayuda de un practicante.

En 2005, fui arrestado y llevado a un campo de trabajo. Me encerraron en un cuarto oscuro y me dieron poca comida o agua. No me permitieron usar el baño ni dormir. Abusaron de mí así por más de un mes. Contra mi voluntad, me vi obligado a escribir algunas palabras difamando a Falun Gong. Más tarde, grité: "¡Falun Dafa es bueno!". Me golpearon por esto, así que grité dos veces más y los guardias me trataron mejor.

Como Shifu dijo:

“Con los dizi repletos de pensamientos rectos, el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo”. (Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin II)

Más de 10 agentes del centro de detención llegaron a mi casa un mes después de que fui liberado del campo de trabajo. Me preguntaron qué pensaba de Falun Gong. Les dije: "El día que me liberaron, hice una declaración formal, que continuaría practicar Falun Gong. Falun Gong es una práctica recta. El partido es una secta, no Falun Gong”.

Quedaron tan impactados, que sus rostros cambiaron de color. Uno de ellos dijo: "¿No fuiste ‘transformado’?”. Le contesté: "Ustedes saben cómo me forzaron a ‘transformarme’: ustedes no me dejaban dormir, comer, beber agua o incluso ir al baño. Me negué a ser ‘transformado’ por nueve meses y comencé una huelga de hambre”.

Estudiaba el Fa cada día, practicaba los ejercicios y enviaba pensamientos rectos. Dormía sólo unas pocas horas. También me preocupaba por la gente que no sabía la verdad. Repartí materiales y, cuando ya no tuve dinero para comprar papel para imprimir más, compré una cubeta de pintura y la utilicé para escribir "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" en lugares públicos, incluyendo la puerta de la estación de policía.

Debido a que seguí hablando a la gente sobre la persecución, fui detenido y condenado a prisión por cuatro años y medio. Después de liberarme, me dejaron en la pobreza. Mucha gente me dio arroz, harina y otros artículos básicos que necesitaba para vivir. Ellos sabían que había cambiado y que ya no era una mala persona, y también sabían que la razón de esto era porque había estado practicando Falun Gong.

Estas son mis experiencias. Si he dicho algo inapropiado, por favor señálenmelo amablemente.