(Minghui.org) Mi esposa tenía una enfermedad cardíaca y vasculitis. A finales de septiembre de 1998, su situación llegó a ser tan grave que no pudo salir de la cama por más de dos meses.

Nuestra hija trajo a casa el libro Zhuan Falun a mediados de diciembre y le pidió a su madre que lo lea. Le dijo: "Si lees este libro te podrías recuperar, mamá". Mi esposa no estaba convencida y le contestó: "Si la lectura de este libro me puede ayudar a curar mis enfermedades, ¡eso sería maravilloso!”.

Ocurrió un milagro. Después de leer Zhuan Falun durante tres días, mi esposa comenzó a caminar. Me quedé asombrado. ¡El libro le salvó la vida literalmente!

En poco tiempo, yo también empecé a practicar Falun Gong.

Cultivándome solo

Junto con mi esposa teníamos una pequeña tienda, y mantener la empresa nos consumía la mayor parte de nuestro tiempo. En nuestro tiempo libre, estudiábamos el Fa y practicábamos los ejercicios. Un día en el 2008, mi esposa fue detenida ilegalmente y enviada a un campo de trabajos forzados por un año.

Sentí como si el cielo cayera sobre mí. En el pasado, la había seguido en todo lo relacionado con la cultivación, incluyendo el estudio del Fa, los ejercicios y la clarificación de la verdad. ¿Qué iba a hacer ahora?

Al mirar hacia adentro, recordé las enseñanzas de Shifu.

Shifu nos dijo:

“Los caminos de cultivación son diferentes
Mas dentro de Dafa están todos
Sin apego a nada
El camino bajo los pies se abre automáticamente”.

(“Sin obstáculos”, Hong Yin II)

Decidí empezar a cultivarme solo.

Aclarando la verdad

Decidí cerrar mi negocio y dedicarme a la cultivación. Cuando fui a un mercado una mañana y vi a la multitud, pensé: debería ayudar a despertarlos, porque soy un practicante.

Empecé a hablar con la gente sobre Falun Dafa y la persecución. Esa mañana, pude convencer a tres personas a renunciar al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas.

Al día siguiente, desperté a las 3:50 a.m. e hice los ejercicios durante dos horas. A las 5:55 a.m. empecé a enviar pensamientos rectos y después leí una o dos lecciones de Zhuan Falun. Esto se convirtió en mi rutina diaria. Al leer más el Fa, adquirí una comprensión más profunda de las enseñanzas de Shifu, y pude sentir que estaba mejorando.

Algunos días podía persuadir a casi 30 personas a renunciar al PCCh. En días más lentos, podía ayudar a unas diez personas. Cuando mi esposa regresó a casa del campo de trabajo, el 23 de abril de 2009, había ayudado a 2.450 personas a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

En los últimos años, conocí a personas de diversos ámbitos. A lo largo del proceso pude eliminar muchos apegos, incluyendo el miedo.

Historias de cultivación

Un día tuve la oportunidad de conversar con un aldeano. Le hablé de las campañas políticas anteriores del PCCh: la Revolución Cultural y la masacre de Tiananmen y que 80 millones chinos perecieron en esos movimientos. También le dije que el PCCh incluso mata a practicantes de Falun Gong para sustraer sus órganos vitales con fines de lucro.

Después de hablar con él durante más de una hora, le contesté todas sus preguntas. Estaba totalmente convencido de que Falun Gong es recto. Dijo: "Me siento muy bien después de haberlo escuchado. Estoy encantado”.

En otro pueblo, un hombre de unos 40 años me invitó a su casa. Aunque nunca nos habíamos conocido, él sintió que me conocía. Comencé a hablarles a él y a su madre sobre los crímenes del PCCh. Después de escucharme atentamente, la madre y el hijo estuvieron de acuerdo en renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas. Me agradecieron repetidamente por haberles dicho la verdad.

En otra ocasión, convencí a dos hombres de unos 50 años a renunciar a las organizaciones comunistas. Ambos me dijeron que les encantaría leer Zhuan Falun.

También tuve algunos encuentros desagradables. Algunas personas me maldijeron o me asaltaron. Un día conocí a un hombre de unos 60 años al que, al parecer, el partido le había lavado el cerebro. Cuando le conté sobre los crímenes del partido, desafió lo que dije y me preguntó: "¿Está jubilado? El partido le envía una pensión, ¿no? ¿Cuánto le paga Falun Gong para hacer esto?”.

Le contesté: "Sí, estoy jubilado. Gané mi pensión, y el partido no me dio ni un centavo”. También le dije que los practicantes de Falun Gong pagan para imprimir los folletos informativos. Después de un tiempo, se convenció y accedió a renunciar a las organizaciones afiliadas del partido.

La protección compasiva de Shifu y la ayuda de los compañeros practicantes me han permitido continuar mi cultivación a lo largo de todos estos años. En el futuro, redoblaré mis esfuerzos para estudiar el Fa, hacer bien las tres cosas y despertar a más personas. 

Por favor indíquenme si hay algo inapropiado.