[Minghui Net] Cada practicante de Falun Dafa tiene una historia para contar cómo empezó a practicar la cultivación. Ahora, me gustaría compartir mi historia.
Zhuan Falun abrió mi corazón
Empecé a practicar Falun Dafa en 1997, cuando estuve en un viaje de negocios. Durante ese tiempo, pasaba mi tiempo libre leyendo libros en la habitación. Mi compañera de piso también leía un libro, sin embargo, siempre leía el mismo. Me di cuenta de que cada vez que lo leía siempre se lavaba las manos.
Tenía curiosidad, así que un día le pregunté qué estaba leyendo. Me dijo: “Este libro le dice a la gente que uno obtiene virtud comportándose bien y yeli si hace cosas malas”. Me pareció razonable. Entonces, le pregunté si me prestaba el libro. Me dijo: “Claro, pero tienes que tener respeto hacia el libro y lavarte las manos antes de leerlo”, le contesté: “Claro que lo tendré”.
El libro era Zhuan Falun, el texto principal de Falun Dafa. Encontré que los principios mencionados en el libro eran bastante razonables.
Poco después, regresé a casa y compré mi ejemplar de Zhuan Falun. Lo leí de nuevo y sentí como si una ventana se hubiera abierto en mi corazón. El libro amplió mi mente y me hizo sentir brillante. Decidí practicar la cultivación en Falun Dafa.
Fui a un sitio de práctica cercano y aprendí los ejercicios. Al tercer día, empecé a experimentar síntomas de purificación del cuerpo, algo que describe Shifu en el libro. Vomitaba, tenía diarreas, dolor de cabeza y fiebre. Sin embargo, tenía un pensamiento firme: “Esto es eliminación de yeli, no enfermedad”. No estoy segura cuánto duraron estos síntomas, pero apreté los dientes y lo soporté. Dos días después, los síntomas desaparecieron y todo mi cuerpo se sentía bien. Estaba aun más convencida del poder de Falun Dafa.
Abandonar Falun Dafa y enfermar
Sin embargo, un año después, el partido comunista chino (PCCh), empezó a perseguir a Falun Dafa. Mi fe todavía no era lo suficientemente fuerte para aguantar la presión y abandoné la práctica. Escondí el libro en un lugar secreto de mi casa en caso de que los agentes del PCCh trataran de confiscármelo.
La tarde del 6 de octubre de 2003, de repente sentí un dolor insoportable en la espalda. Me tumbé, pero me sentía aun peor. Intenté todos los medios posibles para aliviar ese dolor, pero nada me ayudaba. Fui al hospital. Un médico sospechaba que tenía problemas con los riñones, pero la prueba mostró que todo era normal. Entonces, me hicieron una ecografía, pero seguían sin encontrar el problema. Al final, me hicieron un análisis de sangre y el médico me dijo que mis plaquetas, hematíes y leucocitos no eran normales. No me dijo qué enfermedad era exactamente pero sobrentendí que era leucemia.
Visité varios hospitales, y me dieron un diagnóstico similar. Me fui del hospital desesperada, con los análisis en la mano. ¡Había desarrollado una enfermedad incurable! ¿Qué debía hacer? Mi marido estaba de viaje de negocios y tenía que cuidar yo sola de nuestros hijos. ¿A quién podía dirigirme? Tenía dolor, me sentía deprimida e indefensa. La piel se me había tornado amarillenta y estaba demacrada, eso en tan solo unos días.
Falun Dafa me rescató de nuevo
Desesperada, pensé en Falun Dafa. Solo había una chica viviendo debajo de mi piso, pero también había abandonado la práctica después de que empezara la persecución. Le dije: “Ahora estoy determinada a no ir más al hospital. Me entregaré a la voluntad del Cielo. Reanudaré la práctica”. En cuanto emergió este pensamiento, todos mis síntomas desaparecieron. Fue un milagro.
Estaba llena de gratitud y arrepentimiento, con lágrimas en los ojos. No podía agradecer lo suficiente a Shifu por su salvación compasiva. Decidí en mi corazón: “Nada podrá sacudir mi creencia en Falun Dafa, no importa cuantos cambios sociales tengan lugar, no importa cuantas dificultades pueda encontrar”.
Todos los otros problemas de salud que me habían torturado durante años, también desaparecieron después de reanudar la práctica en Falun Dafa.
Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2014/9/6/2867.html