[Minghui Net] He observado algunos problemas comunes entre los practicantes que me gustaría señalar aquí.
El primer problema: enfrentar las críticas. Ya sea sobre la cultivación o sobre asuntos cotidianos, hay una tendencia a dar un paso al costado cambiando de tema de inmediato. Lo que resulta peor, cuando alguien nos critica, de inmediato criticamos a la persona que nos está señalando algo. En la superficie es un modo de escape, pero de hecho, esto indica que estamos intentando evadir esto, con un grado de astucia. Shifu dijo:
“Yo les había dicho a ustedes que las personas astutas son gente mala”. (“Enseñando el Fa en el Fahui de Nueva York 2010”)
Yo mismo he hecho esto. Durante el estudio del Fa, cuando leía partes que señalaban mis deficiencias, quería leer más rápido, para pasar esa sección fugazmente. Cuando leo lo que Shifu nos pide que hagamos, pero que encuentro difícil de lograr, con frecuencia surge una mentalidad negativa en mi. Por ejemplo, Shifu dijo:
“Frecuentemente digo que cuando tú realmente deseas lo mejor a otros, sin ni siquiera un poco de corazón egoísta, lo que dices hace que otros derramen lágrimas. ¿Puedes intentarlo?”. (“Enseñando el Fa en el Día Mundial de Falun Dafa”)
Cuando leí esto, hasta albergué este pensamiento: “¡Es imposible para mi!” Lo compartí con un compañero practicante, quién me dijo seriamente: “Cuando estudiamos el Fa, necesitamos hacer nuestro mejor intento por cambiar nuestras nociones, y así podemos beneficiarnos significativamente en nuestra cultivación”. Esto me conmovió. Cuando estudié nuevamente ese fragmento, envié fuertes pensamientos rectos desde el fondo de mi corazón: “Shifu, puedo hacerlo!”.
El segundo problema: cuando siempre hablamos de “mi”, pero casi nunca miramos hacia adentro. A veces, incluso cuando lo hacemos, sólo miramos superficialmente y nos rehusamos a llegar hasta las raíces.
El tercer problema: los practicantes tienden a entrar en conflicto cuando discuten un asunto. Cada parte insiste en que su solución es la mejor, y a veces sus rostros se encienden de ira. No logran llegar a un acuerdo. Personalmente, creo que no importa cuán buena sea la solución de alguien, el énfasis interminable es erróneo. Lo que parece más correcto, cuando se lleva al extremo, termina estando equivocado.
No debemos discutir. Por el contrario, debemos alentarnos y ayudarnos mutuamente. Sólo de este modo la solución final funcionará y será la mejor.
Un problema más: el apego al qing.
Muchos practicantes mayores están apegados a sus nietos. Cuando visito a mis padres, siempre le marco a mi madre su apego con su nieta. Como mi hermano y su esposa trabajan todo el día, mi madre cuida de su nieta en casa. No hay nada de malo en esto, pero mi madre está tan apegada a su nieta que incluso cuando mi hermano o su esposa vienen por la noche, no puede contener las ganas de ir a su habitación y estar con su nieta.
Cuando mi madre habla con otros, casi siempre habla de su nieta. He señalado a mi madre que esto es una brecha que puede ser usada por el mal, y que puede hacer que afloje en la cultivación con el tiempo. Pero mi madre no parece aceptar mi advertencia, e insiste en que no tiene este apego. No me daré por vencido y se lo recordaré cada vez que la visite.
Algunos practicantes están apegados a sus hijos. Incluso justifican su comportamiento: los cuido para que sean diligentes en la cultivación. Si, es correcto apoyarlos en la cultivación, pero el cuidado excesivo de los padres puede ser un apego. Con tanta atención en sus niños, no pueden enfocarse en su propia cultivación y no logran estar en calma por este apego. Muchas veces se sienten desequilibrados porque creen que su amor no es retribuído. Pero nunca piensan en la causa real de este desequilibrio.
No escribo este artículo para culpar a alguien, sino para que sirva como un recordatorio. ¡Seamos diligentes todos juntos!