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Soltando el apego a la vida y el miedo a la muerte
Durante el verano de 2007 me salieron unas cinco o seis manchas moradas en las piernas. Cuando mi hermana se enteró, insistió con que debía ir al hospital para hacerme una revisación. Me dijo: “Nuestra tía tenía esos síntomas y luego se le diagnosticó leucemia. Murió en sólo tres meses desde que los síntomas aparecieron”. Sentí que ya que soy Dafa dizi, y Shifu me proteje, no quería ningún otro arreglo. Cuando llegaron los resultados mi hermana entró en pánico.El doctor dijo: “No tiene plaquetas, puede tener leucemia en cualquier momento”. Me mantuve en calma y recordé las palabras de Shifu:
“Si puedes cultivarte genuinamente, cuando verdaderamente puedas dejar ir tu apego por la vida o tu miedo a la muerte –y no sólo actuar así para que lo vean los demás, mientras en tu interior constantemente piensas sobre eso– entonces, no importa qué tipo de enfermedad tengas, serás curado. En la cultivación, la diferencia entre lo humano y lo divino es justamente la diferencia de un pensamiento”. (Exponiendo el Fa en el Fahui Internacional de Nueva York, 2004)
Entonces pensé: “¿Qué leucemia? Puedo dejar ir mi apego a la vida y la muerte, es mi lado divino”.
Mi familia estaba muy asustada, me llevaron a un gran hospital para que me medicaran. No quise ir. Mi esposo lloraba y decía: “Por favor hazlo por nuestro hijo y la familia”. Le respondí: “¿Has escuchado de algún caso de este tipo de cáncer que haya sido curado por médicos? No sólo mi enfermedad no será curada, además quedaremos económicamente en la ruina. Actuaré según los requisitos de un practicante. Nada me sucederá. Seré salvada y mi familia estará mejor”. Pero no pudo aceptarlo, me daba la medicina personalmente todos los días. No había manera de evitarlo, así que aceptaba las pastillas que me daba, pero las ponía en mi bolsillo cuando no prestaba atención. Pero mi estado de salud no mejoraba.
Tuve una pesadilla terrible y algo me dijo: “Esto es cáncer”. Le dije: “Ni siquiera sueñes que aceptaré tu arreglo, mi Shifu me proteje. Luego de despertarme, pensé que no importaba cuándo mi vida terminaría, mientras estuviera viva tenía que salvar seres conscientes. Así que distribuí materiales de Falun Dafa para aclarar la verdad como siempre.
En ese momento, mis piernas se hincharon dos veces más, y las manchas moradas se volvieron más oscuras. No les presté atención. Seguía subiendo escaleras para repartir el material. Cada vez que el pensamiento de que podía tener leucemia aparecía de inmediato lo eliminaba. El pensamiento de mi corazón nunca cambió: puedo soltar el apego a la vida y el miedo a la muerte, es mi lado divino”.
Al final los síntomas de leucemia desaparecieron por completo. Mi esposo miró los resultados de los análisis y dijo: “Ya puedes creer en la ciencia ahora. ¿puede tu práctica curar las enfermedades?”. Le entregué todas las pastillas que había guardado para que las viera y le dije: “Nunca tomé ninguna de las pastillas que me dabas”. Quedó sorprendido y dijo: “¿Entonces realmente crees en Falun Dafa? ¿No temes a la muerte para nada?”. Le respondí: “Esto es la prueba de que puedo dejar ir la vida y la muerte”.
Los pensamientos rectos nos ayudan a avanzar
Toda mi familia cree en Dafa ahora, y apoya mi práctica. Una vez, cinco practicantes y yo manejamos a un condado vecino a distribuir material para aclarar la verdad. Un vehículo policial estaba estacionado en el medio del camino, revisando cada vehículo que pasaba por allí. Sabíamos que estaban buscando practicantes.
El camino era angosto, y era difícil pasar por el auto policial. En ese momento dos oficiales se acercaron a cada puerta, esperando que nos detengamos y bajáramos. Los tres practicantes del asiento trasero estaban nerviosos porque nuestro auto estaba repleto de material. Me senté en el asiento del acompañante. Había dos bolsas repletas de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista cerca de mis pies. Les indiqué: “¡Envíen pensamientos rectos, y sigue manejando!”. Un practicante que estaba sentado atrás dijo, sube las ventanas. El conductor pasó cerca del vehículo policial.
Otro policía se acercó. Enviamos pensamientos rectos: ¡no permitir nunca que las fuerzas del mal nos persigan, eliminar completamente todo tipo de interferencia del mal que impide que salvemos seres conscientes! Había un mercado atestado de gente delante nuestro. Cuando nuestro auto pasaba la gente se abría para dejarnos el paso libre. Luego la multitud cerraba el paso detrás nuestro. El auto policial no pudo acercarse aunque usaran la sirena.
Los compañeros practicantes dijeron después de eso que mis palabras en ese momento fueron muy poderosas, e hicieron que todos se calmaran. Les dije: “Sentía que las palabras venían de mi corazón por eso eran muy poderosas”.
Escuchando a los verdaderos pensamientos de mi corazón, no a mis nociones humanas
Fui arrestada el año pasado junto a otros practicantes. Me mantuve recta sin miedo. La policía nos llevó al centro detención y preguntó mi nombre. Le respondí simplemente que era Dafa dizi.
En prisión hice los ejercicios, recité el Fa, envié pensamientos rectos, y canté canciones escritas por practicantes de Dafa. Aclaré la verdad sobre Dafa a los internos cuando tenía tiempo. Los prisioneros me preguntaban: “¿Cómo es posible que estés tán cómoda aquí como si fuera tu propia casa?”. Les dije: “Me comporto de esta forma, no importa en donde me encuentre”. Un prisionero me dijo: “Actuarás diferente después de esta raquí por medio año”. Le dije: “¿Cómo podrían encerrarme por medio año? Saldré de aquí en un mes”. Los prisioneros se rieron, “¿Un mes? ¿Qué practicante de Falun Gong puede salir de aquí en menos de medio año? Una vez que estás adentro, sin sentencia, te quedas aquí indefinidamente”. Les dije: “Esto no funciona así para mí”.
Había dos compañeros practicantes en la celda. Una me aconsejó: “La policía a cargo de nuestra celda es amable, puedes usar su celular para llamar a tu familia y pedir ayuda”.Le dije: “Soy un practicante. ¿Cómo puede un practicante depender de la gente común? No pueden encerrarme aquí. Definitivamente puedo salir”. Me dijo: “Tenía ese pensmaiento al comienzo, pensé que no sería algo complicado, pero he estado detenida aquí por casi un año. ¿No sigo aquí acaso?”. Otra practicante le dijo: “Tus palabras no están en el Fa. Creo que sus pensamientos son rectos”.
Estaba muy lúcida y tuve ese pensamiento desde mi corazón: “Vine a prisión a validar Dafa. Luego de esto, debo salir para validar dafa. Mi vida no puede ser desperdiciada aquí”. Mi mente estaba muy limpia. Mis pensamientos rectos eran muy fuertes. Podía entrar en tranquilidad apenas me sentaba en meditación. Con el paso de los años me he dado cuenta de que los pensamientos que provienen de mi corazón son muy rectos. Así que no debo pensar sobre los asuntos con nociones humanas. Una vez que se agrega una noción humana, una tribulación vendrá junto con esta.
Como resultado, al final del mes, fui de hecho liberada del centro de detención. El practicante que me aconsejó pedir ayuda a mi familia me dijo con emoción: “Ahora sé qué son los pensamientos rectos”. Los Dafa dizi no debemos esperar nada de la gente común. Con pensamientos rectos todo puede rectificarse.