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Cuando hablamos sobre los dioses, muchas personas consideran a los dioses como grandiosos, omnipotentes y sobrenaturales. Para algunos practicantes, el propósito de la cultivación y volverse un Fo o un dios es ser omnipotente y grandioso.
Desde mi entendimiento, la cultivación se trata de dejar apegos y mirar hacia adentro. No deberíamos tener la búsqueda de cultivarnos por el único propósito de volvernos omnipotentes y grandiosos. Deberíamos cultivar nuestros corazones con el deseo genuino de asimilarnos a la característica del universo de Verdad-Compasión-Tolerancia y volvernos seres puros y altruistas. Los dioses son grandiosos y omnipotentes. Pero si un cultivador alberga este motivo impuro como una razón para cultivarse, entonces le será difícil deshacerse de los apegos.
Shifu nos dijo: "cultivarse hasta que no quede un solo apego". (“Cultivándose dentro del laberinto”, Hong Yin).
Tampoco deberíamos estar apegados a nuestra propia consumación.
Agunos practicantes saben que deberíamos cultivar nuestros corazones, pero inconscientemente se esfuerzan por ser grandiosos y omnipotentes. Los dioses son grandiosos y omnipotentes porque no tienen apegos. Así que deberíamos ver hacia adentro y cultivar nuestros corazones en vez de mirar afuera y perseguir la “grandeza”. De hecho perseguir la “grandeza” es lo mismo que perseguir la fama.
Cuando Shifu nos felicita en sus lecciones del Fa, algunos practicantes se sienten muy orgullosos. Ya que representamos a un enorme grupo de seres conscientes y cuerpos celestiales, y estamos todos tratando de salvar vidas grandiosas, algunos practicantes piensan: “Soy grandioso. Soy mucho mejor que otros seres”. Este pensamiento refleja el apego a la fama, que en realidad es causado por el sentimentalismo (qing). El qing está relacionado con el corazón de exultación o fanatismo. Cuando tal qing se desarrolla, la mente del practicante no está bien, y es posible que se aprovechen de sus brechas.
Los cultivadores no deberíamos ignorar la esencia de la cultivación. Los dioses no tienen apegos, ni tienen qing o deseos. Refinar el corazón de uno es fundamental, y la grandeza es sólo un “producto secundario” de la cultivación. Perseguir la “grandeza” es igual que perseguir “capacidades sobrenaturales”.