[Minghui Net] Después de que los campos de trabajo fueran abolidos intencionalmente en China el año pasado, otro sistema se hizo más prominente en la persecución a Falun Gong: los centros de lavado de cerebro. La naturaleza arbitraria de estos centros –tienen menos requisitos y procedimientos que los campos de trabajo forzado y centros de detenciones– los hace un arma más efectiva en el arsenal del partido para perseguir a Falun Gong.
Esta serie de tres partes se enfoca en el centro de lavado de cerebro de Xinjin en la provincia de Sichuan, también conocido como centro de lavado de cerebro de Chengdu. Alrededor de 1000 practicantes han sido detenidos allí desde su creación en 2003.
Se han confirmado al menos 7 muertes y varios casos de desorden mental como resultado de los abusos allí. Sin embargo, el centro de lavado de cerebro de Xinjin es solo uno de 157 de este tipo de centro, según los informes de Minghui.
Parte de esta serie explica cómo los centros de lavado de cerebro encajan dentro del mecanismo de persecución. Del mismo modo que las autoridades de la policía y las divisiones de seguridad doméstica abusan del poder con impunidad, los centros de lavado de cerebro son usados para maximizar el impacto de la persecución. Los guardias y los policías en estos centros tienen permitido, e incluso son alentados a torturar a los practicantes a voluntad.
Por procedimiento, las autoridades pueden enviar gente a los centros por meses de una sola vez virtualmente casi sin ningún papeleo o documentación del hecho. Esto lo hace ambiente fértil para llevar a cabo la persecución de manera arbitraria y encubierta, sin tener que pasar por ningún procedimiento legal.
Además, los centros de lavado de cerebro cuentan como un “sistema de alimentación” de las prisiones y campos de trabajo forzado. El personal de allí trabaja con la policía y con las divisiones de seguridad doméstica para fabricar las evidencias que les permitan enviar a los practicantes a prisiones y campos de trabajo forzado. Sin supervisión judicial, los guardias pueden someter a los practicantes a prácticamente cualquier tipo de abuso.
Sin embargo, simplemente renunciar a la fe de uno no es suficiente para ser liberado. Si el personal del centro no está satisfecho con los resultados del lavado de cerebro demostrado por el practicante “transformado”, el practicante tendrá que pasar por torturas otra vez.
La parte dos discute sobre la profundidad de la persecución. Además de las formas directas de abuso físico y tortura, el partido comunista chino también manipula a parientes y amigos de los practicantes, para crear una presión financiera enorme y usa cualquier otro método a su disposición para intentar aplastar la voluntad de los practicantes.
Después de detener al practicante Sr. Liu Yingxu, funcionarios llevaron a sus padres al centro de lavado de cerebro y los mantuvieron allí. Se negaron a permitirles tener visitas a menos que el Sr. Liu renunciara a su fe. Además, estos funcionarios drogaron al Sr. Liu. El abuso sistemático que ataca a la víctima desde diferentes ángulos apunta a destruir completamente el espíritu del practicante.
La parte 3 cubre la extorsión, tortura, y otros abusos que ocurren dentro de los centros de lavado de cerebro. El abuso mental usualmente es el más duro, ya que apunta directamente a la creencia central del practicante en Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Usualmente involucra pasos premeditados que van en aumento, designados para ir desde hacer renunciar a la creencia de uno hasta traicionar la identidad de otros practicantes.
Parte 1: Colaboración entre los centros de lavado de cerebro y la fuerza policial
La oficina 610, el organismo cuya única responsabilidad es supervisar la persecución sistemática de la persecución a Falun Gong, usa dos enfoques prolongados para la persecución, tortura brutal física y tortura mental.
La división de seguridad doméstica colecta información y fabrica evidencia para asegurarse que los practicantes terminen en campos de trabajo forzado o prisiones, mientras que los centros de lavado de cerebro se enfocan en destruir la fuerza de voluntad de los practicantes.
Es una práctica común que la policía y los centros de lavado de cerebro trabajen en colaboración para perseguir a Falun Gong.
1. Brutalidad policial
Representación de la tortura “esposado detrás de la espalda”.
Los centros de lavado de cerebro no tienen virtualmente ningún parámetro legal, los interrogatorios policiales con brutalidad son práctica común. Por ejemplo, el Sr. Jiang Yunhong, ex ingeniero de la fábrica de compresores de aire de Chengdu, el 22 de julio de 2005 fue llevado al centro de lavado de cerebro de Xinjin.
Oficiales de la división de seguridad doméstica lo esposaron y torturaron durante 7 días consecutivos, privándolo del sueño todo el tiempo. Para mantenerlo despierto, los guardias constantemente lo golpeaban, pateaban, y abofeteaban con tablas, y luego le echaban agua helada para revivirlo.
Luego, oficiales de la división de seguridad doméstica y del departamento de policía de la ciudad de Chengdu y la oficina 610 se turnaron para torturar al Sr. Jiang. Sus brazos estaban esposados detrás de su espalda a la silla, y la policía lo tiró del pelo hacia atrás mientras se paraban sobre sus esposas al mismo tiempo. El dolor causó que se desmayara varias veces. Sus muñecas estaban hinchadas y luego la carne allí se infectó.
El Sr. Zheng Bin, trabajador de una fábrica detenido en el centro de lavado de cerebro de Xinjin en el 2005, pasó por una ordalía similar. Al describir el maltrato recibido, dijo: “Un oficial de policía puso una luz brillante directamente en mis ojos para evitar que me durmiera. Hacían ruido y me echaban agua helada cuando cerraba los ojos. Ataron las esposas a una silla, golpearon mi cabeza, me dieron bofetadas en la cara y se pararon sobre las esposas. Un oficial encadenó mis brazos de una manera extraña, y estuve a punto de desmayarme del dolor”.
2. El personal del centro de lavado de cerebro ayuda a la policía a capturar más practicantes
El centro de lavado de cerebro de Xinjin sigue una serie de procedimientos para detener y coercer a los practicantes para que renuncien a sus creencias. Una vez que una persona actúa contra su consciencia bajo presión, es muy difícil para él mantener su firmeza de ahí en adelante. En este punto, los oficiales de seguridad doméstica pueden entrar y obtener más fácilmente información sobre otros practicantes a quienes luego van a capturar.
Para maximizar el efecto del lavado de cerebro, rara vez liberan a alguien inmediatamente después de que haya renunciado a Falun Gong. En vez de eso, los oficiales lo presionan para que esa persona entregue a otros, o los usa como ejemplos de “transformación” frente a otros.
Incluso si el practicante renuncia a su fe y es liberado, el caso no termina ahí. Con las confesiones hechas usadas como evidencia, la policía puede detener a esa persona en el centro de lavado de cerebro o en cualquier otro lado.
3. El personal del centro de lavado de cerebro y la policía amenazan juntos a los practicantes
Cuando los practicantes son llevados al centro de lavado de cerebro de Xinjin, normalmente la policía tiene la evidencia mínima para acusarlos. Cuando llegan al lugar, oficiales del centro de lavado de cerebro y los guardias usualmente tienen numerosas “conversaciones” con ellos. Esto normalmente incluye amenazas de largas sentencias a prisión, o del destino que sufrirán si no cooperan con sus demandas.
4. “No saldrás a menos que renuncies a tu fe”
Como primer paso para romper su fuerza de voluntad, los practicantes en el centro de lavado de cerebro de Xinjin son aislados del mundo exterior.
Cada practicante es confinado a una pequeña celda vigilada por dos guardias, día y noche. No tienen manera de comunicarse con el mundo exterior, aparte de la gente que los vigila.
El personal, con cuidadosa planificación, les libera pequeñas cositas de información de tanto en tanto. La intención es generarles miedo o causar que se preocupen por su familia. La información que colectan sobre el practicante mientras está bajo estricta vigilancia normalmente es usada en contra.
Mientras tanto, un mensaje clave se repite en el proceso: “No saldrás a menos que renuncies a tu creencia”.
El ambiente opresivo y aislado crea una inmensa presión para el practicante.
5. Ruido y propaganda constante erosionan la fuerza de voluntad
Otra táctica es reproducir ruido en alto volumen y propaganda del PCCh constantemente.
Además de las tres camas, sillas y estanterías queda poco espacio en las celdas donde están los practicantes detenidos. Allí son obligados a mirar programas de TV con calumnias a todo volumen por largas horas seguidas. Dados la posición de la cama y el poco espacio, es imposible no ser bombardeado por la propaganda constantemente, incluso cuando intenta dormir de noche. Después de ser sometidos a esto por largos periodos, algunos practicantes muestran signos de mareo y reacciones lentas.
A los practicantes encarcelados se los llama “estudiantes” recibiendo “educación” mientras atraviesan todo este periodo de lavado de cerebro.
Otras torturas incluyen evitar que los practicantes cierren sus ojos y otros tipos de humillación pública. Los métodos individuales de lavado de cerebro se desarrollan en conjunto con la policía basados en lo que ellos han aprendido de sus experiencias con practicantes detenidos.
(Continuará)