(Minghui.org) Soy un trabajador jubilado de 60 años. En general, había tenido buena salud, pero la hipertensión me había molestado durante mucho tiempo. No podía hacer ningún trabajo que necesitaba agacharse. Debido a la hipertensión, me habían hospitalizado y no podía vivir sin fármacos hipotensores.
Otro problema de salud que tenía era un dolor de estómago que me molestaba cada día a las 17:00 h aproximadamente. El dolor generalmente desaparecía después de comer algo. Había practicado Taichi para mantenerme saludable y, aparte de estos dos problemas, mi vida era agradable.
Sin embargo, el desastre me golpeó con dureza hace unos años. Después de una fiesta con mis familiares, me dio un dolor severo de estómago. No podía estar parado y me tuve que quedar acostado en la cama durante mucho tiempo. Mi familia me llevó al hospital, donde las medicinas me aliviaron el dolor, pero no curaron la causa desde la raíz. A menudo tenía fiebre después de salir del hospital.
El 10 de mayo de 2008, un examen físico reveló que tenía un tumor en el estómago y que necesitaba una cirugía para extirparlo. Mi hijo llevó los resultados de las radiografías a varios hospitales y pidió la opinión de varios médicos. Recibió las mismas respuestas de todos ellos —la cirugía era absolutamente necesaria. Él estaba muy preocupado, pero no tenía elección. Encontró a un buen médico y juntó dinero para la cirugía. Mi esposa preparó las cosas que iba a necesitar en el hospital.
Justo antes de la cirugía, me visitó mi cuñada. Me dijo que si renunciaba al partido comunista chino iba a tener buena suerte. También dijo: "Serás bendecido si recitas a menudo ‘Falun Dafa es bueno y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Renuncié a la liga juvenil comunista, y mi esposa renunció a los jóvenes pioneros comunistas. Le prometí a mi cuñada que le pediría a mis hijos renunciar también al partido comunista y a sus organizaciones afiliadas.
Mi cirugía fue programada para el 17 de mayo. En el camino al hospital, mi esposa y yo seguimos recitando: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". También le pedimos al Maestro Li Hongzhi que me ayudara.
Antes de la cirugía, los médicos me examinaron una vez más y se quedaron perplejos, porque el tumor había desaparecido. Examinaron las radiografías originales y compararon los resultados anteriores con los nuevos, pero no pudieron explicar lo que estaba pasando. Un médico me preguntó si había comido algo antes de llegar allí. Le dije que sólo había comido una sopa de arroz. Me pidió que regresara al día siguiente, para una examen adicional.
De camino a casa, me sentía muy feliz, pero también ansioso y perplejo: "¿Qué estaba pasando? ¿Había desaparecido el tumor? ¿Fue porque había seguido recitando Falun Dafa es bueno y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno? ¿Realmente funcionó? ¿Ya no necesitaba cirugía?". Mi esposa me dijo feliz: "¡Sigamos recitando ´Falun Dafa es bueno’ y confiemos en el Maestro Li!".
El día siguiente, un médico jefe vio mi examen de rayos X. Aunque el tumor se veía muy claramente en el resultado de la radiografía original, el nuevo resultado mostraba que no había nada malo en mi estómago. El médico seguía murmurando: "Esto es muy extraño. Es imposible". También tomaron muestras de tejido y llegaron a la misma conclusión —mi estómago estaba bien y no necesitaba ninguna cirugía.
¡El tumor había desaparecido! No había tomado ninguna medicina. Lo único que hice fue recitar junto con mi esposa: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
Después de llegar a casa, encontré una copia del libro Zhuan Falun. Mirando la fotografía del Maestro Li en el libro, le dije: "No hay ninguna manera de expresar mi agradecimiento al Maestro Li Hongzhi. Lo único que puedo hacer es practicar Falun Gong y ser una buena persona". Puse un cartel arriba de mi cama, en donde escribí: "¡Gracias, Maestro Li! —Me comprometo a seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia".
Unos días más tarde, me sentí mucho mejor, así que pude pasear. Poco a poco, fui capaz de hacer todo tipo de trabajos, incluyendo los que necesitaban que me incline, además de otros trabajos pesados, que son difíciles incluso para los jóvenes. Nunca más me sentí mareado, y la hipertensión desapareció también.
Todavía estoy trabajando en obras de construcción con los jóvenes. A veces incluso trabajo en turnos de noche. Mis comidas en los sitios de construcción pueden ser impredecibles, pero mi estómago está bien.
El milagro sorprendió a la gente que me rodea. Muchos de mis parientes y amigos fueron testigos de la belleza y del poder de Falun Dafa.