(Minghui.org) La compañera practicante Mei (alias), era la coordinadora de nuestra área. Un día, dos coches de policía llegaron hasta su puerta, y los oficiales intentaron arrestarla. En ese momento crítico, ella le pidió a Shifu si podía cubrirla con un escudo para que nadie pudiera verla, y entonces salió y pasó justo delante de los ojos de los oficiales.
Luego se convirtió en vagabunda. En ese momento sólo tenía 10.000 yuanes encima. Se fue a una ciudad desconocida, alquiló un ático y compró una computadora y una impresora. Así comenzó a producir materiales informativos de Falun Dafa.
Inicialmente imprimió y distribuyó los materiales por sí misma. Más tarde se encontró con un compañero practicante local, y desde ese momento comenzó a proporcionar grandes cantidades de materiales de información de Falun Dafa para su área. Por razones de seguridad sólo se contactaba con el compañero practicante una vez por semana, y permanecía en su habitación el resto del tiempo.
Le pregunté: "¿Cómo era tu vida en ese momento?".
Me dijo: "Con el fin de ahorrar dinero compré una olla arrocera, y una ración de arroz me duraba varios días. Casi nunca compraba comestibles".
Le pregunté en voz alta: "¿Ni siquiera verduras en conserva?".
Me respondió: "¿verduras en conserva? Sí, ocasionalmente compraba algunas. También me duraban varios días. El tofu era una excepción. El aceite para cocinar del tamaño de una botella de agua me duraba más de un año".
Su ático tenía menos de diez metros cuadrados. Era caluroso en verano y frío en el invierno. La dueña era una señora mayor, la cual venía a quejarse de que Mei utilizaba demasiada agua y electricidad. Mei nunca discutió con ella, y siempre permaneció tranquila y comprensiva. Más tarde, la propietaria cambió su actitud y llegó a comprender que Mei era una buena persona.
Un día, mientras Mei estaba fuera, vio a un vendedor de sandía. Estaban a sólo 40 centavos de dólar la libra, lo que era un muy buen precio. No había comido sandía en años. Pero cuando tocó el dinero en su bolsillo siguió de largo al pensar que: "El dinero provenía de los compañeros practicantes para salvar a los seres conscientes. ¿Cómo puedo gastarlo en mí?".
Un día, el compañero practicante que vino a recoger materiales trajo dos piezas de palitos de masa frita. Ella comió uno, y dos días después se dio cuenta de que el otro tenía moho. Entonces mentalmente luchó con la decisión de si comerlo o no. Decidió comerlo pues en ese entonces, su único objetivo era sobrevivir.
"Sabía a pedazos de madera seca, era difícil de tragar".
"¿Por qué no le pediste ayuda a los practicantes locales?".
"No podía hacer eso, no fue fácil para nadie ese período de tiempo. El mal estaba muy extendido, y muchos compañeros practicantes fueron arrestados. Era fácil manejar mi sencilla vida, así no los tenía que molestar en absoluto".
Mei vivió desplazada durante cinco años. Nunca tuvo una buena comida, ni siquiera durante el período de Año Nuevo Chino. Un año en que la propietaria tuvo una reunión familiar en la víspera de Año Nuevo, ella salió con el fin de no despertar sospechas. Caminó bajo la lluvia. La ciudad se llenó del sonido de los petardos y del aroma de la deliciosa comida. Había un pequeño vendedor de alimentos en la esquina, así que fue y se compró un poco de tofu frito, ese fue su banquete de Año Nuevo.
En ese momento, su hija la llamó desde un teléfono público: "Madre, hoy es la víspera de Año Nuevo. ¿Has cenado?".
"Sí, sí”, le respondió, mientras las lágrimas de Mei corrían por su rostro.
"Madre, ¿cuándo vas a volver? ¡Te echo de menos terriblemente!".
"Voy a regresar, y por favor, obedece a tu padre...". Esta fue la pregunta más difícil de responder, y ella hizo todo lo posible para mantener la compostura.
Después de la llamada telefónica, su tofu frito estaba helado.
Mei dijo: "Lo más difícil de manejar no fue la escasez de comida, sino la soledad… Sólo veía a un compañero practicante, cada cinco días. Por razones de seguridad, sólo tenía conexiones 'unilaterales’ con los demás. La mayor parte de mi tiempo estuve encerrada en mi habitación. La soledad era insoportable. Empecé a memorizar el Fa. Con los años, aprendí de memoria Zhuan Falun y muchas otras escrituras. Además de hacer los materiales informativos de Falun Dafa, memorizaba el Fa".
Este artículo describe la historia de vida de Mei, es para validar la poderosa virtud de un practicante de Falun Dafa. Bajo la guía de nuestro Shifu, se pueden forjar discípulos tan sobresalientes que son capaces de soportar las penalidades más duras por el bien de los demás.
Versión en inglés disponible en: http://en.minghui.org/html/articles/2014/10/8/146284.html