(Minghui.org) "El partido comunista chino (PCCh) está llevando a cabo actos salvajes. Nuestro hijo es un preso ejecutado, y todos sus órganos internos fueron sustraídos. Aun así, se nos exigió pagar un precio exorbitante por su cuerpo", dijo la familia del preso ejecutado.
La familia del hombre contó cómo a su familiar ejecutado le extirparon sus órganos en el 2001, en el centro de detención de Wafangdian en la provincia de Liaoning.
A pesar de que ni el fallecido ni su familia habían dado su permiso para la extracción de los órganos, todos los órganos fueron extirpados, y presumiblemente fueron vendidos. Para empeorar las cosas, los autores de este crimen exigieron a la familia un pago exorbitante por los restos del fallecido.
Condenado a muerte confía su dinero a practicante de Falun Gong prisionero
Un preso condenado a muerte en un pueblo cerca de la ciudad de Wafangdian, cuyo nombre no fue revelado por razones de seguridad, confió a un practicante de Falun Gong el único dinero que tenía.
Antes de ser ejecutado, él decidió dejar 100 yuanes, el único dinero que poseía, a su joven sobrino que era a quien más extrañaba. Estaba preocupado acerca de cómo el dinero podía ser entregado de forma segura en las manos de su sobrino.
Finalmente decidió confiar su dinero a un practicante de Falun Gong detenido.
La persecución del PCCh contra Falun Gong alcanzó su pico entre 2000 y 2001. Más de 100 practicantes estaban detenidos en ese centro de detención en ese momento. Después de familiarizarse con los practicantes, el condenado a muerte se dio cuenta de que ellos eran amables y sinceros, y que practicaban la tolerancia. Dijo: "Hoy en día las personas más confiables en el mundo son los practicantes".
Confió sus 100 yuanes a un practicante que era de su ciudad natal, pero a quien había visto una sola vez.
El practicante aceptó y mantuvo su palabra. Después de su liberación, se encontró con el padre del muchacho y le pidió que le diera el dinero al joven sobrino.
La familia es demasiado pobre para pagar por el cuerpo del fallecido
Como conocía al fallecido, el practicante pidió visitar su tumba. El padre del fallecido se largó a llorar y dijo: "No hay ninguna tumba".
El padre explicó que cuando fueron a recoger los restos de su hijo vieron que todos sus órganos habían sido sustraídos, y presumiblemente vendidos. A pesar de ello, a la familia aún se le dijo que tendría que pagar por el cuerpo.
El padre dijo que: "El precio era muy alto, y no podíamos pagarlo".
La familia era pobre y no podía pedir prestado el dinero suficiente para enterrar el cuerpo. Con lágrimas que cubrían su rostro, el padre dijo: "Después de todo, él era mi hijo. Si hubiéramos podido pagar, le habríamos hecho un entierro decente. El PCCh está cometiendo actos horribles. Los órganos de mi hijo fueron sustraídos para beneficio del partido. Aún así, todavía exigieron un precio exorbitante por sus restos".
Practicante consciente de la sustracción de órganos
El practicante no estaba particularmente sorprendido, porque él había sido testigo de la extirpación de órganos de un preso ejecutado.
El practicante fue hospitalizado en un gran hospital en la ciudad de Jinzhou en 1993. La extirpación de órganos de presos ejecutados no era un secreto. Se había dado cuenta de que muchos pacientes en el servicio de dermatología estaban esperando para injertos de piel. Los médicos les decían a los pacientes que no se preocuparan, ya que habría una ejecución en unos pocos días, lo cual proporcionaría suficiente piel para todo el mundo.
Ese día, la ambulancia del hospital llevó el cadáver al hospital inmediatamente después de la ejecución. El preso ejecutado era un hombre joven que tenía puesta ropa militar nueva de invierno a pesar de que era verano.
Las manos del cadáver estaban esposadas a la espalda. La bala le había entrado por la parte posterior de la cabeza y le había salido a través de su mandíbula inferior, quedando a resguardo la piel del rostro, los ojos y la nariz, o sea las partes que eran más valiosas.
El fallecido fue primero lavado en un fregadero usado por los pacientes del hospital. A continuación, fue llevado hasta un almacén en vez de a una sala de operaciones. Las ventanas del almacén habían sido pintadas con pintura verde, pero en algunas partes ésta se habían desprendido, permitiendo a los pacientes audaces poder ver lo que estaba pasando.
Médicos de varios departamentos participaban en la extracción de órganos. Los dermatólogos quitaban la piel, mientras que otros extirpaban los órganos, los huesos, y todo lo que podría ser utilizado para los trasplantes.
La población de China sabe que el PCCh hace justicia por mano propia cuando se trata de los civiles. El PCCh ha admitido finalmente la sustracción de órganos de presos ejecutados, pero está haciendo algo mucho más horrible en secreto... la sustracción de órganos de practicantes vivos de Falun Gong.