(Minghui.org)
Saludos Shifu
Saludos, compañeros practicantes,
Obtuve el Fa en 2006 en Madrid, España, y soy de origen búlgaro. Quisiera compartir con los compañeros practicantes mi experiencia de cultivación.
Cómo llegué a aprender flauta travesera para formar parte de Tian Guo Marching Band (TGYT) de Europa.
Los últimos dos años han estado repletos de duras pruebas y tribulaciones que me han ayudado a mejorar en cuanto al estudio del Fa y a comprender un poco más la profunda enseñanza de Shifu.
En abril de 2011 había varios eventos en dos ciudades belgas donde la Banda Celestial estaba invitada a participar y nos enviaron un email solicitando ayuda de los practicantes de Europa para apoyar estas actividades. Sin pensarlo dos veces decidí ir. No tenía ni la más mínima idea de que este viaje cambiaría el rumbo de mi cultivación por completo.
En el albergue belga donde se reunían los practicantes para ensayar nada más llegar me presentaron a una practicante de mi tierra. Fue una gran sorpresa ya que estábamos en un bosque en medio de la nada, rodeados de arboles y una finca llena de animales.
Durante los siguientes días pude sentir la unión y la dedicación de los practicantes, de tocar y marchar mejor y aprender un paso más. Una mañana tenía que bajar al pueblo cercano para hacer una reserva y al dirigirme a la salida del albergue, que era un pasillo ancho, encontré a la Banda Celestial marchando hacia mí y tocando la canción Falun Dafa Hao.
Me quedé parada y sentí como si tocaran para mi, era una sensación de gratitud e infinita bondad, me sentí muy afortunada y feliz por este momento. Dejé pasar a la Banda y continúe mi camino. Después de varias horas, cuando regresé ellos seguían ensayando y me senté en el jardín para leer Zhuan Falun, y al poco tiempo, la Banda estaba acabando una canción y otra vez marchaba hacia mí. Fui una sensación increíble.
A partir de ese momento, todos los compañeros comenzaron a animarme a escoger un instrumento y unirme a ellos. Pero pensé dentro de mí: ¿cómo voy a tocar si ni siquiera me acuerdo de cómo se leían las notas?
En mi infancia había estudiado solfeo, pero ya habían pasado muchos años desde entonces y no estaba segura de que pudiera acordarme. Cuando volví a casa, decidí intentarlo. Compartí con un compañero que quería aprender un instrumento y que buscaba un profesor privado. Como tardó en contestarme, yo misma empecé a buscar en Internet y enseguida encontré una buena profesora.
Al principio no fue fácil, ya que se requiere aprender una técnica para poder sacar el sonido y me era muy difícil sacar cualquier tono. Como es un instrumento de viento, al soplar a menudo me mareaba, pero no me rendía y poco a poco fui avanzando. La profesora me advertía que cada siguiente lección era mucho más difícil que la anterior. Mi profesora era una persona muy predestinada y después de aclararle la verdad y dejarle el libro de Falun Gong, a menudo me ayudaba a recoger firmas contra la persecución y difundir la práctica entre sus alumnos.
En el Fahui de Europa de 2013 iba a participar por primera vez en el desfile con la Banda Celestial. Estaba conmovida y esperaba que llegase el día. Pero no estaba del todo segura si había tomado la decisión correcta, ya que no me sentía del todo preparada. El día que iba a viajar para el Fahui, al llegar a la puerta de embarque para tomar el vuelo vi que la azafata pedía las tarjetas de embarque a los pasajeros. Me acerqué a preguntarle si necesitaba la mía, ella la tomó para ver si todo estaba bien y me la devolvió diciéndome con un tono casi enfadado que me colocara en la cola de la zona VIP y que iba a viajar en primera clase. Ella estaba tan seria y cortante que no me atreví a decir que no había pagado para viajar en primera clase, así que finalmente viajé estupendamente en primera clase y me trataron muy bien. Sentí que de alguna forma se me estaba animando a continuar. Esto me hizo pensar que había tomado la decisión correcta y que no debía preocuparme.
El día del desfile, durante el descanso y antes de comenzar la marcha, nos llamaron a todos los de la Banda para reunirnos en un escenario en una plaza cercana, porque había llegado un fotógrafo de EE.UU. para hacernos fotos. Pensé: “Cómo voy a hacerme fotos si ni siquiera he tocado con la banda”. Pero entendí que todo esto eran arreglos de Shifu que me estaba animando a continuar.
Durante el desfile experimenté un fuerte dolor en una pierna, pero sabía que era una ráfaga de yeli que tenía que eliminar. Ese día hacía muchísimo calor, y me acordé de una experiencia que me había contado una practicante. Ella me dijo que en la Marching Band de Taiwán, durante los desfiles, cuando los practicantes están parados nadie se mueve, están firmes y forman filas uniformes, sonriendo durante toda la marcha. Entonces, no me moví y me mantuve firme en mi sitio durante todo el desfile, aunque el dolor y el calor eran insoportables, y me sentí muy feliz y agradecida por la oportunidad que me había brindado Shifu.
Otro asunto que me resultó una tarea difícil era memorizar las notas de las canciones. Por mucho que lo intentaba no lo conseguía, y me compré un soporte para las partituras, para llevarlo conmigo en los desfiles. Pero en varios eventos mis compañeros me señalaron benévolamente que no lo llevara, ya que el soporte que llevaba en el brazo era incomodo y en el último evento se caía constantemente. Era una señal clara de que debía hacer ese esfuerzo de vencer el apego a la pereza y memorizarlas.
Un día estaba caminando, tenía en papel unas de las canciones conmigo y me dije: “voy a intentarlo”. La canción no era larga pero era complicada de tocar. Así que tomé la parte de la introducción y comencé a repetirla, al rato pasé al siguiente trozo y así hasta llegar a casa, y sin darme cuenta la había aprendido entera. Esto me animó para memorizar la siguiente. Escogí de las más fáciles hasta las más difíciles y casi conseguí memorizar el 80% de todas. Memorizar no significa memorizar y luego dejarlo, sino constantemente repetirlas una y otra vez hasta que se te graban en el cerebro.
Había creado el hábito de tocar todas las canciones casi todos los días, pero como siempre tenía prisa nunca profundizaba en mejorar, las tocaba y ya está. Pero después del último encuentro para ensayar con la Banda Celestial, como escogíamos una canción y la machacábamos una y otra vez durante varias horas para poder llegar a un solo sonido, comprendí que es como el estudio del Fa, no solo leer por leer, sino leer de corazón y profundizar en cuanto al entendimiento y mejorar. Ahora, toco 2 o 3 canciones y me paro una y otra vez en el lugar donde más fallo para perfeccionar el sonido y la habilidad de los dedos. Aquí me acuerdo de la enseñanza de Shifu:
“Cualquier cosa que hagan los Dafa dizi, tienen que hacerla paso a paso, concretamente, poniendo el corazón allí, no importa el tiempo, ni hay que pensar tanto. Tienes que hacer bien lo que debes hacer, con todo tu corazón y esfuerzo, y el asunto entero va a estar bien hecho”. (Enseñando el Fa en el Día Mundial de Falun Dafa, 2014 Enseñanza del Fa en Nueva York)
Enfrentando el ye de enfermedad
Este año después de presentarse Shen Yun en España, de repente comencé a experimentar unos fuertes dolores en los dedos de las manos. Lo primero que me vino a la mente fue “me da igual lo mucho que me duele, que no me impida tocar” y sorprendentemente así es como fue. Un día un dedo se me hinchó de tal manera que pensaba que iba a explotar, pero las palabras de Maestro de Lección Segunda vinieron a mi mente:
“Cuando te sientes más indispuesto, significa que las cosas han llegado al extremo y seguramente van a revertirse; todo tu cuerpo será purificado, tiene que ser purificado completamente. La raíz de tu enfermedad es arrancada, y el resto es tan sólo este poco de qi negro que sale por sí mismo y hace que padezcas un poco de tribulación y soportes algún sufrimiento; no va que no soportes ni un poco”.
Así pasé casi un mes y el dolor comenzó a subir hacia los hombros. Cuando el dolor llegó al hombro izquierdo más o menos podía soportarlo, pero un día me dolían los dos hombros de tal manera que no podía levantar nada de peso y al cambiarme de ropa tuve que sentarme durante un tiempo para mentalizarme. Durante la noche me despertaba con cada movimiento que hacía y sentía como si me clavaran un cuchillo. También recordé las siguientes palabras de Shifu:
“Cuanto más tribulaciones encuentres y más te topes con asuntos infelices, más tienes que verlos a la inversa: estos son todos escalones que se te proveen para poder cultivarte, escalones para elevarte, digan todos, ¿no es así? (Dizi: “Sí”, aplausos)”. (Los Dafa dizi tienen que estudiar el Fa, 2011)
Después de pasar dos días sin poder hacer los ejercicios, y después del estudio del Fa en grupo me fui a casa determinada a hacerlos. Cuando comencé el primer y el segundo ejercicio podía soportarlo, pero al llegar al 3.º, al hacer los movimientos hacia arriba y hacia abajo, sentí como si tuviera un palo de hierro dentro de mi antebrazo derecho, pero seguí sin parar.
Al día siguiente fui al parque a hacer los ejercicios y me sentí un poco mejor. Entonces me hice la pregunta: ¿Qué es lo que estoy haciendo mal?, ¿Por qué de repente tenía tanto yeli? Y me di cuenta de lo poco diligente que soy en cuanto el refinamiento de gong. Siempre tenía tiempo para estudiar el Fa, pero para los ejercicios tenía mil excusas para no hacerlos. En invierno hace frío, en verano hace mucho calor, tengo que hacer esto o aquello, etc.
Hace tiempo he detectado en mí los apegos al sueño y a la pereza. Estos apegos son como un veneno para un cultivador. Sin darme cuenta, me había contaminado otra vez con las cosas de la gente común, ver la T.V., salir de compras, conversar etc. Esa falta de diligencia mía, me dio a entender que si uno quiere ser diligente debe perseverar firme y no flaquear en lo más mínimo.
Sé que muchos compañeros practicantes se levantan a las 4 o 5 de la mañana para hacer los ejercicios y estudiar el Fa, cosa que tengo que empezar a hacer desde ya. Las pocas veces que he sido capaz de vencer la pereza y levantarme pronto para hacer los ejercicios y estudiar el Fa mi día ha transcurrido de una manera diferente. Tengo más oportunidades de aclarar la verdad a la gente a mi alrededor, soy más compasiva y paciente con los demás y estudio el Fa con más lucidez y concentración.
Tocar en la Marching Band para mí es un auténtico honor. Ahora que tengo esta oportunidad, y sé que de esta manera estamos ayudando a Shifu a salvar seres consientes y a rectificar el Fa, no pienso rendirme ante los dolores que a veces atacan mi cuerpo, ante las tribulaciones que cada vez son más severas y mucho menos por los apegos que todavía no he dejado.
Quiero agradecer a todos los compañeros practicantes que me han señalado con benevolencia mis apegos y faltas, me han ayudado a superar pruebas difíciles y me dan oportunidades para mejorar y elevarme junto a ellos.
Me gustaría terminar mi experiencia con las palabras de Shifu:
“De hecho es así, ¿saben? Ustedes son Dafa dizi, hay incontables vidas en el Cielo, inmensurables vidas que los envidian. Si hoy le dijera a cualquier dios de alto nivel –no importa qué tan grande sea–, si le digo que venga a ser un Dafa dizi, no tomaría ni un segundo, ni bien termino de decir las palabras, inmediatamente saltaría hacia abajo, loco de felicidad----- todos los que lo tienen en claro, saben que así no solamente se puede salvar a sí mismo, sino que además puede salvar a las inmensurables cantidades de seres dentro de su mundo; este es el asunto más magnífico del universo futuro”. (Que es un Dafa Dizi, Nueva York, 29 de agosto de 2011)
Agradezco infinitamente a Shifu por su misericordia y por las infinitas oportunidades que me ha dado. Espero estar a la altura y asistir a Shifu a rectificar el Fa hasta el final.
Gracias Shifu
Gracias compañeros practicantes