(Minghui.org) Lo que parecía un grupo de práctica de ejercicios detenidos en la granja de pollos en la prisión de Heilongjiang no era lo que parecía a la distancia.
Los guardias de la prisión y los internos llevaban armas en sus manos y rodeaban a los practicantes de Falun Gong, quienes eran obligados a correr en círculos. Mientras los practicantes corrían cada guardia o interno les apuntaba con sus armas: látigos, palos, ramas, bastones policiales, picanas eléctricas y esposas.
La Sra. Ma Shuhua reveló el escándalo de la tortura después de sobrevivir recientemente a 10 años de condena en la prisión de mujeres de Heilongjiang. Tuvo lugar el 5 de septiembre de 2003. Practicantes que se negaron a correr fueron esposados a los barrotes de hierro de las ventanas, electrocutados con picanas eléctricas, y golpeados repetidamente.
Como resultado de la tortura sufrida allí, la Sra. Ma podía andar a duras penas sin ayuda, ni hablar de correr. El jefe de división de la prisión ordenó a seis internos drogarla y correr. Los pies de la Sra. Ma estaban heridos, supuraban y sangraban. Los guardias se reían escandalosamente mientras cojeaba.
La Sra. Ma recordaba estar rodeada por algunos internos y ser abofeteada muchas veces. Un guardia la golpeó en la cara con una picana eléctrica. Viendo que estaba demasiado exhausta para reaccionar, le gritó: “¡Esta picana eléctrica es demasiado pequeña. Traeremos otra más potente mañana!”.
Los guardias utilizaron el método de tortura denominado “taladro”. La tortura se prolongó durante 11 días, hasta el 15 de septiembre.
Los practicantes estaban todos exhaustos al final del día. Sus caras y cuerpos estaban cubiertos de moratones, y no podían andar correctamente. Sin embargo, no tenían permitido descansar después de volver a sus celdas.
Eran obligados a sentarse en el suelo de cemento, y eran golpeados si alguno cerraba los ojos. Los guardias mantenían los ojos abiertos de los practicantes con palillos, marcando sus pies con agujas eléctricas, y golpeaban sus rodillas con palos de madera.
Los pies de la Sra. Ma estaban hinchados, y empapados de sangre. Tuvo que ir descalza en los dias siguientes después que sus pies comenzaron a supurar pus. El guardia Zhang Chunhua pisó fuertemente su pie con el tacón y ordenó a dos internos hacer lo mismo. El último pisotón hizo que perdiera la conciencia. Perdió las uñas de los diez dedos en las siguientes dos semanas.
Prisión de mujeres de Heilongjiang.
Los practicantes eran obligados a sentarse inmóviles en pequeños taburetes desde las 6 hasta las 21 horas cada día en el siguiente mes. Eran obligados a escuchar a los internos leer materiales difamatorios acerca de Falun Gong. Las nalgas de muchos supuraban debido a lo prolongado de esta tortura.
La Sra. Ma acompañó a otros practicantes de Falun Gong en huelgas de hambre como protesta a la persecución. Los guardias comenzaron a alimentarlas a la fuerza al tercer día. La mezcla era una bolsa de leche en polvo y dos paquetes de sal.
Después el tubo de alimentación era sacado del cuerpo de uno de los practicantes, e introducido en el estomago de otro a través de la nariz, sin lavar ni esterilizar. Algunas narices de los practicantes sangraban después de la alimentación forzada.
Los guardias después dejaban los tubos dentro de los cuerpos de los practicantes durante más de una semana. Los tubos quedaban negros por el tiempo que los habían tenido dentro.
Zheng Jie, jefe de la 8.ª división, gritó: “¡Hacerlo más fuerte! Si mueren de alimentación forzada, simplemente los tiraremos afuera de nuestros muros como pollos muertos!”.
La Sra. Ma sufrió de alimentación forzada durante 28 días. Fue detenida el 22 de abril de 2002 y condenada a diez años de prisión después de ser torturada por la “fuerza especial de la oficina 610 de Harbin”.
Durante los diez años en la prisión de mujeres de Heilongjiang, sufrió varios tipos de inhumanas torturas, incluidas palizas, electrocuciones, lavado de cerebro, privación del sueño y alimentación forzada. Fue trasladada allí en junio del 2003.