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Soy un practicante de Dafa de Huludao, provincia de Liaoning. Cuando celebramos el Año Nuevo Chino en el 2013, mi sobrino regresó a casa desde la provincia de Guizhou para acompañarnos. En aquel entonces, hubo una epidemia de un virus de naturaleza desconocida que estaba afectando una gran parte de Guizhou. Mi sobrino sin darse cuenta contrajo el virus. Todos en mi familia excepto yo tuvieron fiebre alta que tuvo que ser tratada con medicinas.
Mi nieto de cuatro años de edad tenía fiebre muy alta y tuvo que ser llevado al hospital. Le diagnosticaron hidrocefalia. Desafortunadamente, el hospital de nuestra ciudad no tenía máquinas de ventilación o el equipo necesario para tratarlo. Así que los doctores recomendaron que lo trasladaran a un hospital de alto nivel en la provincia de Shenyang, que se especializa en tratar niños con enfermedades críticas.
Durante la situación, le aconsejé a mi familia recitar con sinceridad: “Falun Dafa es bueno”. Pero nadie me escuchó, sino que me regañaron: “¡El niño ya está así de enfermo y tu todavía vienes con esas tonterías!”.
El extraordinario poder de Dafa
Cuando llegamos al hospital de Shenyang, tuvimos la suerte de encontrarnos con un conocido. Con su ayuda, los doctores llegaron enseguida.
Una examinación detallada reveló no sólo un tumor, sino también fluido en los pequeños pulmones de mi nieto. La situación se había vuelto muy seria: Se necesitaba una operación inmediata para sacar el fluido y se iniciaron rápidamente las preparaciones para la cirugía.
Tuve que regresar a casa en Huludao. Al llegar, inmediatamente llamé a mi hijo en Shenyang. Sólo tenía un pensamiento: “Por el bien del niño, todos en la familia deben comenzar a recitar ´Falun Dafa es bueno´”.
En el teléfono, le rogué a mi familia: “Por favor no vacilen más. Adopten una nueva actitud. Todos deben unirse y recitar ´Falun Dafa es bueno´. Díganlo sinceramente y varias veces todos en conjunto. No piensen en nada más y sólo concéntrense en estas palabras”.
Les dije: “El niño está en una encrucijada crítica entre la vida y la muerte. Los medios médicos puede que no le ayuden. ¡Sólo Shifu puede salvar a este niño!”.
También llamé por teléfono a otros parientes y les urgí recitar: “Falun Dafa es bueno, Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno”. Luego, quemé incienso y me arrodillé frente al retrato de Shifu por largo tiempo.
No recordaba cuanto tiempo había permanecido arrodillada, pero en un momento apareció en mi mente la imagen de Shifu y justo al lado de Shifu, vi a una dama acompañando a un niño. Vi que Shifu dio la vuelta y le dijo algo a la dama, quien luego de manera reacia dejó ir la mano del niño. Poco después vi un pequeño buey. Entonces recordé que mi nieto había nacido en el año del buey.
Más tarde, los doctores hicieron una última examinación antes de la cirugía. Descubrieron que el fluido acumulado en los pulmones de mi nieto había desaparecido sin dejar rastros. Les sorprendió aún más cuando descubrieron que el tumor del niño también había desaparecido.
Luego de varios exámenes, finalmente le dijeron a mi hijo y a su familia: “Su niño no tiene nada malo. Ya no es necesario operarlo ni realizarle tratamiento alguno”. Mientras lo decían, mi nieto se despertó de su estado de inconciencia parcial y dijo que quería comer fideos.
Mi hermana menor me llamó y me dijo emocionada: “¡Si hubiéramos sabido que Dafa era tan milagroso, habríamos recitado:´Falun Dafa es bueno´ hace mucho tiempo y el niño se hubiera recuperado más rápido!”. Le recordé que le dijera a todos que continuaran recitando “Falun Dafa es bueno”.
Difundiendo la bondad de Dafa
Cuando mi hijo regresaba con mi nieto del hospital, se encontró con una familia de Xingjing cuyo niño tenía un problema similar. También sufría de edema pulmonar. Mi hijo les dijo que recitaran: “Falun Dafa es bueno” varias veces y con un corazón sincero.
Mi hijo también se reunió con el fiscal provincial cuyo hijo sufría de necrosis hepática y tuvo que ser puesto en cuidados intensivos. El pobre hombre debe haber pensado que podía comprar la recuperación de su hijo donando algo de dinero. Tenía una bolsa llena de dinero y le entregaba decenas de miles de yuanes a quien pareciera estar en un estado de necesidad.
Cuando vio a mi hijo, sacó de su bolsa 20.000 yuanes, diciendo que parecía que a su hijo no le iba bien. Mi hijo se negó a aceptar el dinero y le dijo cómo había experimentado un milagro luego de recitar: “Falun Dafa es bueno”. Más tarde, escuchamos que el hijo del fiscal había sido movido de cuidados intensivos a las áreas de cuidados regulares.
De esta manera, las noticias del milagroso poder de Dafa se difunden de mi familia a los hogares de muchas personas.