[Minghui Net] El partido comunista chino a menudo se retrata como santo pero sus acciones sugieren algo completamente diferente. En particular, a menudo intenta generar sentimiento de piedad mientras comete los actos más perversos. Ya es una costumbre del PCCh inventar un chivo expiatorio para que cargue con la culpa que debería cargar él mismo.
Alrededor del 12 de agosto de 2013, se publicó un artículo titulado: “El comité centro de asuntos políticos y legales: la policía, fiscalía y cortes serán hechos responsables de por vida por los resultados de los casos que estos manejaron” en los principales portales de noticias de China.
El mensaje en este artículo es similar a la siguiente cita de “Asesoramiento sobre la seria prevención de casos injustos, falsos y erróneos”, el cual fue recientemente publicado por el comité de asuntos políticos y legales del comité central del PCCh:
“Para establecer un sistema justo y responsable para el manejo de casos, aquellos que tienen posiciones de autoridad, tales como paneles colegiados, jueces, fiscales y policías, serán responsables de por vida, por su comportamiento durante su gestión por parte del estado. Los estándares para casos injustos, falsos y erróneos necesitan ser clarificados, y los procedimientos legales para manejar estas corrupciones tienen que estar claramente declarados, junto con claro sistema de castigo para aquellos que cometieron tales actos. Serias medidas se tomarán en contra de actividades como extraer confesiones con tortura, recurrir a la violencia para obtener testimonios, o fabricar u ocultar evidencia”.
Por un lado, el PCCh utiliza sus órganos de seguridad pública (policía, fiscalía y cortes) para perseguir a personas inocentes. Por otro lado, convierte al personal de estos organismos en chivo expiatorio de todos sus actos criminales.
En los pasados 14 años de persecución a los practicantes de Falun Gong, la policía del PCCh, las fiscalías y las cortes han instigado numerosos casos injustos, falsos y erróneos.
Hoy, el PCCh enfrenta la dificultad de poder mantener su poder. Para poder engañar al público y mantener el último suspiro de su despótica tiranía, intenta ahora descartar al personal innecesario en los organismos de seguridad pública, usándolos como chivo expiatorio de todos los crímenes contra la humanidad que ha cometido.
Desde octubre de 1999, la base legal sobre la cual los organismos de seguridad pública han sentenciado a los practicantes de Falun Gong incluyen las siguientes doctrinas inventadas por el PCCh: “Anuncio del ministerio de seguridad pública”, “Anuncio del ministerio de asuntos civiles”, “Interpretaciones judiciales” e “Interpretaciones judiciales II”.
Sin embargo, ninguno de estos “anuncios” o “interpretaciones” obtuvieron aprobación del congreso popular, así que son simplemente documentos administrativos. Hacer cumplir estos documentos administrativos por medio de la ley, es ilegal en sí mismo.
El 9 de abril de 2005, seis años después que la persecución a Falun Gong fuera lanzada, el ministerio de seguridad pública emitió un “anuncio sobre asuntos relacionados a la identificación y prohibición de organizaciones religiosas perversas” (documento 39 [2005]). En este documento, el ministerio declaró a 14 organizaciones identificadas como “sectas perversas”. Falun Gong no se menciona allí.
De hecho, no existe ninguna ley bajo la cual se pueda considerar legal la persecución a Falun Gong en China.
El comité de asuntos políticos y legales del PCCh y la oficina 610 se especializan en perseguir a practicantes de Falun Gong, manipulando departamentos de policía de toda China para arrestar practicantes y presionando a las cortes para que los sentencien ilegalmente.
El sistema legal del PCCh no es independiente. Cuando se trata de Falun Gong en particular, el sistema legal es en vez, una herramienta empleada por el PCCh para perseguir a las masas. Los cargos y las sentencias son predeterminados por la oficina 610 y el comité de asuntos políticos y legales. El juez es solo un títere del PCCh. La audiencia de la corte solo finge sinceridad y engaña al público.
El cargo que las cortes usualmente usan para condenar a los practicantes de Falun Gong es el así llamado “artículo 300 del código penal”, es decir, “crimen de sabotear el cumplimiento de la ley organizando y usando un secta perversa”.
Falun Gong enseña a la gente compasión y tolerancia, y la gente es libre de aprenderlo y decidir quedarse o irse. No tiene nada que ver con una organización sectaria. De hecho, la lista oficial de China de sectas perversas, no incluye a Falun Gong.
El PCCh persigue gente inocente y utiliza los medios estatales para difundir propaganda falsa y lavar el cerebro al público. De este modo, el PCCh en sí mismo es una secta perversa en un sentido verdadero.
Las cortes nunca señalan en particular qué ley prohíbe Falun Gong, o cómo Falun Gong “sabotea el cumplimiento de la ley”. La verdad es que el PCCh ha manipulado las cortes para retorcer las leyes y perseguir personas inocentes. De este modo, es el PCCh el que realmente ha saboteado el cumplimiento de la ley.
Hoy, el PCCh está al borde de colapsar, y sus días en el poder están contados. Por eso, ahora está intentando atribuir todos sus crímenes atroces contra la humanidad al personal de los organismos de seguridad pública, para poder escapar de toda la responsabilidad.
Esta es la misma treta usada después de la década de terror de la revolución cultural (1966-1976). En ese tiempo se dijo sobre el muy popular Liu Chuanxin, director del departamento de policía de Beijing, que había “cometido suicidio por temor a su castigo”.
Luego, reunieron a 793 policías 17 oficiales militares que habían sido leales a la “línea roja” del PCCh en la provincia de Yunnan y los ejecutaron en secreto, mientras que a sus familiares les dijeron que murieron en el cumplimiento de su deber.
Los perpetradores de la revolución cultural pudieron haber pensado que escaparon estrechamente de la responsabilidad cuando terminó la revolución cultural. Sin embargo, nadie escapa de la justicia universal. Como se dice a menudo en Occidente “lo que va viene”, y esto aplica igualmente a los malhechores de la revolución cultural.
Las atrocidades cometidas por el PCCh son cada vez mayores, pero nadie puede escapar de la responsabilidad final de lo que ha hecho.
Al personal de los organismos de seguridad pública, del cual se han aprovechado, y pronto serán abandonados por el PCCh, la única cosa recta que les queda por hacer es defender la justicia y revelar toda la evidencia que hay de la persecución del PCCh a Falun Gong. Ellos necesitan cuidar de sí mismos, porque el partido no lo hará por ellos.